fate en el tiempo

1. Capitulo 1

Arturia Pendragon miro al chico frente de ella. En todos sus nueves años de vida, nunca a visto a un niño con el pelo rojo. Su ropa también era extraña; eran prendas hechas de tela que parecían envolverse alrededor del cuerpo. ¿Podrías tal ves ser un sajón? Entrecerró los ojos pero rápidamente descarto la idea, no había sajones con el cabello rojo. ¿Un escoces entonces? Pero, ¿porque estaría tan lejos y tirado en medio de un campo de trigo en medio de la nada?

Un destello de duda entró en la mente de Arturia. ¿Podría ser esto como una de las historias del hermano Kay, en la que las hadas se llevan a los niños malos? duendes? Ella se estremeció. Era una buena chica, nunca le pasaría algo así.

A pesar de la confianza de sir Ector en la falta de autenticidad de las historias de Kay, no podía quitárselas de la cabeza.

El niño gruñó en sueños, sorprendiendo a Arturia, quien decidió refugiarse detrás de una fanega de trigo. Ella lo observaría por ahora, y si las cosas iban mal... Agarró su espada de madera atada con un hilo a su cintura.

El chico se quejó un poco más antes de que sus ojos se abrieran. Parecía sorprendido si su reacción era algo por lo que pasar, los ojos moviéndose de un lado a otro y la boca abierta. ¿Era una razón más para que Arturia creyera que fue capturado y llevado por las Hadas o fueron los Goblins? Ella chilló cuando se dio cuenta de que había dicho sus pensamientos en voz alta y el chico ahora la estaba mirando.

Parecía que ya no estaba sobresaltado, sus ojos parecían fijos en ella como un animal hambriento. ¿Qué le había hecho el hada?

Temblando, se puso de pie, su mirada se iluminó cuando le dio una sonrisa tímida.

Arturia no caería en la magia de las hadas, por muy traviesas que se supiera que eran. "Di tu nombre". Dijo secamente, cansada del hechizo que las hadas podrían haber lanzado sobre el niño.

"Shirou Emiya", dijo el chico después de un momento de vacilación.

¡El nombre de un hada! Arturia nunca había oído hablar de un nombre tan extraño, pero aún así, el chico tenía un apellido. Solo se daban apellidos a los que tenían suficiente prestigio. ¿Quizás era el hijo secuestrado del caballero? Ella le daría el beneficio de la duda.

"¿Qué estás haciendo aquí?" preguntó Arturia con curiosidad.

"Ni siquiera me conozco a mí mismo", comenzó Shirou mientras se rascaba la nuca. "Estaba cazando una bestia local aterrorizando a un pueblo y de repente estoy aquí". Dicha bestia en este caso era un Apóstol Muerto que Shirou tenía la tarea de eliminar.

"... Cazando una bestia, ¿llevas a alguien más contigo?" preguntó Arturia.

"Sí, un superior", respondió Shirou pensando en el arrogante mago encargado de liderarlo a él y a un equipo de ejecutores.

Debe haber sido un caballero en entrenamiento, tal vez un escudero como ella antes de que las hadas se lo llevaran, reflexionó Arturia, casi cimentando su hipótesis. El hecho de que apareciera de repente en medio de un campo de trigo a varias legiones de Escocia era un indicador suficiente.

La mirada de Shirou viajó hasta la espada de madera de Arturia. "¿Practicas?" Preguntó.

Arturia asintió, sin ver a dónde llegaba. Si quisiera un mástil, no lo conseguiría si él mismo no tuviera un arma de práctica.

"Sigue", dijo Shirou mientras espadas de práctica idénticas aparecían en cada una de sus manos.

Los ojos de Arturia se abrieron, ¡las Hadas le enseñaron magia! Distraídamente se preguntó qué tipo de magia aprendería de Merlín en un par de meses.