Capitulo 12

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El de la foto es Max en el bar...
Sigan leyendo para qué sepan qué pasa en aquel bar..

Por cierto escuchen la música que les puse , más adelante mencionarán la letra...

Ania.

Estábamos yendo al auto para ir donde la abogada que recomendó Max. A lejos se veía que venía una jeep que reconocí de inmediato.

Estaciono frente a mi casa junto al auto de Max y se dirigió hacia nosotros con una sonrisa divertida y maliciosamente que de inmediato supe a qué venía eso.

–¡Hola chicos!—dijo mientras modelaba hacia nosotros, rodee los ojos porque se a qué venía ese entusiasmo—¡Hooooola Max!—me miró alzando las cejas.

–Hola Gaia—hizo Max una reverencia divertido.

–Gaia ya nos estábamos yendo—murmuré—, Por cierto ¿donde esta Lys?

–Primero: A donde van los dos juntitos ¿eh?—alzó y bajó las cejas—, Segundo: No sé—se encogió de hombros restándole importancia, luego lo pensó mejor y prosiguió—, Bueno si me había dicho que tenía unos exámenes y por eso no saldría con nosotras esta semana.

–Bueno, yo iré con Max a resolver un asunto con una abogada—al decir la última palabra abrió los ojos como platos—, Sara, insiste en quedarse en casa—ella se relajó al instante, yo ya le había contado todo sobre Sara y siempre quiso que la sacara de casa, nunca me atreví. Pero ahora si.

–Por fin te atreviste-me dijo con una sonrisa sincera—,Yo iré donde Dylan me avisas que tal va todo con la abogada ¿Bueno?—asentí y ella se despidió de nosotros.

– ¿Vamos?—Max me ofreció su mano para irnos al auto.

–Si, vamos—le sonreí—, Pero manejo yo ¿Si?

–Uhn-hm—sonrió.

Estando dentro del auto, Max decidió preguntar sobre qué había osado exactamente en mi casa hace unos minutos.

–Por cierto.... no es que sea metiche ni nada de eso....—murmuró nervioso.

–Es mi tía por parte de mi madre—asegure porque sabía que de que trataba lo que iba a decir—,Cuando... ellos fallecieron habían dejando hace tiempo un testamento del cual ya sabes. La cosa es que en ese maldito testamento decía que le dejaban mi total custodia a ella hasta la mayoría de edad. Cumplí los dieciocho hace unos seis meses, ella siempre me menosprecia, y se aprovechaba del dinero de mis padres. No la eche de la casa cuando cumplí la mayoría de edad porque.... no se... era algo que quería mi madre ¿sabes?—baje la mirada a mis manos—, De alguna forma era una manera de sentirme cerca de ella.

–Ella siempre estará en tu corazón—puso su dedo índice en mi pecho y luego acunó mi rostro—, Y siempre estará feliz de lo que estás logrando.

–Gracias....—susurré mirándolo, entonces él me abrazó desde su asiento.

Después de unos segundos del abrazo él se separó y su rostro quedó a pocos centímetros del mío.

Sus ojos estaban en los míos pero los bajo a mis labios, su respiración se aceleró al igual que la mía.....

Sus manos seguían en mi rostro.

Quería cortar la distancian. Quería besarlo. Quería tocarlo también. Quería hacer todo eso pero volví a la realidad y carraspeé para dejarme de él.

Él frunció un poco el ceño por mi reacción y se incorporó para acelerar el auto.

Estábamos en un silencio que me estaba aguando. Así que decidí encender la radio cosa que fue mala idea.

Desde que te vi ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora