Ese pájaro no puede volar.
Ese pájaro está herido y no puede volar, este pájaro está encerrado en una jaula que se llama Obligaciones, pero le quedan meses para abrirse.
Mientras tanto ese pájaro está luchando para sobrevivir, respira agitado a veces y pienso que algo va mal.
Pero ese pájaro es muy fuerte y confío en él, porque ese pájaro cree que no hay salida, que jamás saldrá de ahí y eso no es cierto.
Tiene que confiar en el tiempo, tiene que confiar en él y darse cuenta que ha conseguido mucha más de lo que se imagina.
Ese pájaro vive porque ha luchado contra muchas cosas, ha luchado por su libertad y sigue haciéndolo porque es un proceso.
No todo se consigue de la noche a la mañana y tiene que reconocer su valor, reconocer que si sigue respirando es gracias a él mismo, porque la jaula en la que está le quita oxígeno pero míralo.
Míralo ahí, sigue intentando volar más allá de esa jaula, admiro a ese pájaro.
Pájaro, si alguna vez lees esto quiero decirte que llegó un día que dejaste atrás el problema de la jaula, y que el peso con el que más cargabas era tu mente.
Tu mente te consumía, tu mente estaba llena de rocas gigantes a las que llamamos pensamientos.
Pero hasta aprendiste a sobrellevarlo y te acostumbraste a esa lucha y gracias a ese esfuerzo sigues poniendo en marcha tus alas para el día que puedas volar por toda la ciudad o por todo el mundo.
Querido Pájaro, quiero que sonrías porque te lo mereces, mereces sonreír en esta batalla y no rendirte jamás, solo mira hacia atrás y observas todo lo que has podido dejar en el camino.
Tienes que enorgullecerte, te lo debes, nos lo debes.