★ Capítulo 8

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—¿Puedes creerlo Yoongi?, El mocoso malcriado me tiró la puta limonada en la cara delante de toda esa cantidad de personas que habían en la cafetería, no te imaginas cuánto lo odio.— Soltaba furioso jeon.

kookie ¿A quien quieres engañar?, Sabes perfectamente que lo que sientes no es odio, solo te molesta saber que este no se deja ni agacha la cabeza como todos suelen hacerlo ante ti, te dije que te disculparas no que empeoraras la situación, ahora mi querido hermano... Tendrás que idear algo muy bueno para que el principito te perdone.—Decía juguetonamente Yoongi.

¿Que me perdone?, Pfff que pendejada dices Yoongi, jamás le pediré disculpas a ese mocoso, ahora él es el quien tendrá que disculparse conmigo... —Manifestaba con desdén jeon.

no digas jamás kookie, te has de tragar tus palabras... — Aseguraba con travesura y de forma burlona Yoongi.

Jungkook se dedicó a seguir revisando los documentos y no le siguió prestando atención a Yoongi, detestaba que este tuviese razón, es más, detestaba que cualquier persona tuviese la razón y el no.

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Habían pasado siete días y jimin nada que conseguía trabajo, en todos los lugares que entraba coincidencialmente llegaba otra persona y le quitaba el puesto o simplemente no lo aceptaban por falta de experiencia laboral.

Ya empezaba a creer que jeon se había ingeniado alguna clase de complot para que no encontrara trabajo, maldito jeon, porque simplemente no lo dejaba tranquilo.

El sonido de su celular lo saco de sus más profundos pensamientos, el indicador decía que era su padre, ¿Qué le diría a su papi?, ¿Qué era aún miserable y no tenía ni un centavo para ayudarle con la empresa? O no aún mejor, ¿qué no había logrado convencer a jeon de vender el 50% , y que había empeorado la situación con este?, Tomando algo de aire contesto con preocupación aquella llamada.

hola papi, —dijo jimin fingiendo estar bien.

Hola minie cariño, ¿Cómo estás hijo?—Preguntaba entusiasta el señor park.

bien papi estoy bien, estoy tratando de encontrar un lugar donde vivir y un trabajo para sostenerme, también... Hablé con el señor jeon pero... Jimin fue interrumpido por su padre.

ohhh si el señor jeon, que gran hombre, vino la semana pasada y hablo con tu tío y conmigo, ya firmamos un contrato y ahora somos oficialmente socios.—Explicaba emocionado park sun.

A jimin le regreso el alma al cuerpo, vaya... Y el que creía que había arruinado todo con el idiota ese.

¿enserio papi?, Que bueno, me alegra un montón que las cosas mejoren por allá...— Decía alegremente jimin.

minie cariño... Ya se que dijiste que querías valerte por si mismo pero ya he recargado tu cuenta, Ahora tienes dinero allí, alquila un lugar adecuado, come bien, no quiero que enfermes y que ni se te ocurra devolverme el dinero porque me enojare contigo.—amenazaba el señor park.

está bien papi, pero que solo sea por esta vez, no quiero que te preocupes por mi, yo estaré bien,— afirmaba dulcemente jimin.

ok hijo, recuerda visitarnos, tu madre y yo te extrañamos... Aunque solo llevas dos semanas en Seúl ya te queremos de vuelta.. eres nuestro tesoro recuérdalo, ah y otra cosa minie... Al parecer hobi también quiere seguir tus pasos e irá a Seúl... —Informaba alegre park sun.

-- oh por Dios ¿hobi vendrá?, Ayy sii ya quiero que venga extraño a mi mejor amigo y deseo no estar tan solo en este lugar tan grande, sii papi dile a hobi que lo esperaré con ansias... —Soltaba feliz jimin.

bueno minie, te quiero hijo, hablamos otro día, tu mamá ya me está llamando a cenar, descansa hijo y abrígate bien...— Fueron la palabras  del señor park antes de colgar.

Ahora jimin estaba más tranquilo no lo podía negar, a pesar de todo el dinero de su padre le había caído como del cielo para poder conseguir un apartamento, el quería un depa pequeño y habitable ya fuese alquilado o si le alcanzaba para comprarlo pues mucho mejor.

Salió del hotel y se dispuso a buscar por las calles de Seúl apartamentos que se adecuarán a su presupuesto, era de masiado optimista, sabía que tarde o temprano encontraría algo mejor de lo que podría imaginar solo tenía que tener algo de paciencia.

Horas y horas pasaban y jimin ya no sentía sus pies, estaba agotado y moría de hambre así que entró al primer restaurante que estuvo a la vista.

Era lindo, no es que fuese la gran cosa pero aquel restaurante tenía un ambiente agradable, estaba al tope de gente y jimin con el hambre que tenía no estaba muy seguro si podría aguantar.

Un mesero se acerco y tomo enseguida su orden, el peli azul se sorprendió ya que había más de 50 personas por delante de él esperando por qué los atendieran pero a él lo habían atendido en el instante que llego.

Algo avergonzado jimin le dijo al mesero lo que deseaba comer, enserio si no estuviese muriendo de hambre había respetado el orden de llegada pero su estómago rugía, dolía y por ende necesitaba darle comida.

A los cinco minutos su comida ya estaba servida y frente a él, pero que efectivo era el servicio se dijo para si mismo.

Cuando terminó de comer jimin pido la cuenta para poder pagar por la deliciosa y apetitosa comida que acaba de probar. Sin embargo, el mesero le dijo que todo corría por cuenta de la casa y por el contrario le dió un postre para llevar.

Demasiado asombrado estaba el peli azul, pero que maravilla, quizás era su día de suerte, parecía que se había ganado la lotería el día de hoy, así que encantado recibió la bolsa con una cajita que le brindaba el mesero luego de un muchas gracias salió del lugar con una enorme sonrisa.

Como un niño mimado jimin comía de su postre mientras seguía caminando por todos lados tratando de encontrar un apartamento, estaba tan ensimismado y concentrado con el rico y sabroso postresito que nunca noto que alguien lo seguía muy sigilosamente.


























































































¿Qué pasará?
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Ya lo veremos...

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