12 2 2
                                    

.·:*¨¨*:·.. . . .‿‿‿๑✽๑‿‿‿ . . . ..·:*¨¨*:·.

Las semanas junto a sus días  habían pasado con una velocidad que daban vértigo, entre noches trasnochadas, comidas rápidas y exámenes. Jimin no había vuelto a toparse con Yeong, por lo que estaba agradecido,  y le había ido bien en los finales, por lo que estaba más que contento. Junto con Taehyung después de pasado más de un mes y de que nunca pudieron encontrar al dueño, decidieron adoptar a Panterita. Taehyung había decidido independizarse de sus padres, por lo que ambos trabajarían duro los tres meses de vacaciones que tenían para poder mudarse juntos, esto traería muchos beneficios como el económico y más importante aún, Panterita estaría en un lugar en el que sí fuse aceptado. Por el momento era tener mucho cuidado para que nadie del edificio se enterase de la presencia del gato.

Por otro lado, para Yoongi también habían terminado los exámenes finales, pero a diferencia del semestre pasado no hizo ninguna celebración, la pérdida de su amigo había drenado sus ganas de cualquier festejo y no había día que no se lamentaba no haber cerrado la maldita ventana del baño. Cuando nadie lo veía ,lloraba por lo que su mente maquinaba, a su gato en la calle con miedo y hambre, golpeado o hasta muerto. En ciertas ocasiones para calmar su corazón imaginaba que un alma generosa lo hubiese encontrado y adoptado, pero eso era muy poco probable, ya que la gente tenía muchos perjuicios por los gatos negros.

Tanto Jungkook como Namjoon notaban como el pálido estaba más apagado y melancólico de lo normal, por lo que le sugirieron adoptar a otro gatito, no querían ser crueles al insinuar que Satán nunca más volvería, pero no sabían qué más hacer para que su amigo estuviese bien. Obviamente Yoongi no tomó muy bien aquella sugerencia y los mandó a la mierda.

— Lo pensaré tía, pero no te aseguro nada.

— Vamos Yoongi, la paga no es tan mala, además que no lidiarás con muchas personas como en un trabajo normal. — Se escuchaba al otro lado de la línea.

— Es solo asegurarme que tu edificio no se incendie ¿verdad? — se escuchó al otro lado una carcajada fuerte.

— Qué ocurrente eres Yoongi, pero sí, de algo así va el trabajo.

Hace ya rato una de sus tías se había comunicado con él para preguntarle cómo estaba la familia y de paso proponerle un trabajo mientras durasen las vacaciones. Desde que Satán desapareció, Yoongi  agotó todos sus recursos para buscar a su amigo, pagó por propagandas en radios y televisoras locales, en carteles, hasta juntó para una recompensa generosa para quien dice algún dato sobre el paradero de su amigo, pero lamentablemente nadie sabía nada de su gato. Si bien sus padres lo apoyaban con una mensualidad para sus estudios y gastos generales, él por su parte daba asesorías a los estudiantes de ciclos menores para ganar dinero extra y así mantenerse, pero eran vacaciones y ya nadie necesitaba de sus servicios, por lo que tendría que buscarse un trabajo para poder sobrevivir por estos meses. La verdad era que no quería trabajar en atención al cliente o algo parecido porque le agotaba tratar con gente grosera y eso lo ponía irritante y agresivo. Por eso pensó que la propuesta de su tía sería la mejor opción, pero aun así la idea de que Satán volviese a casa y él no estuviese allí lo aterraba, porque sí, el trabajo que su familiar le ofrecía era en una ciudad lejana.



Yoongi tomó un gran bocado de aire y procedió a cargar su maleta para atravesar las gradas que conducían a la entrada del edificio. Su tía ya se encontraba en sus vacaciones, por lo que le había encargado a uno de sus inquilinos entregarle las llaves a Yoongi.

"Es un chico muy amable y nunca se retrasa con la renta, así que sé amable con él." Le había dicho por teléfono al referirse al inquilino que le entregaría las llaves del lugar, incluyendo el del pequeño departamento en el que se quedaría. Yoongi ya estaba en recepción, pero simplemente el chico no aparecía por ningún lado por lo que empezó a irritarse. Marcó al número del desconocido que su tía le había proporcionado. Uno, dos, tres y cuadro tonos después contestaron.

— ¿Si? Diga

— Soy el sobrino de la dueña, necesito las llaves, pero ya.

— Oh... bajo en un momento, por favor espera allí.

Yoongi procedió a calmarse, pero el calor del lugar no cooperaba. A diferencia de la ciudad donde vivía, en este hacía más calor, demasiado a decir verdad. Le parecía hasta absurdo que tal diferencia de ciudades solo estuviese separada por un poco más de 3 horas en tren. Habían pasado ya 10 minutos y Yoongi empezaba a impacientarse hasta el punto de enojarse, revisó entre los mensajes que intercambiaron con su tía para buscar el número de departamento en el que vivía aquel muchacho que supuestamente era amable, alguien amable no lo haría esperar tanto solo para entregarle unas malditas llaves pensaba. Sus pies dolían y estaba cansado, por lo que solo tenía ánimos de abrir el departamento que le habían asignado y echarse a dormir. 

Tocó la puerta con el número que indicaba el mensaje, inmediatamente un joven salió y cerró la puerta detrás de él. Traía una camisa celeste holgada, unos pantalones cortos negros y sandalias, se podía ver como su rostro y cuello estaban bañados en cristales de sudor. Yoongi vio con detalle y descaro de pies a cabezas al chico frente a él, su apariencia le pareció sumamente ¿intrigante?, la verdad era que él mismo no podía encontrar una palabra para describirlo.

— Soy Jimin, mucho gusto. En verdad siento mucho haberte hecho esperar.



Jimin se encontraba limpiando el arenero de Panterita cuando recibió la llamada, había olvidado que hoy el nuevo encargado vendría, por lo que entró en pánico. Si el sobrino de la dueña veía algún rastro de que tenía un gato, seguro no dudaría en contárselo a la dueña y lo echarían en ese mismo instante. Vio su ropa y se dio cuenta que estaba cubierta de pelos, corrió a ponerse alguna prenda negra para camuflar los pelos del gato, la verdad era que desde que llegó Panterita a su vida aún no había comprado algo para quitar los pelos que dejaba este último, por ello casi toda su ropa tenía algún rastro del gato. Trató de quitar las pelusas con cinta adhesiva, pero no quedaba tan limpio como se lo esperaba. Sabía que tendría que enseñarle las instalaciones a ese tal Yoongi, por lo que estaría muy cerca de él por un buen rato, lo que significaba que podría ver los pelos de gato en su ropa y sospechar. Buscó entre sus cajones alguna prenda que no había usado hace ya tiempo y que no tuviese rastro del gato, cuando lo encontró se cambió lo más rápido que pudo, pero ahora tenía que solucionar otro problema. 

Desde que habló con Yoongi su gato no había dejado de maullar fuerte y continuamente, así que ahora estaba buscando la manera de que su gato guardase silencio. Le puso un poco de catnip a uno de sus juguetes, le rascó el lomo y hasta le puso música relajante, pero nada parecía funcionar. Nada callaba los maullidos demandantes del gato hasta que abrió una lata de paté y allí si el gato remplazó los maullidos por ronroneos mientras comía lo que Jimin le había servido. Al segundo de poner la lata en el tacho de basura alguien tocó su puerta, corrió hacia ella y de una la cerró detrás de él. Delante de él estaba un joven delgado, casi de su misma estatura y sumamente pálido, se preguntó si el calor no hubiese dañado esa piel pálida que sobresalía del cuello de su sudadera. Sacó esos pensamientos de su cabeza y lo saludó. 

— Soy Jimin, mucho gusto. En verdad siento mucho haberte hecho esperar.

 En verdad siento mucho haberte hecho esperar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Gracias por leer  ♡

SE BUSCA  ↮ ymDonde viven las historias. Descúbrelo ahora