|1|: Joven y estúpida.

2 0 0
                                    

"Tenemos un baile, en los burdeles de Buenos Aires, cuenta la historia de una prostituta y de un hombre que se enamora, de ella. Al principio hay deseo, luego pasión, luego sospecha... celos, ira, traición. Cuando el amor es para el mejor postor, no se puede confiar, y sin confianza no hay amor. Los celos... sí, los celos le volverán loco." —Jacek Koman (El argentino), Moulin Rouge!

Aquella habitación gris, tomo la forma de prisión desde que llegué a esta ciudad, pero un día, sin más, encontré unos ojos cafés que me hicieron salir a buscar un motivo para convivir más con la dueña de esa mirada achocolatada, ese día se rompieron las cadenas. Creí que ella era milagrosa, sentí que mi pasado había sido borrado y podía ser la mujer más feliz del mundo. Sin embargo, el tiempo tiene grietas y por ellas puede colarse cualquiera...

El recorrido no había sido largo, pero el amor era demasiado grande.

Creímos que nunca terminaría. Una decisión incorrecta nunca tendrá justificación, un error nunca podrá esconderse tras una mentira.

La verdad siempre sale a la luz cuándo la bola de nieve comienza a derretirse hasta revelar el crimen oculto en tantas mentiras.

El amor no acaba, solo se cansa. No es que amemos poco, es que los errores comienzan a perseguirnos y el pasado nos abruma.

Algún día tendrás que enterarte de todo y sabrás que mi amor por ti no acabo nunca, para ese entonces el aprecio y cariño que me tienes ya se habrá consumido y sólo quedaran cenizas. Me odiaras y descubrirás estas cartas... o tal vez yo misma me encargue de entregártelas.

Cada una de estas palabras son de mi cargo de conciencia, lamento apuñalarte con estás lineas que antes sólo escribía con amor y ahora sólo escribo por desahogo. Te engañe con ella y nunca supe como decírtelo; te engañe con ella...

—Oye, amor- entro al cuarto para preguntar por el recibo del alquiler, me congelo al ver que la carta está en sus manos y cuando me escucha hablar, el papel cae al suelo. Sus ojos se dirigen a mi y luego a ese papel blanco que se ha humedecido por las lágrimas que ha derramado. Me congelo y no puedo hacer nada más que decirle:—. ¿Estás bien?— camino hacia ella y trato de abrazarla.

No se mueve, ni dice nada. Un 'perdón' es lo único que logro pronunciar antes de que ella tome él papel que ahora está en el perfecto azulejo blanco.

Intento quitarle la carta, pero no consigo moverme, ella se aleja y comienza bufar, se que está enojada y no es para menos. Camino hacia ella, intento besarle, quitarle aquel papel en el que firme mi culpa, pero lo único que recibo es una bofetada de su parte.

—Dame el nombre, Mitchell, ¡necesito el maldito nombre!— está al borde de una crisis, la conozco. Por sus mejillas escurren lágrimas de furia provocada por mí, al mismo tiempo que se pasa la mano por el cabello en repetidas ocasiones y bufa de la ira. Su cara se torna roja y sus manos se aprietan en puños mientras aprieta mi blusa en sus manos—. ¿Cuándo? ¿En dónde? Eres una...

Un silencio brutal se hace presente. Se lo que estaba apunto de decir, la miro a los ojos y con la respiración agitada pronuncio—: ¿Una qué? ¿Una zorra? ¿Por qué no lo dices?

—¡Porque te amo, estúpidamente te amo!— grita y me abraza. Correspondo el abrazo pero algo se ha roto dentro de ella, lo se, porque algo se quebró dentro de mi cuando me di cuenta de lo que había hecho.

—Yo también te amo.

Silencio, el silencio es tan brutal que casi perfora mi alma. Es brutal la forma en la que ella comienza a desmoronarse en mis brazos, cae al suelo y yo caigo con ella, sus manos tocan mi cara y me mira a los ojos. Su cabello se ha despeinado, sus respiraciones son agitadas y por sus mejillas siguen rodando lágrimas de dolor.

—Nunca, nunca espere que cambiaras algo por mi- murmura entre respiraciones rápidas y profundas, —pero tampoco esperaba que me traicionaras de esta manera y... estoy intentando justificar lo que hiciste pero no hay manera, me has roto el corazón y aunque cada pedazo de él quiera perdonarte, yo no lo voy a hacer... Toma tus cosas y vete.

Siento un dolor muy profundo dentro de mi, algo se rompe en mi interior cuando ella se levanta del piso y camina fuera de la habitación. Escucho la puerta de la entrada ser abierta y se que ha salido a caminar. El cuarto de 4x4 metros se ha reducido a 1x1. Es tan sofocante.

Tomo la maleta que está debajo de la cama y comienzo a meter mi ropa en ella. Nunca creí que este día llegaría. Esta habitación tiene tantos recuerdos como los tiene esta ciudad. Tomo mis cosas, apago las luces de todo el departamento y dejo las llaves en la mesa de la cocina, porque se que ya no seré bienvenida aquí una vez que ponga un pie fuera de lo que llamo mi hogar.

Afuera el aire está helado, las nubes abrazan la ciudad y parece que en cualquier momento lloverá. Camino con mi maleta hacia la parada de autobuses para ir a la central y tomar uno que me lleve a un lugar lejos de aquí.

Mi celular comienza a sonar y lo saco de la bolsa de mi pantalón. Es Carolina, mi mejor amiga.

—¿Qué fue lo que paso?— dice una voz agitada medio chillante. Alcanzó a escuchar el ruido del tráfico, supongo que acaba de salir del trabajo. No tengo palabras.

—Ya lo sabe— murmuro intentando no llorar y continuo caminando.

—Me ha llamado para decirme que te quedarías en mi casa. Creo que nunca va a dejar de preocuparse por ti. Está vez la has cagado de una forma enorme. Toma un taxi y ven a casa, es tarde para que viajes por dos horas a casa de tu madre— la voz de Carolina es tranquila pero se que está molesta, porque también es amiga de Valentina y si yo estuviera en su lugar, lo estaría.

—Gracias, pero necesito estar sola en este momento— cuelgo el teléfono y miro hacia atrás, notó que Valentina entra al edificio y que probablemente Carolina sólo me llamó para avisarle cuando yo estuviera fuera.

Carolina es mi mejor amiga desde que comenzamos la universidad, ella vio al cristal roto intentar pegarse y recuperarse hasta que lo logró, el problema es que lo hice gracias a Valentina, y ahora que esto paso, todos los pedazos se han vuelto a desunir sin tener una forma correcta de encajar, porque ahora me doy cuenta que perdí muchas piezas.

Happy Endings?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora