heaven ✧ minsung

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tw: recordemos que para este capítulo, ha pasado ya un mes; tiempo en el que se recuperó la lesión de minho <3

Sus pasos resonaban en la acera de la casa de su suegra, sin mucho temor, pero con bastante nerviosismo.

Durante el mes que estuvo en cama, bajo los cuidados de JiSung y su madre, tuvo algo de tiempo para pensar en cómo decirle a la señora que quería llevarse a su hijo con él.

Ya se había mentalizado de que ella le diría que era algo apresurado quizá, o posiblemente le diría que no, que esperara un tiempo más.

Igual esperaría el tiempo necesario por JiSung.

Sea lo que sea, estaba listo; tenía la suficiente madurez para poder entablar esa conversación con la señora Han.

Sacó la llave que JiSung le había dado para poder entrar a la casa.

Él ya se lo había comentado que pensaba hacerlo; igualmente le dijo que quería hablarlo cuando él no estuviese, para que ella no sintiera esa presión de los dos.

Le costó algo meter la llave en el cerrojo dado a que tenía las manos sudorosas, pero apenas pudo, entró sin mucho rodeo al hogar de los Han.

Se quitó los zapatos, y pasó el recibidor; ya podía sentir el olor de uno de sus tés que venía desde la cocina.

—¿Omma Han? —llamó cuando llegó a la puerta de la cocina.

—¿MinHo? —se levantó de la silla al verlo. —Pensé que estabas trabajando, aún es temprano —sonrió.

—Estoy en mi hora de almuerzo —rascó su nuca, y se sentó en la mesa, seguido de ella.

—Oh, ¿viniste a almorzar? —ladeó su cabeza. —De haber sabido, te habría preparado algo especial.

Y ahí estaba, ese calor tan... Inefable que la madre su novio le transmitía; era como su segunda mamá.

Le había acogido tan cálidamente desde la primera vez que tocó el suelo de esa casa, que ya se le había borrado todo lo que practicó antes de entrar.

—No, yo- —rió nervioso, sin encontrar las palabras adecuadas.

—¿Qué pasa, hijo? —frunció el ceño. —Mira que soy vieja, no me asustes.

MinHo echó su cabeza hacia atrás, buscando tranquilizarse. —Yo... Quería hablar con usted, Omma Han.

La señora entrecerró sus ojos. —¿De qué se trata?

—Es sobre mi relación con JiSung —comenzó a jugar con sus dedos.

—Si buscas por consejos, puedo no ser buena, pero trataré de dar lo mejor —suspiró. —¿Sucede algo malo entre ustedes?

—¡Qué! No, no, definitivamente no es eso; es sólo que... —mordió su labio, nervioso.

—Sólo dilo, MinHo. Todo va a estar bien.

El chico suspiró nuevamente. —Quiero dar el siguiente paso con él.

Finalmente, la miró, y notó el rubor de sus mejillas; increíble era el parecido a JiSung de esa forma.

—... ¿Me estás hablando de relaciones sexuales? —susurró, y ahora fue MinHo el que se sonrojó.

—No, no —negó, escondiendo su rubor. —Con todo respeto, usted no tiene que preocuparse por eso, créame —susurró.

—¿Entonces?

¿Donde quedaron sus agallas el día que le propuso a su novio irse a vivir con él?

Parecía que se habían esfumado por sí solas, porque el nudo que tenía en la garganta no le ayudaba a buscar las palabras correctas para hablar con su suegra.

Y entonces la miró a los ojos, muy parecidos a los de JiSung, y trató de espantar todo rastro de miedo que recorría su cuerpo.

Juntó sus manos frente a ella, y suspiró antes de hablar.

—Quiero mudarme con JiSung —soltó sin rodeos, esperando no haber sonado tan duro.

La señora no se quedó atrás, y sus facciones quedaron neutrales.

—¿Eso era lo que te tenía nervioso decirme? —rió, y lo vió asentir.

—JiSung y yo lo hablamos en varias ocasiones —trató de no enredarse con las palabras. —Los dos queremos dar un paso más en nuestra relación.

—Mm, ¿no crees que es muy... pronto?

—Sí —asintió, con una sonrisa. Eso lo predijo —Pero JiSung es mayor de edad, tiene un trabajo estable, yo también, y estoy seguro de que juntos, podemos lograrlo.

Ella negó. —Aún así, tienen un año saliendo apenas-

—Pero tengo más de un año de conocerlo —MinHo tomó las manos de su suegra, y agachó la cabeza —Todo este tiempo que paso con él; todas las noches, los días, salidas, citas y muchas, muchas cosas, sólo me convencen más de lo mucho que lo quiero conmigo desde que sale el sol, hasta que vuelve a ocultarse... Y el tiempo que hay en medio de ese periodo del movimiento solar —rió a lo último.

—MinHo...

El pelinegro levantó su cabeza, observando a la mujer frente a él.

—Señora Han, su hijo es mi todo, por eso prometo cuidarlo, amarlo y respetarlo mucho más que a mi propia vida si usted me permite tenerlo conmigo todos los días, bajo mi mismo techo.

La señora apartó una de sus manos para dirigirla a su mejilla, y limpiar una lágrima que caía por ella.

Dejar ir a su hijo era algo a lo que tenía que llegar a afrontar algún día.

Siempre lo imaginó irse solo, a su propio departamento, y quizá luego con otra persona.

Ahora su yerno le decía todas esas cosas, y se convenció una vez más, de que su pequeño, estaba en buenas manos.

Pero no mentiría, tenía miedo de soltar su mano.

Se acostumbró a tenerlo cerca, verlo crecer, dar sus primeros pasos en la vida, escucharlo tocar su guitarra en el cuatro y crear nuevas letras.

Era dejar ir un pedazo de ella, que lo cuidó desde que lo tuvo por primera vez en sus brazos.

Pero ahora ya no era ella la que se encargaría de ello, ahora tenía otra persona que le cuidaba, y ella confiaba en que era así.

Iba a ser difícil ya no verlo todos los días, pero tenía que dejarlo volar, tenía que dejarlo hacer su vida.

Finalmente, la señora Han, asintió, limpiando otra lágrima.

—Cuídalo muy bien, MinHo —lo miró. —Te vas a llevar un pedazo de mí; cuídalo, en serio.

El pelinegro sonrió, sintiendo toda esa felicidad recorrer su cuerpo ahora como una chispa de electricidad. —Téngalo por seguro, Omma Han.

ay qué emotivo, cosas que nunca me pasarán JAJKSKS

btw, este capítulo me gustó mucho, espero a ustedes también<3