Una noche oscura

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La noche se encontraba fría, muy oscura, con una neblina densa que recorría cada metro de su inmensa propiedad. El hombre de negocios ya había quedado atrás, ahora se dedicaba cuidar de su propiedad y cultivar frutas exóticas como originalmente hacían sus padres. Hellen por su parte seguía siendo ama de casa, dedicada a la cocina.

Como todos los días, se encontraba Mateo en su finca trabajando arduamente. Cansado por su extenuante faena de trabajo en la finca, Mateo se dispone a regresar a casa en su caballo. Pero de camino a casa comenzó a caer una lluvia incesante, con fuertes truenos y relámpagos. Las ráfagas de viento casi no lo dejaban avanzar.

No tuvo muchas opciones, junto a su caballo se detuvo para librarse de la lluvia en un pequeño rancho. Pudo notar que las lluvias dañaron el tendido eléctrico y la luz dejo de funcionar en toda la hacienda.

Llegada la madrugada la lluvia ceso logrando así continuar su camino. No había luna, ni estrellas que le alumbraran. Con gran dificultad Llego a casa, había un silencio total. Apenas logro entrar, cuando diviso en la cocina a su amada y adorada Hellen que yacía en el piso inerte.

Su corazón se detuvo por un instante, sus ojos no podían creer lo que veían, su cuerpo sintió escalofríos, entro en pánico, rápidamente se dispuso a llamar a las autoridades competentes para que le prestaran los primeros auxilios aunque en el fondo sabía que ya era tarde. Con temor logro acercarse a su esposa que apenas lograba respirar, su pulso era débil y estaba inconsciente. Rápidamente su cuerpo se comenzó a tornar frio como el hielo en los brazos de su gran amor. Ya no había nada por hacer. Hellen estaba muerta.

La ambulancia llego horas después ya que el camino a la finca era muy lejano y se había visto afectado por la fuerte lluvia con deslizamientos de tierra y grandes lodazales, la trasladaron a un hospital donde se confirmó su hora de deceso y la causa de su muerte, un ataque al corazón fulminante le arrebato la vida junto con sus sueños e ilusiones.

La noche se tornó aún más oscura y el dolor penetro en lo más profundo de su alma. Un nudo en su garganta que se hacía cada vez más real y las densas lágrimas corrían por sus mejillas. Como podía ser esto cierto si aún eran jóvenes, a penas y llegaban a los 40, ella no tenía problemas de salud que el supiera, que habría pasado, todo era confuso, nada tenia sentido.

Siempre que surgía el tema de la muerte Hellen decía: "yo quiero que sobre mi tumba siembres un árbol de guayacan, para que todos admiren su belleza al florecer". Estas palabras resonaban en la cabeza de Mateo una y otra vez quien solo deseaba cumplir la voluntad de su querida esposa. Así lo hizo.

Con dolor en su alma comenzó a cavar un pequeño ollo en la entrada principal a la finca, donde deposito las cenizas de hellen junto a las semillas de guayacan, lo tapo y dijo unas palabras:

-Esta era nuestra frase favorita y aunque no me escuches yo las llevo grabadas en mi corazón: -our love is forever, forever has been, and forever will be.- se dejó caer en el piso y lloro amargamente.

Viudo, triste y nuevamente sin rumbo, Mateo, deseando recordar el olor a flores de su amada, comenzó a buscar en sus cajones el perfume que ella utilizaba, cuando sintió algo duro. Esto era inesperado, había encontrado el diario que en algún momento le regalo a Hellen para que se desahogara en los momentos de dolor. Encontró en el algunas de las recetas más deliciosas, sus favoritas, preparadas con todo el amor del mundo con los frutos de esa tierra. Algunos chistes, adivinanzas, versos, canciones, anécdotas, entre otros.

Llego a la última página escrita, las lágrimas comenzaron a correr por su bello rostro, apenas lograba leer la carta que su amada esposa había escrito para él y no había tenido la oportunidad de entregarle. Cada vez que avanzaba en la lectura de esa carta pensaba en lo mucho que amo a su esposa y lo poco que pudo disfrutarla. No logro cumplir sus deseos ni sus sueños, ya no le quedaba nada de ella, solo los recuerdos y un viejo diario.

Los recuerdos inundaban su ser, cada chocolate caliente tomado en la terraza, las clases de cocina compartidas, las caminatas matutinas entre los árboles, cada secreto y complicidad, su tierna sonrisa, lo bella que se veía con una trenza de medio lado. Mateo no lograba pensar en otra cosa que no fuese Hellen.

En medio de su desdicha, juro cumplir el último deseo de su esposa plasmado en ese diario. Pondría todo su empeño, esfuerzo y dedicación en crear un edificio que rindiera honor al amor que sentía por Hellen, no permitiría que esta fuese olvidada. Todos conocerían sobre su historia de amor y sus sueños se harían realidad aunque ella ya no pudiese verlos.

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⏰ Última actualización: Jan 19, 2022 ⏰

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