Capítulo 99

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La semana de descanso de Samuel estaba terminando, había sido una semana realmente alborotada, Arsilex y Lexosi lo llamaban casi a diario, Samuel se quedaba solo por las mañanas ya que Rubén tenía clases y el mayor no lo dejaba faltar a ellas, por la tarde sus amigos se turnaban para verlo y acompañarlo mientras Rubius había vuelto con las clases de defensa personal con Akira y Nieves.
Elyas no había ido más que dos veces, pero se mantenía en contacto con Samuel todos los días. Incluso Mónica y Variko habían llegado a casa de Rubén para verlo un par de veces. Pero fue cuando Mónica se presentó sola una mañana en la que Rubén estaba en clases, que Samuel la regañó.

-Lo sé- dijo la azabache apenada- créeme que lo siento y ya me disculpé con él-.

-Sé que te disculpase con él Mónica, pero sigo diciendo que no debías haber hecho eso- Samuel estaba sirviendo dos tazas de té- Rubén estuvo desanimado por mucho tiempo- suspiró resignado- pero ya... supongo que a estas alturas no importa mucho-.

Mónica tomó el té y agradeció por él- créeme que también me reprendí varias veces por lo que le dije- le aseguró- pero creo que ahora nos llevamos bien, se perder Samuel y además se nota a la legua que está muy enamorado de ti y créeme que eso me hace realmente feliz- afirmó Mónica.

Samuel le agradeció la sinceridad de sus palabras y también esperaba que los tres fueran grandes amigos. También le agradeció que le facilitara todos los trabajos, los apuntes, lo visto en clases, las exposiciones que había filmado a las que el mayor no pudo asistir. Rubén llegó después del medio día poco antes de que Mónica se fuera, ya que estaba ayudando a Samuel con un trabajo complicado. Pero a pesar de saber que estuvieron toda la mañana solos eso no lo puso celo de ninguna manera y esa noche se lo confirmo.

Dejó escapar un risita- ¿Qué pasa De Luque?- preguntó cuándo dejó de sentir las manos del mayor en su espalda.

Sí, las clases con Akira y Nieves habían vuelto, así como los masajes del mayor a su cuerpo.

-Mónica estuvo aquí- le recordó.

-Sí, lo sé ¿Y?- cuestionó cerrando sus ojos. Lo escuchó bufar- ya arreglé las cosas con Mónica, no estoy celoso si a eso te refieres-.

-¿En serio?- preguntó- ¿Ni un poquito?- lo escuchó reír, Samuel no iba a negar que adoraba verlo celoso.

Rubén se arrodilló sobre en colchón y se giró para gatear hasta un anonadado Samuel- escucha- dijo acariciando con el dorso de su mano la tupida barba del mayor que le generaba cosquillas cuando se besaban- yo sé que Samuel De Luque es sólo mío, mío y de nadie más- le sonrió apoyando sus labios sobre los de Samuel, y comenzó con su suave movimiento.

Samuel lo atrajo hacia él, esa visión de Rubén gateando hacia él fue demasiado para su autocontrol. Lo sentó a horcajadas sobre su regazo, dejándole sentir lo está estaba despertando en él para que se hiciera responsable.
Rubén sonrió al sentirlo, se pegó al mayor, cruzando sus brazos detrás de su cuello. Las manos de Samuel dejando caricias en su cuerpo semi desnudo, ya que el menor solamente tenía puesto su bóxer.

-Rub-.

-¿Hnng?-.

-Últimamente estás... más... ¿Sexoso?- dijo al sentir el dulce vaivén del menor sobre su miembro.

-¿Qué clase de palabra es esa?- preguntó divertido separándose levemente de él.

Samuel hizo que Rubén rodeará su cintura con sus piernas y lo dejó caer suavemente sobre la cama, sorprendiéndolo sobremanera.

Mi trébol de cuatro hojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora