¿Y ese olor?, es el de la primavera, ese aroma que siempre te inunda y te apresa cada vez que llega.
Durante esta estación, los árboles se tornan de diversos tonos y las plantas a florecer comienzan, todo un espectáculo y una bomba de deleite de colores para tus ojos.
Pero no tan solo para mis ojos es un deleite, mi nariz igualmente disfruta bastante de los aromas que acompañan a la primavera, y más que nada, el de las flores, y una en específico que siempre he cuidado y defendido por mi cuenta, tan polémica por mi familia y queriendo ser robada por otros invasores, una bella Rosa azul puesta en un pedestal de vidrio.
Tan preciada para mi esta bella rosa que dudo llegar a separarme de ella.
Esta, como todo en la vida, tiene una historia de cómo la he conseguido y de cómo me llegué a encariñar tanto con esta.
Un día del no tan distante pasado me encontraba aventurado en una casa abandonada hace ya un tiempo, me pellizco la curiosidad debido a que esa casa en un tiempo fue la más popular del pueblo debido a los sucesos que habían ocurrido en ella, un matrimonio forzado fue el que vivió acá, no recuerdo mucho de la historia pero contaba que al final, la esposa término muerta y el hombre terminó yendo a prisión debido a las cosas que le hacía a su esposa.
Pues como decía, iba hacia esa casa, estaba vacía, cosa que no era muy usual debido a su popularidad anteriormente mencionada, ahí yacía la rosa más hermosa que había visto en mi vida, un bello color azul marino eran los que poseía esta, un tallo perfectamente derecho y verdoso, era perfecta...estaba en un pedestal de vidrio el cual estaba un tanto cubierto de polvo, esto me causó algo de inquietud y le eche algo de saliva a la manga de mi camisa para luego comenzar a limpiarlo.
Después de un rato de apreciarla, surgió la idea en mi cabeza de llevarme aquella rosa, después de todo, nadie lo notaría.
Me lleve aquella flor a casa y volvemos a este mismo instante, este mismo tiempo, el presente.
Últimamente desde que tengo esta flor, la primavera me hace sentirme feliz de alguna manera, sus pétalos sueltan abundante aroma a Rosas, es tan calmante y tranquilo que me dan ganas de congelar este momento por la eternidad.
Pero acompañado de la rosa y el magnífico olor de esta y la primavera siempre viene un chico de cabello azul a sentarse cerca de los campos que no quedan tan distantes de mi casa, se queda ahí mirando en mi dirección fijamente, en estos 2 años nunca le eh dado tanta importancia, pero si llega a asustarme un poco, es escalofriante cuanto menos.
Este año, el chico azulado como siempre viene a sentarse ahí mismo donde siempre, pero esta vez traía algo singular...¿¡era una piedra incrustada en su frente?!, al menos eso alcanzaba a divisar mi vista, tomé a mi rosa en su pedestal y salí corriendo hacia aquel campo para ir a verlo más de cerca sin importar el miedo que recorría mis venas en ese instante.
Me acerque y aferre la rosa un poco más a mi algo asustado, el joven azul se acercó hacia mí haciéndonos quedar frente a frente mientras que la incomodidad al parecer invadía a ambos.
"¿Quien te hizo esto?"
Pregunté un tanto tembloroso señalando aquella piedra que al parecer tenía en la frente, vaya, al fin y al cabo no me había equivocado en lo absoluto.
Sonrió y de la nada me arrebató mi preciada rosa de las manos, la frustración total invadió mi ser y tan solo quería quitársela nuevamente.
"el...el fue causante de t-todos mis problemas...p-pero ahora paga condena en la c-carcel."
Balbuceaba tartamudeando el joven, mil preguntas recorrían mi mente en ese instante, vaya que me causaba curiosidad y todavía algo de miedo a la vez, pero todavía algo de frustración debido al arrebató de mi bella rosa.
Me miro un tanto asustado y luego se alejó de mí como si le hubiera hecho algún daño.
"¡Alejate!, n-no me volverás a dañar...de nuevo no"
Seguido de eso, se abrazó más fuerte al pedestal en el que yacía la Rosa y de la nada desapareció como una brisa junto a mi rosa...
¿que había sido eso?.
Pero después de todo, la brisa que acompaña a la primavera junto a sus aromas y sus bondades desaparece como todo en esta vida, el joven y mi Rosa se esfumaron cuya espuma de mar tal y como la primavera para nunca más volver.
Fin