4."Si no lo dices, escríbelo"

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Jane

Llegas, tocas y si no te abre, te vas.

Di los últimos pasos para quedar frente a su puerta. Esta era la última oportunidad que le daba a la chica nueva, si ella no quería tener algo conmigo, no le rogaría y me iría.

Toque levemente su puerta, esperando alguna señal, grito o alarma que me dijera que alguien habitaba la habitación.

Silencio.

Aumente la fuerza en los siguientes golpes.

Silencio.

-¿¡Puedes abrirme!?

Nada sucedió, solté un pesado suspiro y retrocedí.

Cuando estaba a punto de alejarme, el sonido de la puerta abriéndose sonó detrás de mí.

Me gire rápidamente, la pelirroja mirándome con atención.

-Pensé que te habías dado por vencido-se cruzó de brazos.

-Pensaste mal, Amm...

-Victoria.

-Victoria-repetí con nervios-¿Por qué estás aquí?

-Que te haya dicho mi nombre, no significa que me interese tener algo contigo-aclaró y me sentí realmente estúpida.

Reí sin humor, intentando desaparecer los nervios o la vergüenza, lo que se fuera primero.

-Tienes razón. Te cuesta confiar en las personas, lo entiendo.

Su mirada bajo a mi bolsa y luego volvió a centrarse en mí.

-No soy la única hundida en esta mierda-se recargo en el lumbral.

Moví mi bolsa intentando esconderla, pero fue imposible, me acomode mis lentes. Esta chica era todo lo contrario a mí, lo podías notar a simple vista.

-No creo que lo tuyo sea peor-sonreí sin humor.

Relajo los hombros y dejo caer los brazos a ambos lados de sus caderas.

-¿A qué has venido?

-Solo quería conocerte, es todo-me encogí de hombros.

-Ya me viste, ya sabes mi nombre, ahora vete-sentenció y retrocedió, adentrándose en su habitación.

Me acerque y puse mi mano en la puerta, impidiendo que la cerrara en mi cara.

-¿Así eres con todos?-reclame.

-Si. Y me gusta-empujó la puerta con más fuerza.

Si esta chica no quería tener nada conmigo, se lo concedería. Quite mi mano de la puerta, retrocedí rápidamente y la puerta cerro con fuerza.

Los médicos y visitantes que iban pasando, me miraron confundidos, sin tomarle importancia me aleje de ahí.

[...]

Unos leves golpes se escucharon en la habitación.

Cerré mi libreta y me gire en la silla hacia la puerta, eran casi las once de la noche, ¿Quién sería?

Me quite los lentes, los coloque sobre el escritorio y me puse de pie. Camine con pereza hacia la puerta, cuando unos golpes se volvieron a escuchar.

-¡Ya voy!

Abrí la puerta con fastidio, sea quien fuera, quien estuviera del otro lado, me tendría que estar jodiendo por venir a llamar a la puerta a esta hora.

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