Jane
Llegas, tocas y si no te abre, te vas.
Di los últimos pasos para quedar frente a su puerta. Esta era la última oportunidad que le daba a la chica nueva, si ella no quería tener algo conmigo, no le rogaría y me iría.
Toque levemente su puerta, esperando alguna señal, grito o alarma que me dijera que alguien habitaba la habitación.
Silencio.
Aumente la fuerza en los siguientes golpes.
Silencio.
-¿¡Puedes abrirme!?
Nada sucedió, solté un pesado suspiro y retrocedí.
Cuando estaba a punto de alejarme, el sonido de la puerta abriéndose sonó detrás de mí.
Me gire rápidamente, la pelirroja mirándome con atención.
-Pensé que te habías dado por vencido-se cruzó de brazos.
-Pensaste mal, Amm...
-Victoria.
-Victoria-repetí con nervios-¿Por qué estás aquí?
-Que te haya dicho mi nombre, no significa que me interese tener algo contigo-aclaró y me sentí realmente estúpida.
Reí sin humor, intentando desaparecer los nervios o la vergüenza, lo que se fuera primero.
-Tienes razón. Te cuesta confiar en las personas, lo entiendo.
Su mirada bajo a mi bolsa y luego volvió a centrarse en mí.
-No soy la única hundida en esta mierda-se recargo en el lumbral.
Moví mi bolsa intentando esconderla, pero fue imposible, me acomode mis lentes. Esta chica era todo lo contrario a mí, lo podías notar a simple vista.
-No creo que lo tuyo sea peor-sonreí sin humor.
Relajo los hombros y dejo caer los brazos a ambos lados de sus caderas.
-¿A qué has venido?
-Solo quería conocerte, es todo-me encogí de hombros.
-Ya me viste, ya sabes mi nombre, ahora vete-sentenció y retrocedió, adentrándose en su habitación.
Me acerque y puse mi mano en la puerta, impidiendo que la cerrara en mi cara.
-¿Así eres con todos?-reclame.
-Si. Y me gusta-empujó la puerta con más fuerza.
Si esta chica no quería tener nada conmigo, se lo concedería. Quite mi mano de la puerta, retrocedí rápidamente y la puerta cerro con fuerza.
Los médicos y visitantes que iban pasando, me miraron confundidos, sin tomarle importancia me aleje de ahí.
[...]
Unos leves golpes se escucharon en la habitación.
Cerré mi libreta y me gire en la silla hacia la puerta, eran casi las once de la noche, ¿Quién sería?
Me quite los lentes, los coloque sobre el escritorio y me puse de pie. Camine con pereza hacia la puerta, cuando unos golpes se volvieron a escuchar.
-¡Ya voy!
Abrí la puerta con fastidio, sea quien fuera, quien estuviera del otro lado, me tendría que estar jodiendo por venir a llamar a la puerta a esta hora.
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Nuestro
Novela JuvenilUna chica que busca algún día ser libre. Un chico tímido llega a trabajar a un hospital, encontrándose con ella. Los destinos de ambos chicos se cruzarán, creando uno solo. Descubre como terminara el destino de Jane y Benjamín. [...] -¿Y cuando suc...