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Esperaba con nervios aquel mensaje que su amante le había prometido enviarle, aunque para ser sincero no sabía porque a pesar de todo seguía creyendo en sus promesas. Miraba con anhelo la pantalla frente a el mientras sostenía con fuerza su mochila, sin prestar atención a las palabras de su mejor amiga la cuál lo regañaba seguramente por no ir a verla en todo el fin de semana, aunque no había tenido tiempo.
- ¿¡Me estás escuchando!? - Amber lo observaba con un enojo fingido mientras agitaba las palma de sus manos frente a el, captando su atención por un momento - Has estado muy distraído, ¿Es por el?
Era una pregunta estúpida aunque seguía sin entender porque un nudo en su garganta se formaba cada que hablaban de esa situación, claro que no era por el ni por el estúpido mensaje que esperaba. Negó con la cabeza mientras dejaba escapar una risa fingida
- Claro que no, el muy idiota puede irse a la mierda - Hablo con diversión aunque sabía que todas esas palabras eran mentiras - solamente pasó algo con... Con Albedo y lumine, es todo - sonrió de lado guardando su teléfono en el bolso de su pantalón mientras comenzaba a caminar hacia el salón de clase
- Bueno... - Murmuró la castaña, aunque ella sabía que se trataba de mucho más que eso, conocía a Aether desde los 6 años, estaba claro que sabía que pasaba con el Chico.
Ambos caminaron en silencio, uno muy incómodo y de los pocos que había entre ellos, Amber observaba de reojo a Aether el cuál parecía estar bastante cansado, sus ojos desde hace tiempo no tenían el mismo brillo y eso le preocupaba a su amiga, pero Aether jamás la escuchaba cuando se trataba de la razón de sus desvelos y llantos. No lo culpaba, el rubio creía estar enamorado de aquel azabache de su curso y cualquier cosa que ella le dijiese solamente lograría enfadar a su amigo.
Al llegar al salón el rubio se alejo, sin decir una sola palabra, de su amiga mientras caminaba a su lugar con pasos lentos. Alzó su mirada dirigiendo sus ojos hacia el chico de mechones verdes el cuál platicaba con calma con aquella chica de lindo cabello, hizo una mueca de dolor mientras desviaba la mirada. En su pecho comenzó a florecer un dolor el cuál hacia que quisiera llorar, sin embargo tuvo que aguantar sus lágrimas mientras se sentaba en su escritorio y miraba hacia la ventana, llevando sus pensamientos al día en que ambos se conocieron.
Ninguno sabía de la existencia del otro, era el primer día de clase y estaba harto de ese lugar lleno de adolescente hormonales, caminaba por los pasillos de la escuela mientras tarareaba una canción en su cabeza y entonces ahí lo vio, mirando a la ventana mientras extendía su mano y tocaba el cristal, recitando un poema, que ayudo a calmar sus nervios, sus miradas se conectaron y entonces su corazón latió rápido.
Había sido amor a primera vista
¿Cierto?
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Me siento decepcionado al saber que estoy empezando una nueva historia sin siquiera haber empezado a escribir una nuevo capitulo para la otra, en serio a veces me sorprendo.
