Una Amistad, Mal Vista

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Conté cada uno de mis pasos a la medida que me acercaba a aquella orilla, tal vez era algo infantil el hecho de que juegue con mis propios pasos, en realidad es que no tenía nada que hacer.

Al llegar a una de las esquinas escuche un pequeño tack, que me hizo detener. No es que sea una persona que vive por los rumores, pero no pude evitar pegarme a aquella pared y sacar un poco mi cabeza, pudiendo observar a aquel atractivo hombre que ahora habitaba en mis sueños, siendo cacheteado por una dama muy parecida a su persona, tal vez era su madre ¿Por qué lo estaba golpeando?.

-Así que es cierto –volvió a su postura recta observando a Jungkook quien giraba su cabeza para mirarla al igual -¡Dejaste escapar nuestros bienes para verte con un homosexual! ¡Es inaceptable!.

Estaban discutiendo por mi culpa. Sentí que mi corazón se paro al ver el rostro de Jungkook, estaba enojado, se notaba a leguas, supongo que por el respeto a su madre aguantaba aquella ira que tenia retenida.

-Ahora esto es lo que vas a hacer, iras a la recamara de la señorita raushton, le darás sus disculpas bien merecidas y harás que todo esto fue una simple curiosidad por el esclavo.

-No –Su voz, se escucho tan profunda, tan tosca, denotando su enojo, al igual que la de aquella mujer –Lamento decepcionarte madre, pero te desobedeceré.

-¡Qué barbaridad estás diciendo Jeon Jungkook!.

-Lo que escuchas, nunca me había sentido tan feliz en mi vida, aquella mujer es una manipuladora mantenida, ¡No la soporto!.

-Estas comportándote muy infantilmente Jeon Jungkook, un esclavo es solo aquello que se desecha, él no te dará lo que un casamiento con la señorita raushton hará.

-Aquel esclavo como tu le dices tiene un nombre, también es una persona, tiene sus derechos y votos –Sonrió con malicia a aquella mujer –Y es a quien prefiero a mi lado por el resto de mi vida.

-¡¿Estas diciéndome que eres homosexual?!.

-No, no lo soy –Suspiro parecía cansado –Quiero y prefiero a Jimin quien me acompañe, porque es mi amigo, incluso mejor que esos viejos codiciosos.

-Un homosexual no es amigo de nadie sin enamorarse, ¿Crees que no habrá tenido sentimientos por ti?, ¡Jungkook aterriza!.

-Tal vez podría tenerlos y me duele si es así, solo le puedo dar mi apoyo y amistad, si él decide irse, entonces respetare lo que venga de él.

-¡Dios! esto no está pasando –Se sujeto la frente para luego señalarlo –No aceptare esta conducta, cuando lleguemos a América te casaras con la señorita raushton, quieras o no Jeon Jungkook, te doy mi palabra que así va a hacer.

-Adivina que madre, no puedes obligarme, soy un adulto quien dirige absolutamente todo, no tienes poder, ni control sobre mí, te guste o no, me llevare a Jimin a mi hogar y allí le daré lo mejor en su educación u trabajo.

Un breve silencio se hizo sobre aquella brocha, cada palabra que salían de aquellos hermosos labios hacia que mi corazón saltara desenfrenado, nunca nadie había dado un paso por mí y aquel hombre, estaba dando uno muy grande.

-Que decepción, tu padre estará revolcándose de la vergüenza.

-Si puede estar revolcándose, pero con su amante –Esquivo aquel golpe que iba dirigido de nuevo hacia él tomando esta vez aquel brazo asustando a la mujer –No vuelvas a tocarme.

Con ello la empujo hacia atrás, entonces aquella mujer soltó un quejido lastimero, escuchando el suspiro de Jungkook.

-No van a funcionar tus lágrimas, ya no.

Tan pronto aquella mujer cambio su rostro a uno muy enojado, dando olvido a las lágrimas que escurrían por sus mejillas. Aquella mujer era una manipuladora.

-Un día te vas a arrepentir y cuando ese día llegue no me buscaras, desde ahora dejas de ser mi hijo, ¡Estás muerto!.

¿Cómo una madre puede decirle eso a su propio hijo?. Tal vez las tradiciones y conductas de aquel mundo de ricos, era aun peor de lo que pensaba, un hijo es solo otro beneficio más a la "Familia.

Entonces lloro, agachándose en el suelo, tal vez por rabia u por las palabras hirientes. Decidí salir de mi escondite agachándome a su altura, acaricie sus cabellos dándole un tipo de consuelo, haciendo que el levantara su mirada solo para dejarme ver el dolor en cada lagrima que me dedique a secar.

-No debiste hacerlo –Al diablo con los honoríficos –Mira como estas.

-E-eres mi amigo, uno muy valioso para mí.

Me dolió, verle así me duele. Pero a la vez me sentía honrado de tener a aquel hombre, si bien al conocerlo no fue lo mejor de todo, ahora era un pequeño rayito de luz que apago un poco su flama, que estaba dispuesto a volver a encender en su totalidad.

Allí sobrepasamos las horas, conmigo dándole confort y dedicándome a decir barbaridades de mi vida sacándole sus hermosas sonrisas y risas. Todo en aquel hombre era tan hermoso, aunque me duela recordar que jamás podría fijarse en mi, aun así puedo admirarlo y darle lo mejor de mi, en silencio.

 Todo en aquel hombre era tan hermoso, aunque me duela recordar que jamás podría fijarse en mi, aun así puedo admirarlo y darle lo mejor de mi, en silencio

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𝑇𝐼𝑇𝐴𝑁𝐼𝐶 𝐋𝑎 𝐻𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎 𝐽𝑎𝑚𝑎́𝑠 𝐶𝑜𝑛𝑡𝑎𝑑𝑎 (KM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora