I
La cueva estaba oscura, nada estaba claro en esa situación, sólo se distinguían los sonidos; el de las gotas cayendo en las charcas, el eco que estas generaban en la cueva y los movimientos que las arañas hacían sobre el suelo. Pero había algo que sobre salía en la escena, un sombrero de copa que se podía distinguir en mitad de una de las cámaras, encima de un taburete de triple apoyo. La escena se veía tranquila, sin que está fuera a cobrar vida, pero lo imposible sucedió.De el atuendo se vieron salir unas extremidades que buscaban la forma de moverse, era muy cómico si se percibía desde fuera. El ser que se estaba desplazando, parecía generar movimientos irregulares y que se chocaban con todas las paredes, haciéndose daño en el proceso.
La escena continuó igual, el pequeño ser de extremidades negras y gelatinosas, intentando salir de la cueva sin recibir daños, pero costaba mantener el equilibrio; de uno de estos tropiezos, se cayó a un pequeño estanque que había en la cueva, dejando ver la verdadera forma de la criatura. Al salir del agua había cambiado totalmente, su fisiología, ahora era la de una niña de catorce años, con el pelo rizado, una gabardina negra que llegaba hasta sus pies y unas botas altas que le cubrían los tobillos. Al principio se vio extrañada, no sabía como había llegado ahí o porque su cuerpo era una masa oscura al principio, pero no era su principal problema ahora, tenía que salir se la cueva.
Estuvo caminando por los alrededores, sin encontrar nada relevante, sólo marcas debidas a la erosión y criaturas muertas por la humedad. Todo parecía perdido, creía que su muerte sería dada por la escasez de alimentos o por algún golpe, pero encontró una grieta por la que sobre salía luz, que indicaba la salida. Al apartar la piedra se tropezó cayendo por un pequeño cúmulo de piedras, la caída no fue dolorosa, pero se le cayó el sombrero; en este pudo ver una etiqueta que ponía un nombre, "Lily Costura", este pertenecia a una asociación de tejedores por lo que pudo distinguir.
Al recogerlo pudo darse cuenta de que la cueva se encontraba rodeada por un bosque, el cual tenía luces por todas partes, pero no pertenecían a lámparas o luciérnagas, sino a las mismas hojas, que parecían compuestas de fuego que no se consumía, pero era una luz muy escasa, como si hubiera perdido fuerza. Se adentró en este bosque sorprendiendose de todo lo que estaba observando, todo estaba lleno de vida, incluso los animales que encontraba tenían un tono anaranjado, era un espectáculo visual. Pero algo empezó a susurrarla, una voz detrás suya, pronunciaba palabras de muerte, pero no se entendía nada, hasta que vio quien las decía; Un ser de seis o siete metros de altura, con una calavera unida a una cornamenta gigante, ojos apagados y una composición física mezclada con madera y abismo. Este se deambulaba entre los árboles buscandola, se preguntaba el porque, pero salió corriendo. Iba a escondidas para que no le viera la criatura, pero era tarde, con sus largos brazos alcanzó a la niña y la agarró, pudo ver su mirada, era una mezcla de curiosidad y tentación. Pensaba que era su fin, pero de un movimiento le dio una patada en la mano rompiéndola en pequeños trozos; vio que uno brillaba y se lo guardo en el bolsillo con prisa, y salió corriendo, sin mirar atrás, teniendo miedo de que la vuelva a alcanzar. La criatura se quedó mirándola a la distancia,pronunciando aquellos susurros que dijo en primer momento.
La niña tuvo que cruzar el resto del bosque, encontrándose ruinas de antiguos templos, santuarios y algunas catedrales, parecía una polis abandonada. Pero vio algo que le sorprendió, unos estandartes antiguos y derruidos que aparentaban ser los aposentos de tres seres. A los pies de estos había unos carteles que indicaban los nombres de los Usuarios de la Corte y el símbolo de un ojo. Le pareció tan extraño que decidió irse.
Tras adentrarse en un camino recto rodeado por estos misteriosos árboles, encontró un gran portón, el cual sus maderas estaban carbonizadas por algún especie de ataque con las propias hojas de los árboles. Decidió golpear para que alguien abriera, pero parecía abandonado. Se sentó en una roca cercana para descansar y pensar, hasta que vio en su bolsillo derecho una luz que parpadeaba, era el trozo de dedo que había recogido de la bestia que estuvo persiguiendola. Este parecía que buscaba decirle algo pero no entendía su mensaje, así que lo cogió empezó a hacer movimientos aleatorios o apuntar hacia objetos, hasta que en un de ellos, salió un potente rayo que derribó la puerta, dejándola entrar. Parecía que el trozo de dedo funcionaba como una varita.
ESTÁS LEYENDO
BlackHole
General FictionQuédate para averiguar todos los misterios que aguarda el Reino muerto de Umbra, el lugar donde el peligro acecha y las irregularidades se ven presentes. Todo lo iremos descubriendo bajo la cabeza de Lily, una pequeña niña de 14 años que ha llegado...