Capítulo 17: La primera misión

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Un nuevo día había llegado a la Academia Plateada, y sus estudiantes volvían a retomar sus compromisos y responsabilidades. Sin embargo, algunos de ellos tenían la suerte de tener ese día libre, ya sea porque sus compromisos eran cosa más esporádica o en un horario distinto. En el caso de Arthel y Sorzen, ambos estaban comprometidos en ayudar a la profesora Ashes en su laboratorio en la tarde del día siguiente. En otras circunstancias, esto no sería una molestia en absoluto, pero Sorzen estaba preocupado por cómo iba a reaccionar al estar en presencia de la profesora de tipo fuego.

Al mismo tiempo, Arthel se preocupaba por el extraño comportamiento de Sorzen. Pese a que ya no se mantenía encerrado en su habitación y le había acompañado a recorrer los jardines de la Academia, el Snivy continuaba evitando a toda costa mencionar a la Fennekin y a cualquier otro pokémon de tipo fuego. Como era de esperarse, esto solo causó que la curiosidad del tipo agua aumentara. No obstante, las preguntas y la insistencia del Mudkip, Sorzen no dijo ni una palabra sobre el tema.

—Arthel, Sorzen, ¿tienen un minuto? —dijo alguien de pronto. Al mirar hacia arriba, encontraron a Mod (¿o tal vez era Ment?), uno de los Combee asistentes de la Vespiquen ama de llaves de la academia.

—Hola, ¿qué tal?—saludo alegremente el Mudkip.

—Necesito que me acompañen, por favor. La señora Mist desea hablar con ustedes.

Tras intercambiar una mirada, Arthel y Sorzen siguieron al bicho hacia un costado de los sembradíos. Allí se encontraba la Vespiquen charlando con Ment (el otro Combee), Sattler y (para mala suerte de Sorzen) Trucy.

Nada más verla, Sorzen palideció y murmurando algo de que tenía que ir al baño, se regresó con rapidez al interior de la Academia. Arthel estaba a nada de seguirle, pero ya le habían visto y no tuvo más opción que acercarse a saludar.

Una vez que la Vespiquen saludó al Mudkip y agradeció a los Combee el traer a todos los jóvenes  su presencia (exceptuando a Sorzen). La encargada doméstica de la academia se dispuso a explicar por qué los había reunido, pero al notar la ausencia del Snivy, se detuvo unos segundos.

—Arthel, cielo, ¿no estaba Sorzen contigo? —preguntó la Vespiquen

—Eh, sí, pero dijo que iría al baño justo cuando Mod nos fue a buscar.

—Oh, entiendo. Me temo entonces que se perderá esta pequeña explicación, pero no puedo retrasarlos mucho. Ustedes deberán ponerlo al tanto, ¿de acuerdo?

—No se preocupe señora, nosotros nos encargamos, respondió Sattler por sus compañeros.

—Pues bien, los he llamado aquí porque necesito encargarles una pequeña misión. Como sabrán, ustedes, como estudiantes de primer año, no pueden tomar misiones formales ni mucho menos aquellas catalogadas como riesgosas, pero si pueden tomar pequeños encargos. Pues bien, eso mismo quiero pedirles el día de hoy.

Arthel no entendía mucho de lo que decía la tipo bicho, pues ni siquiera sabía que podían tomar "misiones" de alguna clase, pero Sattler y Trucy parecían tenerlo todo bastante claro. La señora Mist continuó con su explicación.

—He pedido ciertas herramientas de jardinería y diversos materiales para mejorar los huertos de nuestra institución a cierta comerciante de Nolmaria. Su labor será ir a por estos materiales y traerlos de aquí. Podrá sonar a poca cosa, pero créanme que no lo es. Sattler, tú más que nadie, eres consciente de lo que significa esto, pues tu prestas servicio voluntario trabajando la tierra en este recinto.

Por toda respuesta, el Sandshrew asintió con seriedad.

—Por supuesto, al ser una misión asignada por mi, una empleada de la Academia Plateada, esta puede ser incluida en su registro personal de misiones cumplidas, y si la llevan a cabo con éxito, les sumará puntos de bonificación para su evaluación final. ¿No les parece mucho más interesante ahora?

Pokémon Ausvandel: La academia PlateadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora