Siento haber tardado tanto en subir un nuevo capitulo. Tuve problemas con el ordenador. Pero he vuelto. Y prometo acabar la historia y no dejarla a medias. Disfrutad del nuevo capitulo.
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Merlín supo que algo iba mal cuando llegó a casa de Gaius. Gaius no estaba allí pero eso no tenía porque ser extraño. El galeno seguramente tendría que estar de aquí para allá llevando sus remedios o yendo a buscar hierbas medicinales ahora que él no estaba allí. El problema era que en aquella casa parecía haber habido una pelea. Había frascos por el suelo rotos y también sillas caídas. Empezó a recoger las cosas buscando alguna pista que le dijera lo que había sucedido pero no encontró nada. Cuando acabó de recogerlo fue a buscar a su amiga Gwen. Si alguien sabía que había sucedido era ella. La encontró en su casa y en cuanto le vio se tiró a sus brazos abrazándolo.
- Merlín. Menos mal que estás bien. -dijo con la voz cargada de alivio.- Gaius me contó que habías ido al castillo de aquella bestia. Creí que no volvería a verte.
- No es una bestia como todos pensáis. -dijo Merlín pero de inmediato recordó todo lo que Arturo le había dicho. No era una bestia. Era un Pendragon. No sabía cuál de las dos cosas era peor.- Da lo mismo. ¿Dónde está Gaius?
Gwen se separó de su amigo y vio que su cara estaba llena de preocupación. Eso confirmó los peores temores de Merlín.
- Se lo llevaron hace unos días.
- ¿Se lo llevaron? ¿Quienes?
- Los soldados del rey. Lo encerraron en los calabozos hace un par de días.
- Debo ir a rescatarlo.
- ¿Qué? No puedes entrar en los calabozos. -dijo con preocupación
- Tranquila. Estaré bien. Confía en mí.
- La última vez que confié en ti desapareciste.
- Si vuelvo a irme, esta vez me despediré.
Merlín se alejó antes de que su amiga pudiera detenerle. Debía ir a rescatar a Gaius y descubrir que estaba sucediendo y porqué estaba encerrado. No le costó colarse en las mazmorras. Era ridículamente sencillo burlar a los guardias que la vigilaban. Uther debería buscar mejores hombres. Al llegar a las mazmorras encontró a Gaius. Parecía cansado y sediento. Se giró al verle y Merlín vio lo débil que estaba.
- Gaius.
- Merlín. Menos mal que estás bien. -su voz sonó débil.- ¿Qué haces aquí?
- Gwen me dijo que estarías aquí. He venido a liberarte.
- ¿Has huido del castillo de la bestia?
- No estaba prisionero. Me quedé voluntariamente.
- Pero ahora has regresado.
- Si. -dijo bajando la voz y añadió algo dolido.- Ya no soy necesario allí.
- Me alegro de que hayas vuelto.
Merlín liberó a Gaius y le ayudó a salir de allí. Gaius necesitaba comer y descansar. Ya habría tiempo para preguntas después. Ahora tenía todo el tiempo del mundo. Y si tenía la intención de abandonar Camelot quería asegurarse antes de que Gaius estuviera bien. Le llevó hasta sus aposentos y le sentó allí mientras trataba de preparar algo de comer. No era muy bueno en ello pero hizo lo mejor que pudo.
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The sourcerer and the beast
Fiksi PenggemarLa vida de Arturo siempre estaba llena de las preocupaciones y los problemas de un príncipe. Así que una vez al año descansaba de todo yendo a su casa de verano. Pero uno de los veranos todo cambio cuando una druida anciana a la que no quiso cobijar...