La perdición de Arturo

185 28 7
                                    


Siento haber tardado tanto en subir un nuevo capitulo. Tuve problemas con el ordenador. Pero he vuelto. Y prometo acabar la historia y no dejarla a medias. Disfrutad del nuevo capitulo.

_______________________________________________________________________

Merlín supo que algo iba mal cuando llegó a casa de Gaius. Gaius no estaba allí pero eso no tenía porque ser extraño. El galeno seguramente tendría que estar de aquí para allá llevando sus remedios o yendo a buscar hierbas medicinales ahora que él no estaba allí. El problema era que en aquella casa parecía haber habido una pelea. Había frascos por el suelo rotos y también sillas caídas. Empezó a recoger las cosas buscando alguna pista que le dijera lo que había sucedido pero no encontró nada. Cuando acabó de recogerlo fue a buscar a su amiga Gwen. Si alguien sabía que había sucedido era ella. La encontró en su casa y en cuanto le vio se tiró a sus brazos abrazándolo.


- Merlín. Menos mal que estás bien. -dijo con la voz cargada de alivio.- Gaius me contó que habías ido al castillo de aquella bestia. Creí que no volvería a verte.

- No es una bestia como todos pensáis. -dijo Merlín pero de inmediato recordó todo lo que Arturo le había dicho. No era una bestia. Era un Pendragon. No sabía cuál de las dos cosas era peor.- Da lo mismo. ¿Dónde está Gaius?


Gwen se separó de su amigo y vio que su cara estaba llena de preocupación. Eso confirmó los peores temores de Merlín.


- Se lo llevaron hace unos días.

- ¿Se lo llevaron? ¿Quienes?

- Los soldados del rey. Lo encerraron en los calabozos hace un par de días.

- Debo ir a rescatarlo.

- ¿Qué? No puedes entrar en los calabozos. -dijo con preocupación

- Tranquila. Estaré bien. Confía en mí.

- La última vez que confié en ti desapareciste.

- Si vuelvo a irme, esta vez me despediré.


Merlín se alejó antes de que su amiga pudiera detenerle. Debía ir a rescatar a Gaius y descubrir que estaba sucediendo y porqué estaba encerrado. No le costó colarse en las mazmorras. Era ridículamente sencillo burlar a los guardias que la vigilaban. Uther debería buscar mejores hombres. Al llegar a las mazmorras encontró a Gaius. Parecía cansado y sediento. Se giró al verle y Merlín vio lo débil que estaba.


- Gaius.

- Merlín. Menos mal que estás bien. -su voz sonó débil.- ¿Qué haces aquí?

- Gwen me dijo que estarías aquí. He venido a liberarte.

- ¿Has huido del castillo de la bestia?

- No estaba prisionero. Me quedé voluntariamente.

- Pero ahora has regresado.

- Si. -dijo bajando la voz y añadió algo dolido.- Ya no soy necesario allí.

- Me alegro de que hayas vuelto.


Merlín liberó a Gaius y le ayudó a salir de allí. Gaius necesitaba comer y descansar. Ya habría tiempo para preguntas después. Ahora tenía todo el tiempo del mundo. Y si tenía la intención de abandonar Camelot quería asegurarse antes de que Gaius estuviera bien. Le llevó hasta sus aposentos y le sentó allí mientras trataba de preparar algo de comer. No era muy bueno en ello pero hizo lo mejor que pudo.

The sourcerer and the beastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora