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Es una palabra tan pequeña que abarca tanta inmensidad; desde la distancia te veo, escucho y siento, también he aprendido a imaginarte, imaginarnos, en cada paso que doy, en cada paso que das, trazo líneas descifrando la estructura de las paredes que te rodean y las comparo con el lugar que antes habitábamos y sonrío. No puedo hacer más que estallar en alegría porque sé que eres feliz, que a pesar del frío, piensas en cómo era el momento en que tomábamos chocolate caliente y entre las cobijas nos disponíamos a ver películas o esa vez que al no poder dormir sola, me pasé a tu cama y sonreí por tener a alguien conocido al lado.
Ahora, en mi habitación encuentro un computador, con distintas aplicaciones que me permitan estar más cerca de ti y es que, la maldita distancia me aterra en momentos como este, en los que necesite de un abrazo y un besito en mi cabeza o llorar un largo tiempo porque decimos que dos llorones pueden contagiar otros dos y no vernos tan tontos. Enciendo esa pantalla y las veo, me veo y no me creo que estemos a cientos y miles de kilómetros, porque te llevo como tatuaje en piel y chicle pegado al asiento, así me siento y soy feliz, poeta no seré nunca y escritor de novelas menos pero, que sepas que te quiero, las quiero y Sí, son mi definición de amor, uno imperfecto y algo raro pero así son, una con su cabello corto loca por bailar que hace que disfrute hasta en el mar estar, otra con su perfecta educación que está lista para cualquier situación y luego estás tú, que con miles de sonrisas te llevas mis cargas de prisa.
Yo también me iré, un poco más cerca donde estás pero nunca lo suficiente y sólo quiero que sepas que la distancia es solo una palabra, tú allá, yo acá y ellas dos, en el mismo lugar del baúl de los recuerdos, quizás no tan infinito como pensábamos pero sí significativo, sí mío, sí tuyo, sí nuestro. Recuerda, al cruzar esos miles de kilómetros podrás encontrarme y si juntos cruzamos otros mil, llegaremos a ellas dos.
Que tu distancia, no sea mi distancia, ni su distancia, que solo sea una prueba más de que el amor, en tiempos de viajes y trenes, se mantiene y que en años, cuando esa distancia se llené de todos nuestros momentos, no nos quedé más que cortarla para empezar de nuevo.
TÚ, ELLAS Y YO.
