Capítulo 6

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Lunes, 26 de febrero.
11:59 a.m.

Querido diario:

Rafael me regaño, otra vez. Sólo por que intente levantar un vaso de plástico que se cayó. Literal me agarró como un trapo, me alzó y me siento en el sillón mientras decía que yo no me cuidaba y que más iba durar para curarme etc etc. Si ya de por sí estoy cansada hasta de respirar, por que eso duele también, estoy cansada de vivir. Es gracioso que hace 4 meses estaba tan feliz apredindo a planear como se debía y ahora no me puedo mover sin que me duela el centro del pecho o que una estaca me atraviese el hueco que tengo adentro.
Pero bueno, ya no puedo hacer nada, en todo el sentido de la palabra. Ahora me toca esperar 3 semanas más así que estuve pensando en acostarme y dormir todo el día y toda la noche, es como un don y ahora lo voy a poner en práctica. Ya no tengo a una vieja fastidiosa despertandome a las 6 de la mañana para prepararle café a Rafael y él está muy ocupado en el trabajo ahora que cada tanto hace horas extra.
Voy a hacer eso, ya me decidí. No se si vaya a escribir por que no tendré tanto que contar, al menos que un sueño sea relevante o divertido...

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Narrador

Vaya don tenía esa pequeña. Las 3 semanas de recuperación más el mes que tenía en revisión fue el tiempo que pasó en la cama. Su padre no mencionó nada ante esto, 1 no tenía tiempo y 2 pensó que así se recuperaría más fácil y rápido.
Bueno, ambos tenían razón, así que nadie protestó. Claro que dormir durante 2 y medio deja ciertas consecuencias y alteraciones en la rutina de cualquier persona, como la increíble falta de sueño luego de recuperar las actividades cotidianas o la energía de más en el sistema. En fin, debía regresar a su vida, aunque no quisiera, así que comenzó con sus clases, las recibía en casa con una amiga de su padre que era profesora retirada. Era una señora muy amable y comprensiva pero con carácter fuerte y estricta, por ello esa combinación ayudó mucho a la niña a aprender de manera correcta.
Era inteligente y rápida en aprendizaje, a los 4 años de edad comenzaba a formar una que otra oración en sus cuadernos de dibujo, eran más cosas que veían en la televisión y anunciós que otra cosa, pero cuando Rafael lo describió, inmediatamente hablo con Verónica una ex profesora de su colegio y con quien formó una linda amistad tras ayudarlo a buscar trabajo. Esta aceptó al ver como la niña, de manera desordenada y estrepitosa trataba de comunicarse en el papel; a los 6 años ya sabía leer y escribir, por lo menos lo básico.
A los 8 años de edad comenzaba a desarrollar operaciones matemáticas que otros niños a esa edad no podrían. 9 años y se expresaba con completa naturalidad, a veces era como escuchar a un adulto hablar pero con ese toque inocente y dulce de la niñez.
Ahora con 10 años, había vivido entre el rechazo de su madre desde siempre, de allí el intento de mejorar en todo lo que hacía con tal de que esta la mirara y estuviera orgullosa, nada sirvió y el daño causado era más grande y grave que el imaginado. Debía aprender a caminar con la extraña sensación de que si caía no habría nada que lo impidiese y que seguramente se haría daño, el cual no se iba a curar con la rapidez de antes. Que si quería llegar a un lugar debía pasar por la gran molestia de caminar hasta aquel lugar en la velocidad que su cuerpo le permitiese, no podía correr, de echo no sabía muy bien como hacerlo, siempre daba unos cuantos pasos, brincaba y ya se encontraba en el aire, así que sí, esto sería un fastidio diario.

Isabella- Buenos días Tía Vero- Dijo la niña mientras subía las escaleras de la pequeña casa de campo de la amable señora.

Verónica- Buenos días mi niña hermosa, ¿Cómo te sientes hoy?- Respondió dando un gran abrazo y besando con ternura su cabeza.

Isabella- Mejor, ya mi herida sanó y casi no me duele respirar- Dijo con una pequeña sonrisa mirando los ojos verdes esmeralda de la mayor delante suyo.

Verónica- Me alegro mucho cariño. Hoy vamos a ver un poco de ciencia e historia- Mencionó sentándose en una de las dos sillas con una mesa en medio que estaba en el corredor delante se la casa.

Aquel lugar era desde hacía 6 años un aula al aire libre para la joven Rinaldi, era el sitio donde Verónica volvió a ejercer y donde enseñó a una pequeña niña a ser ella. Era sin duda alguna el único lugar preferido por el momento de Is y esperaba que lo fuera por mucho tiempo más.

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Ahora sabemos un poco más de Isabella, por lo menos de su educación.

Ojala lea este gustando la historia, por favor no olviden darle a la 🌟, nos ayudaría bastante 😁🖤

Bueno nos leemos en el siguiente cap

Paz

Número de palabras: 869

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