Única Parte

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La llave fue introducida en la cerradura cuidadosamente, haciendo su peculiar sonido cuando das las vueltas necesarias para abrirla. El chico de cabellos oscuros sonrió complacido cuando la puerta fue abierta y vio hacia el interior. Observó, lo que sería en esos momentos, su nuevo hogar. No era tan grande, pero eso a Park Jimin no le importaba. Solo quería un techo para refugiarse y una cama en donde dormir. Ingresó a la casa y dejó sus maletas a un costado, mientras veía atentamente los alrededores.

Paredes pintadas de blanco se podían apreciar, un lugar vacío que con el tiempo se iba a llenar. Jimin sonrió y cerró la puerta detrás de él para inspeccionar mejor las habitaciones del lugar. En total eran cuatro: el baño, el cuarto, la cocina y el comedor. Todo lo que necesitaba el chico de labios abultados.

Se adentró un poco más y se encontró con la cocina. Su pintura era diferente a la del comedor. Se podía observar cómo estaba decorada con color lima, aunque la suciedad impregnada en esta hacía que se opacara el bello color.

»Debo limpiarla y pintar de nuevo« Pensó el chico de ojos avellanas.

Salió de la habitación para dirigirse a lo que sería su nuevo cuarto. Agarro sus maletas y fue directo al pasillo que daba hacía la puerta de su habitación. Jimin no podía estar más feliz de haberse mudado. Aunque la casa tuviera defectos, a él no le importaba en lo absoluto. Con el tiempo podría re decorarla a su gusto. Los ojos del chico miraron fijamente hacia una puerta de madera desgastada.

La habitación. Su habitación.

Termino de dar unos pasos para ya estar enfrente de la puerta. Tocó sutilmente el pomo de esta y giró la perilla hasta poder abrirla completamente. Un chirrido irritante se escuchó por todo el lugar. Park observó cada detalle de la misma. Una cama nueva se posicionaba en medio del cuarto, una mesita de noche descansaba a su costado y una lámpara perfectamente acomodada sobre está.

Sus ojos vagaron hasta que se encontró con el armario y los recuerdos volvieron a su mente. Hace una semana atrás, los que  hicieron los trámites para la mudanza le preguntaron al joven si quería que se deshagan de aquel armario. Desde aquel momento Jimin pronunció un rotundo no y siguió con aquella postura. La razón era muy estúpida para los ojos de algunos, pero para Jimin no lo era. No tenía dinero suficiente para comprar otra y le daba tanta vergüenza decirlo que solo optó por decir una sutil mentira: "me gusta este armario, yo haré los arreglos adecuados para dejarla en perfecto estado". Los hombres se miraron entre sí, pensando que el muchacho no podía lograr que ese armario viejo y desgastado vuelva a brillar como antes. Y tenían toda la razón.

Aunque Jimin lo tomó por el lado más razonable: Todavía seguía cumpliendo su función.

Soltó un suspiro pesado tras pensar todo aquello y se adentró a su nuevo cuarto con pasos calmados. El suelo era totalmente de roble, por lo cual las pisadas del pelinegro se escuchaban en cada rincón del lugar. Ubicó sus maletas en la cama para después abrir solo una y observar toda su ropa bien acomodada. Lo cierto era que no tenía muchas prendas para vestir, solo unas cinco. Después se preocuparía por comprar más con el dinero de su nuevo trabajo.

Fijo sus ojos en el armario y acomodo los atuendos en su mano izquierda, mientras daba pasos sigilosos hasta llegar al mueble. Realmente se veía descuidada, tan así que se estaba cuestionando en poder lograr hacer que se vea realmente presentable. Con sus dedos sin ocupar, toco la madera despacio, sin apuros. Pudo sentir como astillas sobresalían y el toque áspero y mugre en las yemas de sus dedos daba la señal que urentemente debía cambiarla, pero no por ahora. Tenía que acostumbrarse a vivir con el mueble por un tiempo.

Dejó de tocar el roble y se dispuso a abrir solo una puerta de ambas. Sus ojos se agrandaron al notar que adentro se veía completamente diferente que al observarla de afuera. En el interior estaba bastante limpio, no tanto, pero se notaba la diferencia. No le tomo mucha importancia y dejo sus ropas en las estanterías que sobresalían del mueble. Se sobresaltó en pleno acto, haciendo que su última prenda cayera al suelo.

El Monstruo del Armario ||YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora