Capítulo 5

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–Tienen que estar bromeando si creen que me voy a creer esas cosas, ¿hombres lobos? ¿criaturas sobrenaturales? sinceramente no me parece gracioso, estoy cansada, me duelen los pies y el viernes tengo inducción en la universidad, tengamos en cuenta de que ustedes no tienen tiempo para esto, yo no tengo tiempo para esto, tengo hambre y sinceramente solo quiero quedarme dormida al menos 2 años; si se llenan la boca de que esto no es un secuestro, entonces déjenme ir, no diré nada. –Dije al escuchar todas sus mentiras de golpes; eran solo un montón de estupideces, no estamos en una de esas películas de adolescentes, no estoy para estas estupideces a estas horas de la tarde. ¿Cómo podían pasar tantas cosas en un solo día?

–¿Porque inventariamos una cosa de tal magnitud? –Dijo Frey con un toque sarcástico, sentado en el mueble delante de nosotros. Su mirada solo refleja su estrés ante toda esta situación, pero realmente no es mi culpa que decidan decirme tanta estupidez.

–No lo se, ustedes son los de la mente criminal. –Dije simplemente, cerrando los ojos antes de escuchar la risa baja de Magnar, lo mire de reojo, su cuerpo imponente decorado por esa ropa tan propia de una estrella de cine, mientras tapaba su sonrisa con su mano...sinceramente he de admitir que se veían muy sexys.

Dette kommer til å bli et problem, Magnar... –Escuchó decir a Frey, realmente no entiendo absolutamente nada de lo que dice, era un idioma que jamás había escuchado y era bastante raro a su oído. – Gjør du det eller gjør jeg det?

Bedre gjøre det selv. –Dijo este simplemente.

–Miren, no se que dicen per– Trate de decir antes de ser interrumpida, no por una voz, si no por esos ojos, otra vez estaba viendo de frente a Frey con aquellos ojos rojos que podía recordar de los sucesos ocurridos en el aeropuerto, rojos como la sangre.

Tenia mucho miedo, esa era la realidad, mirando sus manos temblorosas tratando de escapar y preguntarse cual era el motivo de su estadía en este lugar con estos maniáticos, estaban atrapados, Luis y ella estaban con la espada en la pared.

–Solo dejenme ir...

Ya no podía aguantar las lágrimas en sus ojos, quería irse a su casa y estar con su madre tomándose un tinto mientras veían la novela turca que parecía que jamás iba a terminarse, Luis llegando con comida venezolana que había hecho su madre mientras se quejaba por lo antipática que era la gente en Bogotá, quería volver.

–No tengo mucho que ofrecer. –Dije entre las lágrimas que empezaban a tapar mi visión, me sentía tan incómoda, ansiosa... la verdad no creía merecer estar en una situación así. – Solo no nos hagan daño, por favor...

–Casandra, no te haremos nada malo, esto es algo natural para nosotros, solo debes dejarnos terminar. —Escuche decir a Magnar. Limpie mis ojos borrosos, sintiendo su rostro herido observando. –Ya te diste cuenta, no te estamos mintiendo, puede parecer irreal pero esta es la única verdad que te puedo ofrecer por el momento. Se que no confías en nosotros, no te hemos dado la oportunidad no te hemos dado la oportunidad para hacerlo.

–Pero esto es más grande que nosotros mismos. –Dijo Frey mientras miraba el techo de la habitación un poco perdido.

–Tu y yo. —Dijo Magnar antes de ser interrumpido por Frey mirándolo feo. –Los tres somos almas gemelas.

Se quedó quieta un momento al escuchar esto, es una estupidez todo esto, definitivamente este no era su día.

–No les creo una mierda de esto, ustedes y yo no somos absolutamente nada aparte de unos lunáticos de crepúsculo.

Dije dura, todo esto era un mal chiste.

–Me ofende bastante esa comparación, cabe resaltar ese punto, pero dejame decirte que digas lo que digas no cambia el hecho de que la diosa luna nos haya hecho parejas destinadas contigo, no lo puedes evitar y tampoco puedes huir de esto, no puedes correr tan lejos Casandra, no hay un lugar en el mundo en el que no tengamos el ojo puesto.

Nikolaisen: El Deseo de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora