𝐶𝑎𝑏𝑎𝑛̃𝑎 𝑒𝑛 𝑙𝑎 𝑐𝑜𝑙𝑖𝑛𝑎 (𝑆𝑒𝑣𝑚𝑖𝑜𝑛𝑒)

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Las manos de Hermione temblaban mientras se aferraba a la copa de vino, y lloraba mientras Ginny le frotaba la espalda con suavidad. Harry se paseaba por el salón con Donovan, intentando que dejara de encresparse. Era un caos emocional, y miró a Ginny desesperadamente.

"Toma, te lo cambio", dijo ella, casi riéndose del alivio que se reflejaba en la cara de Harry cuando le entregaba al niño que olfateaba.

Ginny sostuvo a Donovan en la cadera y empezó a bailar con él, cantando una canción de Celestina Warbeck terriblemente desafinada. Donovan la observó un momento y empezó a reírse, para diversión de Harry. Su mujer sería un encanto cuando naciera su hijo, aunque todavía no parecía estar muy embarazada.

"¿Cómo estás?", dijo, frotando suavemente el hombro de Hermione.

"No lo sé. Sólo esperaba que fuera diferente, ya sabes. Que Severus amara a Donovan, y disfrutara de ser padre, y que tal vez... tal vez..." Empezó a llorar de nuevo y se llevó el talón de la mano a los ojos para detener las lágrimas. Soy tan estúpida".

"No es estúpido querer recuperar al padre de tu hijo, Hermione. Aunque sea Snape", le dijo Harry.

"Bueno, él ha dejado perfectamente claro que no nos quiere, ¿verdad?", sollozó ella. "Iba a ayudarle a encontrar una cura para Minerva, pero no creo que pueda soportar estar en la misma habitación que él ahora" dijo en voz baja.

"Creo que Donovan tiene hambre, Hermione" dijo Ginny.

"Su cena está en la nevera, la preparé antes mientras dormía. Sólo necesita un hechizo para calentarla" dijo.

Ginny salió de la habitación con Donovan, y Harry se volvió hacia Hermione y tomó su mano entre las suyas.

"Escucha, no puedo imaginar cómo te sientes, y sabes que no hay amor perdido entre Snape y...", comenzó.

"No te atrevas a decirme 'te lo dije', Harry Potter, o te juro que te hechizo hasta la próxima semana", le amenazó Hermione.

"No lo haré, lo prometo" dijo él con suavidad. "Pero estaba pensando. Podrías volver al trabajo, olvidarte de todo y hacer tu propia investigación sobre la enfermedad de Minerva".

Hermione asintió y se frotó los ojos con la manga. "¿Crees que es así?"

"Sí, lo creo. Habrá gente a tu alrededor; puedes volver a meter la cabeza en tus libros. Sé que ibas a volver el mes que viene de todas formas, pero no hay nada que te impida volver antes", dijo con firmeza.

"Lo pensaré, Harry. Gracias", dijo ella agradecida. "Antes de hacerlo, voy a necesitar una niñera para Donovan."

Hermione se quedó mirando la cocina, donde Ginny ayudaba a Donovan con su puré de patatas y parecía llevar más que Donovan. Se rió de repente y empezó a sentirse un poco más animada. Tenía buenos amigos y un hijo maravilloso. Además, ¿para qué necesitaba a Severus?