Este breve apartado consiste en preguntarnos por qué la industria del entretenimiento insiste en revivir productos audiovisuales que ya están muertos, estirándolos hasta el infinito y más allá. No entiendo la obsesión por alargar historias excelentes, que lo único que logran con esos estiramientos es arruinar la reputación que ya habían construido, manchar su buen nombre y ocasionar que sus más fervientes fans se aburran por completo de ellas. Algo que hicieron bien las adaptaciones live-actions japonesas de Death Note fue no alargar la trama como pasó en el anime, puesto que, en estas adaptaciones, L vence a Light a costa de quedar condenado a muerte y, aunque la introducción de Near fue rara y forzada, la última película se dedica por entero a los últimos días de L, en lugar de aburrirnos con la investigación sacada de la manga por parte de los sucesores del excéntrico detective (Near y Mello).
A veces no es tanto que la obra sea alargada porque sí, sino que se debe más bien a una mala planificación de la misma. Esto es lo que sucedió con Bleach y sus dos últimas sagas, que atan algunos cabos sueltos, pero al final dejan más preguntas que respuestas, además de que esos arcos fueron un desastre total.
Un caso distinto es el de Saint Seiya, quien tuvo una continuación que tal vez podría ser necesaria; pero por como quedó el final del manga original, no es posible que Next Dimension logre convencer a nadie. Vamos a ver: Seiya se sacrificó para salvar a Saori de la espada de Hades y, debido a la muerte de este, el Inframundo comenzó a derrumbarse. No es algo muy conclusivo, pero podrían haber quedado todos como héroes que se sacrificaron en la última batalla. No era el final más satisfactorio, mas se podía aceptar hasta cierto punto. Sin embargo, en Next Dimension presentan a Seiya en silla de ruedas, aún paralizado por el poder de la espada de Hades y siendo cuidado por Saori, sin explicarte nada más; simplemente, todos están bien (excepto Seiya) porque así lo quiso el mangaka. Ahora, ¿cómo continuar una historia con un protagonista que ya no puede hacer nada? Fácil; vamos a olvidarnos de que esto se llama Saint Seiya y hagamos otro remake de la Saga de las Doce Casas en otra época (con viaje en el tiempo incluido), que seguro eso será la mar de entretenido. El que pensó esto se equivocó de medio a medio, pues más durmiente no puede ser.
Aquí tengo que destacar a la última película de Yu-Gi-Oh!, El lado oscuro de las dimensiones, como una de las pocas secuelas que realmente tiene sentido. A pesar de mostrar alguna que otra fallita, el filme resulta ser un excelente epílogo para el manga (PARA EL MANGA), evidenciando la grandiosa y más que notable evolución de los personajes, así como la manera en la que han asumido los sentimientos que les generó la partida de Atem. Y no hay que olvidar la mejor animación 3D que he visto. Todo esto desemboca en la conclusión de que la película posee un propósito definido, además de aportarle buen billetaje a Takahashi. [De hecho, él no quería hacer esta película por el 20 aniversario de Yu-Gi-Oh! porque creía que ya todos se habrían olvidado de su obra. Hombre, ¿cómo la van a olvidar, si sacan spin-off de ella cada dos minutos?] Esto significa que sí puede haber buenas continuaciones, sin necesidad de sobreexplotar ninguna historia. Si lo que quieren es plata, deberían crear tramas nuevas e interesantes. ¿O será que se les agotó la imaginación en el primer round?
¿Qué opinan acerca de este tema? ¿Conocen muchas franquicias e historias que se han estirado tanto, que ya les aburrieron? ¡Háganmelo saber!
ESTÁS LEYENDO
Las series que marcaron mi infancia
РазноеPorque de repente me han asaltado los recuerdos, me he propuesto atormentarlos un poco con mis nostalgias. Aunque tampoco crean que voy a aburrirlos mucho, pues estos apartados se proponen ser breves y concisos. A pesar del título, no solo pienso ha...