Cap. 4

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Al día siguiente Carina hace caso omiso a su madre de perderse un día de clase para descansar. Está cansada de descansar. Literalmente estuvo todo el día durmiendo por el shock y por calmantes. Además, ella necesita respuestas y las va a obtener de Dante. Así que antes de entrar al edificio e ir a clase, le dice a Iván que siga él, que tiene que ir al baño. Pero en realidad...

- Oye, tú -Carina llama a Dante y se cruza de brazos.

Él está apoyado en la verja que rodea todo el instituto. Tiene las piernas cruzadas y se fuma un cigarro. La capucha la tiene sobre la cabeza dejando escapar algunos mechones de pelo por la frente. Esta vez no tiene los auriculares, como si esperara que la pelirroja apareciera.

Dante alza una ceja mirando a Carina sin expresión de sorpresa. Suelta una calada tranquilamente. Sus compañeros que también están fumando lo miran extrañados, pero él hace una seña para que los dejen solos. Carina mira a los demás entrando al instituto. Ahora que está sola con Dante ya no se cree tan valiente y su boca parece no funcionar.

- ¿Me habías llamado? -sonríe burlón.

- No, solo me gusta dirigirme a la gente sin más -dice irónica.

- En ese caso... -empieza a caminar.

Pero Carina se oye a sí misma decir- Espera. Quiero hacerte unas preguntas.

Dante se vuelve curioso y con una sonrisa torcida- Soy todo oídos.

- Tú... yo... -carraspea- Tuve un momento ayer... emm raro. Los chicos... dicen que tú...

Dante no ha entendido nada y suelta otra calada- Creo que no te estoy pillando.

Carina murmura- ¡Por qué es tan difícil! -se sujeta la frente y lo vuelve a encarar- Vale... si te dijera que alguien ha visto un fantasma en este instituto, ¿te lo creerías?

Ahora frunce el ceño, pero no está sorprendido- Sí.

Carina abre los ojos sin saber qué más decir y duda- ¿Sí?

- Eso he dicho.

Carina se siente un poco más esperanzada- Vale... la gente dice que tú... viste algo.

Dante sonríe y vuelve a dar otra clada- La gente dice lo que le da la gana. No vi nada, solo sé cosas.

Carina siente un nudo en la garganta y su corazón acelerado. Solo espera que Dante no note eso para que no pueda bromear con eso.

- ¿Y qué sabes? -murmura retorciendo los dedos.

- Verás... esa información no es gratuita -chasquea la lengua y Carina alza una ceja.

Ahora se burlará de ella- Sabía que eras un imbécil.

- Así no te daré esa ansiada información sobre este instituto tan extraño -mira a su alrededor y vuelve a sonreír mirando a Carina.

Si ella supiera que él la llevo en brazos a la enfermería, le daría un infarto...

- Por favor -ella necesita saber que no está loca.

Da otra calada- Pensaré en un precio, ahora no llegues tarde a tus preciadas clases... -sonríe divertido y señala el instituto.

Dante apaga el cigarro en el suelo y empieza a caminar hacia el interior del edificio. Carina se queda parada un momento pensando que tal vez sería mejor no saber nada para tener un año tranquilo y normal. Pero su curiosidad no le hace mucho bien.

Entran a clase y Carina se sienta al lado de Beatrice. Pero se fija en que Dante se ha sentado en el pupitre detrás del suyo, lo cual es raro porque siempre está al final del todo. La mira con la sonrisa torcida que siempre le dedica, pero ella hace caso omiso.

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