COMO SI FUERA UNA ALUCINACIÓN

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- ¿Qué te pasa? - estaba en los brazos de mi novio, - Que hacías parada durmiendo frente al espejo, desde cuando eres sonámbula? - me puse a llorar y me gire para abrazarlo con fuerza porque al parecer mi mente si me había jugado una mala pasada, Alicia me había puesto algo nerviosa con sus preguntas y mis desconfianzas habían aflorado porque no había hecho las averiguaciones del lugar como en los anteriores que habíamos visto, me estaba atormentando con tantas preguntas que no podía parar el llanto por más que trataba de calmarme.

Cuando pude estabilizar mi respiración y mis hipidos terminaron, - Lo siento - dije entre sollozos - no me di cuenta que estaba caminando dormida, debe ser por la comida, quizás quería ir al baño pero me detuve frente al espejo, siento haberte asustado, ¿qué hora es?- secaba mis lágrimas para que mi novio no se preocupara - Son las 3:30 am - No podía creer que no había pasado el tiempo, que estábamos a mitad de la noche todavía, tenía miedo de cerrar lo ojos y verme otra vez atrapada vagando en los confines de mi cerebro sin siquiera darme cuenta o tener control alguno.

- te voy a preparar un té para que te tranquilices - me dijo mi novio, pero realmente no quería estar sola en ese cuarto, por algún motivo no me sentía cien por ciento segura en él, temblaba de sólo pensarlo.

- Estoy bien - le dije - solo acostemonos y abrázame para calmarme, nos echamos pegado uno al otro asente mi cabeza sobre su pecho mientras él me abrazaba y me acariciaba el cabello, se quedó despierto velando mi sueño hasta que sintió que caía nuevamente en los brazos de Morfeo.

Por la mañana me sentí algo extraña, como que este no era mi lugar, la casa la veía distinta como una trampa que quería atraparme, baje a desayunar con un montón de preguntas rondándome la mente así que decidí salir de casa para buscar a Alicia tal vez ella podría contarme un poco sobre las historia que se contaban de mi nuevo hogar ya que no creía que las demás mujeres me dijeran algo, al llegar a su puerta noté que estaba todo muy quieto no estaba su auto y la casa que siempre tenía la puerta abierta estaba con llave, un vecino que pasaba por el lugar dijo sobre saltandome.

- No hay nadie se fueron de vacaciones, tal vez tarden un poco en volver, iban a visitar a unos parientes.- Me pareció extraño que justo abriera su boca la noche anterior con esas preguntas y hoy temprano se haya ido de vacaciones, como si quisieran hacerla desaparecer aproposito, además no me había comentado nada sobre ningún viaje, no éramos buenas amigas pero habíamos quedado en hacer manualidades juntas para navidad que ya estaba cerca, tal vez era mi imaginación pero sentía que me estaba volviendo algo paranoica.

- Gracias- respondí con fingida sonrisa y volví a mi casa con más preguntas que antes, todo parecía bastante extraño, la necesidad de información crecía en mi interior pero no tenía idea de cómo iba a conseguirla, pero lo haría estaba decidida.

Mario mi novio, había ido a trabajar y no volvería hasta la noche por lo que estaba aterrada de estar sola en nuestra casa pero no tenía más alternativa, decidí evitar las habitaciones especialmente la mía porque me ponía los pelos de punta, me quedé vagando por la planta baja, viendo que remodelaciones podríamos hacer ya que el lugar prometía bastante, el recibidor era amplio y estaba poco amoblado tal vez podríamos bajar algunos sillones de los cuartos para que se vea más acogedor y recibir a las visitas que no conozcamos muy bien o para hablar con la gente que quiera alquilar un cuarto, hacia 1 mes que habíamos puesto el anuncio de los cuartos y nadie había respondido ni llamado por curiosidad lo que me resultó un poco extraño, otra vez estaba entrando en el juego de la paranoia no podía permitírmelo, teníamos que esperar o tal vez pensar en otras alternativas utilizando las redes sociales y tecnología, mientras quizás podríamos invitar algunos amigos a pasar un fin de semana con nosotros y aprovechar para sacar fotos y postearlas para que la gente vea cómo era el ambiente aquí dentro, con esa idea en la cabeza decidí llamar a Mario y comentarselo.

Detrás del espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora