GUERRA EN LA SANGRE VII

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Dejo caer la cloth contra el suelo apenas la teletransportación termino y Aunque el brillo de Pandora parecía intensificarse con el reflejo de la luz de la luna su estado era nefasto, salpicada de barro, Camus penso que era un estado lamentable para algo tan valioso. Pero a Kanon no parecía importante.

Hasta el momento no lo había visto portar la armadura. Mucho menos inspeccionarla; En busca de las posibles fallas que pudiera tener. Incluso no le importó cuando Milo la dejó caer al barro y al agua; hace apenas unas horas atrás.

Entro a la cabaña. Pudo sentir los cosmos de sus compañeros venir de la parte superior de la casa. Así que subió las escaleras y guiado por su cosmos entro a una de las habitaciones. Vio a ambos en su interior.

El geminiano apenas lo sintió llegar se acercó a él. Pero Camus lo evadió y se acercó al santo de escorpio.

Milo dormía boca abajo, con la sábana apenas cubriendo sus piernas y cadera. Tapa lo necesario. Cómo era costumbre de Milo; Camus se hizo la idea de que posiblemente estuviera desnudo.

Vio su espalda y las marcas de cicatrices.

Algunas las reconoció rápidamente como marcas de látigos. Lucían viejas. Así que dedujo que tal vez fue cuando era un niño. sin un cosmos siquiera para defenderse o cuidarse. Movió los cabellos azules a un lado pero verlas mejor. Contó dos.

"De haber tenido tu cosmos, hubieras reparado tejidos y ahora no tendrías esas feas cicatrices"

Todas Las demás marcas le recordaron a cortes de cuchillos o marcas irregulares en Piel. Los más destacable era las marcas de la técnica de Antares. Supuso que tal vez serían de cuando era aprendiz.

El mismo tenía cicatrices. Aunque por suerte ningún latigazo hasta la fecha.

"A mí jamás me golpearon así"

—la piel de cáncer está peor — susurro a la nada. — así que no te preocupes por eso Milo. Sigues siendo muy guapo.

—si te escucha pensará que le estás coqueteando — Camus hizo una mueca. Un intento de sonrisa. Aunque realmente amarga, La voz de Kanon Sonaba suave, pero cansada.

Dejo de tocar las marcas en su espalda y le movió esta vez un poco del flequillo para tocar su frente.

Estaba sudando.

Milo subada. Si. Pero era un sudor frío. La fiebre había desaparecio. Noto con peculiaridad unas marcas brillantes en la frente del griego. Reconoció el cosmos de Kanon emanar de ellas.

—¿eso; que es?— le pregunto.

—una de mis técnicas. Permite dormir. Reparar el cuerpo y el cosmos en solo horas —

"otra técnica que no conocía"

Camus se pregunto si acaso era el único que no tenía ningún "truco nuevo"

"Es lo que pasa cuando estás muerto ¿no? El mundo cambia y las persona crecen"

—hpm —

—tenemos que hablar— Camus dejo de mirar a Milo cuando Kanon hablo. Simplemente asintió y avanzó hacia el exterior con las pisadas de Kanon siguiéndole el paso.

El aire era frío, y con la gran luna llena brillando en el firmamento no era necesario nada más para iluminar el lugar. Como un enorme bombillo.

Ambos avanzado. Hasta una pequeña "cerca" "inconclusa" pensó Kanon la primera vez que la vio. "Los humanos siempre dejan todo a la mitad"

Dos póster de madera de roble como soporte y dos tablas verticales, sobre ellos. Uno abajo y otro arriba. Y eso era todo.

GUERREROS DE LA SANGREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora