¿Cigarros y sexo?

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Estaba ansiosa.

Le había dicho a mi compañera de apartamento que me iría unos dos días de vacaciones, pero la realidad era que iba a verme con un chico con el que estuve hablando hace bastantes meses y que sorpresa sería para ella enterarse que es su mejor amigo con quien he estado saliendo.

Pero fue inevitable cuando un día lo trajo a casa, nos llevamos muy bien, claro que mi compañera no se molestó en lo absoluto, más bien tenía una pequela sonrisita de satisfacción al ver como nos llevamos tan bien. Aún así, Shinichiro se negaba a presentarme a sus amigos de los que me hablaba a veces, me preguntaba por qué, pero a lo mejor es por asuntos de su pandilla en formación y no quiere ponerme en problemas.

Aunque creo haber escuchado a él hablando con su mejor amiga, hablaron sobre un tal Wakamole y como le quitaba sus ligues, hablaron entre risas pero yo no entendí del todo el tema. De todos modos no era tanto se mi interés.

Ahora mismo era la tarde noche, ya tenía mis cosas listas, habíamos planeado ir a un Ryokan moderno, jamás había ido a uno, pero Shinichiro me convenció de que sería una nueva experiencia tanto para mí como para él, además significaba mucho para él al fin poder tener una chica que lo acompañe. Me hizo feliz la idea de conocer algo nuevo, así que no tuvo que rogarme mucho por eso.

Había caminado un poco hacia donde me había indicado, usó una tiendita como referencia para vernos. Yo cargaba mi bolso con ropa y demás cosas para quedarnos un poco tiempo, y no voy a mentir, era evidente que no era una salida inocente, por supuesto que ya habíamos visto todo de cada uno en ciertas ocasiones, pero ir solos a un Ryokan, donde hay jacuzzi, balcones, vidrios polarizados y demás cosas deja mucho a la imaginación.

Estuve esperando muy poco tiempo, a menos de cinco minutos de haber llegado, escuché el sonido de su moto a lo lejos, sonreí al verlo llegar y posarse frente a mí, también llevaba un bolso en la parte trasera de la moto. Al verme quitó su caso y me sonrió.

"¿Lista?", preguntó bajando de la moto y ayudándome a tomar la maleta. No sin antes besarme suavemente y acariciar mi labio inferior lentamente. "Déjame ayudarte con esto y nos vamos", tomó mi maleta y la subió al lado de la suya, asegurándose de que no cayeran en el camino, las amarró con una cuerdita pegada a la motocicleta y me ayudó a subir.

"Te ves muy guapo", dije pegándome a él para abrazarlo, siempre me gustó su espalda, era delgada, pero se sentía cómoda. Alcé mi cabeza para verlo y lo único que pude ver fueron sus orejas totalmente rojas.

"Tú siempre lo has sido", acarició mi muslo desde su lugar. Las mochilas de ambos quitaban algo de espacio y estaba más pegada a él, mis piernas no ayudaban mucho, pues eran gruesas. Puso en marcha la moto, ya las tiendas comenzaban a encender sus carteles porque comenzaba a anochecer, el olor típico de comida de calle se hizo presente también.

"¿Queda muy lejos?", pregunté contra su espalda.

"No mucho, serán unos 30 minutos si acelero más", habló algo alto y comenzó a acelerar. Por naturaleza me aferré a él con fuerza. No me molestaba que acelerase así, lo contrario, más bien me gusta.

"¿No estarás planeando ir a Yokohama?", hablé fuerte ya que el aire contra los oídos era irritante y era aislante del sonido.

"¡Me atrapaste!", dijo en tono burlón mientras reía. "Te va a gustar, y dos días fuera de casa no te hace daño, además es conmigo".

Giré mis ojos por su gran acto de egocentrismo falso y negué con mi cabeza. Decidí ponerme cómoda y puse mis muslos por encima de los suyos. Más adelante habían autos, así que fue momento de parar un poco la velocidad.

Cigarettes night ¦ Sano ShinichiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora