El salón entero echó a reír al escuchar el tono de llamada de Matsuno.
Al profesor no le hizo gracia, con la simple mirada le pidió que apagara el celular. Chifuyu huyó del aula para atender a la insistente persona detrás de la inesperada llamada.
—¿Kazutora? ¿Qué pasa?
—Nada, me puse crédito y quería ver si salían las llamadas.
—Eres un...—prefirió colgar antes de insultarlo. A un paso de entrar al salón, volvió a escuchar su canción favorita.—¡Ah! ¿Qué quieres?
—Peke J está...
El muchacho se quedó asustado, la simple mención de su mascota le hacía pensar que algo malo pasaba.
—¿Qué le pasó a mi gato, está ahí?
—Una pregunta, ¿Está castrado, no?—interrumpió.
—No.
—Ah. Que irresponsable Chifuyu, él está haciendo hijos con la gata de la vecina.
—¡¿Qué?! ¡Pues deténlo!
—¡No!—exclamó con pánico, asomándose por la ventana como los gatos estaban en el techo de otro edificio.— ¿Cómo crees que voy a detenerlo?, está en el techo y aparte Peke J me odia, es tu culpa por no haberlo castrado. Lo estoy vigilando desde tu cuarto.
—Peke J se me escapa cada vez que menciono veterinario, ya lo he llevado dos veces y a medio camino logra escaparse.—explicó, angustiado con perder los valiosos minutos de clase.—Espero que la gata de la vecina esté operada.
Maullidos lamentables se escucharon a través del teléfono.
—Tu gato es precoz.—mencionó luego de un breve silencio.—Bueno, debes tener clases, ya no te interrumpo, bye.
Chifuyu guardó su celular tranquilamente, algo preocupado y consternado hasta darse cuenta de algo...algo muy perturbador y que le dejaría con miedo, sobre todo esa noche antes de ir a dormir.
Kazutora le había marcado, y estaba vigilando a Peke J desde su cuarto, o sea, él estaba en su casa.
¿Por qué? ¿Cómo?
Se había infiltrado en su hogar mientras él estaba en la escuela, no entendió que rayos haría en su casa, ni porqué entraba sin permiso, de inmediato le volvió a marcar.
—¡¿Por qué estás en mi habitación?! , ¿Cómo lograste entrar a mi casa? ¡Fuera antes de que vaya y te saque del pelo!
Del otro lado, Kazutora tenía la escoba en una mano, extrañado por ese reclamo tan absurdo.
—¿Qué, por qué me estás diciendo eso, Chifuyu?
—Fuera de mi casa, Kazutora.
—Pendejo, me acabo de mudar contigo. Tú mismo me invitaste a vivir aquí—contestó, colgando un segundo después.
Chifuyu se quedó procesando, conectando neuronas.
Rió por su actitud grosera, dándose un golpe en la frente y entrando a la clase.
Un error cualquiera lo comete, dos errores es perdonable igual, ¿Pero gritarle a su amigo?
Que feo error.
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Relatos | Kazufuyu
FanfictionOne shots de Chifuyu y Kazutora, acompañados de música. Universos alternos.