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—¡Chifuyu, abre la puerta! Estamos en peligro, debemos irnos ya.

Decía Baji golpeando la puerta del hogar de Chifuyu, este asustado permaneció encerrado y mirando por el diminuto ventanal de la puerta. Mirando a Keisuke, mirando sus ojos...

—Escapa conmigo. -Dijo Baji, Chifuyu trago en seco aterrorizado de solo escuchar de nuevo esas palabras. Pero este le insistió. —Escapa conmigo, toma tus cosas.

—Ya no iré contigo Baji-san... -Dijo Matsuno llorando y apenas logrando mirar sus ojos. El pelinegro no lo comprendía, pero el menor solo seguía disculpándose y negándose a marcharse con él.

Chifuyu cerró la pequeña ventanita de su puerta y desconsolado fue al interior de su hogar, donde se sorprendió al encontrarse con su abuela cargando una enorme manta peluda y oscura. Era un abrigo hecho con piel de lobo negro. Aquello lo asusto un poco.

—Abuela ¿Qué haces aquí?

—Cariño, vine a cuidar de tu madre. El lobo casi la asesina anoche, es un milagro que sobreviviera.

Decía la vieja mujer mientras ponía fomentos de agua tibia en el rostro de la madre de Chifuyu quien tenía una enorme marca de rasguños. Su cuerpo entero estaba mallugado y tenia hematomas que demostraban que había sido empujada y casi aplastada ¿Acaso esa bestia lo quería dejar huérfano? Porque parecía que se estaba ensañando con su familia.

—Pobre mujer, si tan solo se hubiera ido de este pueblo cuando tuvo oportunidad...

Chifuyu de solo escuchar a su abuela sintió pánico y de inmediato miro sus ojos, oscuros, pero cálidos y redondos...tan familiares, miro las manos de la vieja mujer exprimir el pañuelo húmedo que le estaba colocando a su madre y se pregunto ¿Cuántos años tendría ya su abuela para ser tan vieja, pero aun moverse tan como si nada?

—Abuela... el lobo hablo conmigo.

Dijo sin más y la mujer se alerto, guardo silencio y dejo lo que estaba haciendo.

—¿Y tú le entendiste...?

—Como te entiendo a ti.

—No se lo digas a nadie, Chifuyu.

Le advirtió la mujer que se acercaba a su joven nieto, pero este se alejaba retrocediendo y dando vueltas alrededor del caldero caliente que se hallaba en la casa.

—Solo Nahoya lo sabe, pero no se lo contara a nadie, ni siquiera quiere hablar conmigo.

—El lobo eligió no matarte... Te quiere con vida ¡Oh, mi pobre nieto!

Soltaba la mujer mientras lo abrazaba con fuerza y acariciaba sus rubios cabellos. Chifuyu se mantenía estático y callado, preguntándose que debería de hacer ahora que había confiado en su abuela...

Rato después fue busca de agua fresca y limpia para seguir limpiando las heridas de su madre. Al salir pudo ver como los guardias seguían entrando a las casas en busca de alguna mínima pista, arrojando cosa tras cosa y destruyendo otras. Soltó un suspiro triste y siguió su camino hasta toparse con el peli naranja.

—Oi, Nahoya ¿apareció Souta?

—¡Nadie lo ha visto!

Espeto con rabia el chico mientras apresuraba sus pasos y se alejaba del rubio, estaba molesto y también estaba asustado de solo ver a la persona que converso con el lobo. Solo Dios sabría lo que era ese ser, pero definitivamente no era su amigo ya...

Chifuyu le rogaba a los cielos que esta situación acabara cuanto antes, le imploraba a Dios todo poderoso que ese maligno ser dejara de acecharlos, pero tal parecía que sus suplicas eran en vano. La única persona que llego fue Takemichi quien de frente le hizo cara al muchacho.

El chico de la capa roja.- BajiFuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora