Como todos los días desde que lo adoptó, Jungkook sale a eso de las nueve de la mañana de su hogar y con su perro Bam. Sosteniendo su correa, el humano inicia la rutinaria caminata que a ambos les servía de ejercicio — aunque más que nada servía para que el doberman no estuviera todo el día en la casa.
Normalmente encontraban a la ancianita que trabajaba en la verdulería a una cuadra, al cartero, a la misma señora de la mano con sus tres hijos y muchos personajes más. El perro no le ladraba a ninguno porque ya los conocía y confiaba en ellos, así que Jungkook iba a sorprenderse mucho cuando Bam empezara a ladrar hacia algún lugar en la otra esquina de la acera. Utilizando impulso y fuerza, el doberman echa a correr hacia el punto al que le ladraba llevando consigo a su dueño — quien luchaba por no caer y seguir el ritmo de su enérgica mascota.
— ¡Bam! ¿Qué se supone que haces? — pregunta sabiendo que no iba a obtener respuesta. — Nunca hiciste algo así...
Bam deja de correr y empieza a olfatear el suelo con lentitud, aproximándose cada vez más a un oscuro callejón que allí se encontraba. Curioso, Jeon enciende la linterna en su celular e ilumina ese espacio.
— ¡Aw...! — chilla. — ¿Esto era lo que descubriste, bebé?
Sin soltar la cuerda de su perro, el joven se agacha y toma entre sus brazos a un pequeño y asustado pomerania color marrón y negro. Imaginó que el animalito estaba perdido o había escapado, ya que al ser un perro de raza sería raro que estuviera en la calle. Esa clase de perros eran o bien vendidos o utilizados para tener crías para vender — dos lamentables situaciones.
— Oh, amiguito... — murmura triste mientras se pone de pie y lo acaricia. Bam se dedica a olfatearlo. — ¿Dónde está tu dueño? O quizás dueña...
Con un can en brazos y otro al otro extremo de una correa, Jungkook camina un par de cuadras más hasta llegar al modesto parque que a esas horas estaba casi desierto. Toma asiento en una banca y coloca el extremo de la correa que sostenía alrededor de su muñeca como una pulsera. Bam se sienta frente a Jungkook y lo observa buscar en el perrito alguna clase de identificación.
Momentos después encuentra afortunadamente una placa dorada en forma de hueso con lo siguiente grabado:
"YEONTAN.
En caso de extravío llamar al XX XXX 0613"
Con los ojos abiertos y gritando mentalmente en celebración, Jeon toma su celular y llama al número señalizado en la placa. Rogaba a todos los cielos que alguien lo atendiera, porque con su pobre sueldo no podría mantener dos perritos y no confiaría en nadie que lo quisiera adoptar a menos que les conozca.
— Ya dentro de poco estarás con tu humano, Tannie... — lo acaricia, recibiendo un agudo "Guau" como respuesta.
— ¿Hola? — atiende un confundido muchacho. — ¿Quién habla?
— Buenos días, disculpe la molestia... — inicia el joven. — Me llamo Jeon Jungkook y quería preguntarle si por casualidad usted es dueño de un perrito llamado Yeontan.
Un corto silencio gobierna la llamada.
— ¿S-Sabes algo de Tannie? — su voz temblaba.
— De hecho, si... Mi Bam lo encontró hace unos minutos al fondo de un callejón. Quisiera saber si desea venir a buscarlo o quiere que se lo alcance a donde esté.
— Por favor, Jungkook. Puedes decirme Taehyung... Cualquiera que cuide a mi bebé tiene mi eterno cariño. — ríe. — Ahora mismo estoy camino a Busan en tren, se suponía que Tannie viajase conmigo pero cuando subí él corrió afuera... Se ve que llegó de alguna manera a ese callejón. Si es que aún está en Seúl puedo bajarme en la siguiente estación y tomar un tren para volver allí. ¿Estaría eso bien?
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Tannie's owner [Taekook]
Fiksi PenggemarJungkook había salido a pasear a su perro Bam como todas las mañanas, pero se llevaría una gran sorpresa cuando este eche a correr con desesperación hasta llegar a un callejón. Allí, temblando en la oscuridad, se encontraba un pequeño pomerania. - O...