〘03〙Día 0. La Maldición. 《Última parte》

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Tenía el ceño fruncido, era más que obvio que era una ilusión, pero no pudo evitar sentir repulsión... O mejor dicho, una especie de dolor en su corazón.

Saltando por los tejados, hasta terminar suficientemente lejos de ese lugar, se detuvo, dándose la vuelta para observar a la lejanía aquella figura deformada que yacía muerta en donde se llevó a cabo la pelea anterior. Shen QingQiu entrecerró los ojos frustrado, además del odio que se formó en él al ver que la maldita criatura era realmente fuerte como para hacer que se esforzara un poco, sentía una especie de confusión, estaba seguro de lo que vio, más también sabía que era solo una trampa en ilusiones, ya había estado pasando por eso mismo en sus últimos sueños.

"Hmph, vaya tontería..." Murmuró siguiendo su camino con saltos que parecían romper con la ley de la gravedad, como si estuviera en la luna u otro sitio donde era tan liviano como una pluma.

En uno de estos saltos, terminó en el tejado del 'Mini Templo', de inmediato, al dar un paso en ese lugar, sintió de nuevo que lo estaban observando, por lo que se giró rápidamente cuando logró poner un pie en la superficie, solo que esta se desmoronó con solo ese roce tan suave.

Shen QingQiu estaba por dar un salto para evitar la caída, sin embargo, en ese mismo instante, apareció de nuevo la figura que había visto antes cuando asesinó a la criatura.

Fue solo un segundo, pero pudo apreciar a un niño pequeño, de cabellera oscura y alborotada, a pesar de que naturalmente fuera un cabello liso y suave al tacto; el niño vestía harapos sucios, que al igual que su rostro pálido, que se encontraba cubierto de tierra, haciéndole ver aún más lamentable.

En el rostro de ese pequeño, había una sonrisa amable, cariñosa, como si estuviera viendo a su ser amado, pero sus ojos mostraban pesar, aparentando tener en mente muchas cosas que un niño de su edad no debería conocer. Aunque eso fue solo por un segundo, ya que luego la mirada del pequeño niño se transformó en la mirada de un zorro, llena de engaños y desdén.

"Tú..."

Al distraerse con ese niño, solo le quedó el caer por aquella ranura que se creó y extendió por su peso en el tejado. Estaba seguro de que cayó demasiado tiempo como para que ese lugar fuera un sitio normal, terminado en una habitación obscura.

Aun cuando cayó de forma inesperada, logró que su cuerpo se estabilizara en el último instante y terminó por caer de pie como si de un gato se tratase. El lugar era sumamente obscuro, su vista era mejor que la de muchos, gracias a su nivel de cultivo, pero no es como si lograra ver a la perfección de esa forma.

Observó con cuidado el lugar, no parecía haber nadie a las cercanías, por lo que se pudo relajar por un momento, solo para seguir revisando todo a su alrededor.

Para poder verificar cuánto había caído, levantó la vista en busca de la ranura de la que había resbalado, podía ver que entraba una especie de rayo de luz de luna, rompiendo el inmenso lago de oscuridad que cubría la habitación, este rayo de luz se desvanecía a la distancia como si fuera una luciérnaga alejándose lentamente. Esto le pareció extraño a Shen QingQiu, recordaba que había caído un rato, pero no lo suficiente como para que el lugar de donde llegó pareciera eso.

Shen QingQiu suspiró, y decidió mejor dedicarse a lo que tenía en frente, esto se estaba poniendo realmente molesto.

Con la poca visión que tenía, logró discernir una especie de linternas en las paredes, aunque no estaba seguro de que funcionarán, ya las conocía, eran del tipo que se encienden con la ayuda de los talismanes de fuego.

Probando su suerte, sacó un talismán de su manga, y lo arrojó a la linterna más cercana.

Como si el cielo se apiadara de Shen QingQiu, quien estaba teniendo un día desagradable, las luces se encendieron en cadena, iluminando la habitación, la cual era mucho más extensa de lo que había imaginado.

Los 7 Días De Una MaldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora