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El día siguiente comenzó como de costumbre. Ambas chicas se habían recibido en la entrada de la preparatoria para así subir las escaleras juntas y después despedirse para poder seguir sus clases para luego encontrarse nuevamente en el receso.

Todo había comenzado como normalmente a excepción de algo. Cuando subían las escaleras se percataron de algo.

Akaashi se encontraba terminando el pasillo, pero a su lado no estaba Bokuto. Si no, una chica más baja que el y de pelo oscuro largo cayéndole por los hombros.

Las amigas ladearon la cabeza automáticamente y después compartieron miradas de confusión.

Akaashi era amable y claro que tenía más amigos fuera del club. Pero siempre estaba con Bokuto y NUNCA hablaba con otras chicas tanto tiempo y tan amigablemente como lo estaba haciendo en ese momento. Pensó la rubia.

— ¿La conoces? — preguntó la chica de pelo castaño haciendo un pequeño movimiento con la cabeza.

Su amiga solo negó.

— Ya es tarde, deberíamos entrar a nuestros salones antes de que suene la campana. — solo respondió comenzando a avanzar hacia su salón que se encontraba unos metros antes de donde estaba Akaashi y la chica. Entró rápidamente al salón sin mirarlos.
El chico la miró y antes de que pudiera saludarla, vio cómo entraba con prisa y sin regresarle la mirada. Esto le desilusionó y se disculpó con la chica de antes acercándose a María.

— Hola. ¿Pau está bien? — preguntó el chico después de saludarla.
Entonces todo hizo click en la cabeza de la chica. Paulina estaba celosa. Y ella sabía que la chica rubia no lo admitiría por nada del mundo. Por alguna razón a pesar de llevar tan poco tiempo estando a su lado, sentía que podía entenderla a la perfección, y por eso sonrió de lado encogiéndose de hombros. El azabache la miró entrecerrando los ojos sin entender qué había pasado por la cabeza de la chica en los momentos en los que se mantuvo en silencio.

"Te atrapé." los labios de la chica se movieron marcando estas palabras. Los ojos azules del chico se hicieron grandes sin quitarle la mirada a los ojos acusadores que lo miraban fijamente. Un sonrojo intenso apareció en sus mejillas y el chico solo atinó a subir una mano a sus labios y poner su dedo índice en sus labios.

La chica asintió y sonrió orgullosa. Sus ojos se separaron del chico mirando inconscientemente a su lado.

— ¿Bokuto? Tuvo que ir con un maestro por unas notas para sus tutorías, pero para receso puede que esté aquí. Inicio las clases tarde por unos asuntos de sus horarios.

— Está bien. — sonrió sonrojándose un poco. — Iré a mi salón antes de que se haga más tarde. Los veo después. — sonrió la chica alejándose por el pasillo dirigiéndose a su salón.

Tomó un lugar libre en la parte trasera del salón y sacó sus cuadernos para tenerlos preparados fuera, cuando se agachó para tomarlos de su maleta un grito la asustó.

— ¡AH! ¡María! — una voz familiar la sorprendió e hizo eco en todo el salón causando que todos la miraran. — ¿Estás en este salón? ¡Increíble! Puedo estar contigo más tiempo. — sonrió el chico sin dejar de gritarlo tomando asiento al lado de la chica que se encontraba sonrojada sin quitarle la mirada al chico.

Todo el salón se quedó impresionado viéndolos. Se sabía que el capitán del equipo era muy agradable y ruidoso, pero estaban seguros de nunca haberlo visto sonreír de esa manera,algunas de las chicas se encontraban celosas de que el chico tuviera esta reacción con la chica nueva, y algunos chicos se encontraban celosos de que Bokuto ya pudiera ser amigo de esta chica que cargaba con mucha presencia. Los dos al lado cargaban con mucha presencia, y todos en el salón se encontraban mirándolos sin poderles quitar la mirada de encima. Parecían estar hechos el uno para el otro.

See me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora