CAPÍTULO 11

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Contenido sexual

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Más o menos eran las 12 de la noche cuando nos despedimos de todos ya que teníamos que ir al aeropuerto y coger el avión para ir a nuestra luna de miel. Habíamos decidido que sería en París, muy cliché lo sé, pero era el lugar que Hermione quería y quién soy yo para negarle nada a mi esposa.

Esposa, que bien sonaba esa palabra.

La verdad, seguían sin gustarme para nada los aviones, pero al menos eran solo un una hora y un poco más hasta París y podía aguantar sin quejarme demasiado. Además, por solo ver la cara de emoción de Hermione por ir a la ciudad del amor a pasar nuestra luna de miel valía totalmente la pena el tener que coger el cacharro volador del demonio.

Más o menos eran las 2 de la mañana cuando llegamos a nuestro hotel. Habíamos reservado una habitación en uno de los mejores hoteles de París con una magnífica vista desde el balcón a la Torre Eiffel.

̶ Es preciosa ̶ comentó Hermione desde el balcón mirando a la Torre Eiffel.

̶ Totalmente de acuerdo ̶ coincidí mirando a Hermione embobada ̶ pero puedo asegurar que mi esposa es mucho más hermosa que cualquier cosa del mundo.

̶ Estamos casadas ̶ pensó Hermione en voz alta sin creérselo aún ̶ sigo sin creerlo.

̶ Así es ̶ afirmé pasando los brazos por la cintura de la castaña ̶ señora Malfoy, usted a partir de ahora es totalmente mía hasta que la muerte nos separe, y ni ella va a poder lograr que me separe de ti.

̶ Me gusta como suena eso ̶ murmuró Hermione rozando mis labios con los suyos, pero sin llegar a besarme. Ella sabía que eso me volvía loca ̶ amo que seas mía hasta el último día de nuestras vidas, que ninguna zorra podrá quitarte de mi lado.

̶ Ya era totalmente tuya antes de que nos casáramos ̶ comenté burlona.

̶ Cállate ̶ me ordenó y obedecí en seguida ̶ siempre serás mi gobernada.

No dije nada y me acerqué a ella nuevamente besándonos tranquilamente, pero a medida que pasaban los segundos, el beso subió de intensidad. Cogí a Hermione por los muslos y la castaña saltó enrollando las piernas alrededor de mi cintura. Caminamos hasta la cama y la tumbé quedando sobre ella. Nos separamos del beso y pegamos nuestras frentes mirándonos totalmente enamoradas.

Volvimos a besarnos, acaricié su cintura por debajo de la tela de su camiseta y repartí besos por su cuello suavemente y sin ninguna prisa. Hermione cogió los bordes de mi camiseta y tiró hacia arriba quitándomela y empezó a besarme en los labios mientras me acariciaba el pecho por encima del sujetador.

Le saqué también la camiseta a ella y no esperé para deshacerme de su sujetador mordiendo su pezón izquierdo mientras masajeaba el otro con la mano. Hermione gemía levemente y llevó las manos al broche de mi sujetador desprendiéndose también de él.

Nos acariciábamos lentamente y sin ninguna prisa, de momento solo disfrutábamos del cuerpo y de las caricias de la otra, pero me faltaba algo más de intensidad.

̶ Todo esto de las caricias está muy bien de verdad ̶ opiné poniendo mi cara a milímetros de la de Hermione ̶ pero creo que podríamos subir a algo más, ¿te parece?

̶ Pensé que no lo dirías nunca ̶ contestó Hermione mordiendo mi nariz.

Desabroché el pantalón que llevaba Hermione y acaricié levemente por encima de la tela de sus bragas notando la humedad que tenía ya.

No me importa la sangre (2ª parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora