- El día en que decidí hablarte, nunca se me llegó a cruzar por la mente que siquiera pudiéramos estar en esta situación, es más, no lo tenía planeado en lo absoluto, pero míranos, ambos, aquí, vestidos como quien no quiere la cosa, yo con este papel en la mano porque no logro recordar todo este discurso y contigo y esa bella carita que me hipnotiza cada día más. Enserio we, nos habremos tardado un poco para lograr ser pareja, pero conocernos hasta el punto de gustarnos no fue tan difícil como normalmente es, ¡y ese es el punto! Desde la forma de conocernos hasta como es de inexplicable este sentimiento no es normal, lo tenemos claro y me encanta, amo que esto no tenga que ser como el resto.
No puedo darte mucho y lo sabes, pero lo intento. Intento darte todo lo que llegues a querer y necesitar como tú haces conmigo, porque no encuentras a alguien así en la esquina de la manzana. Eres especial, más de lo que nadie puede imaginar, tanto así que amarte es fácil, pero a pesar de eso, conmigo te fuiste a quedar, no sé que me viste o que quieres de mí, pero por favor sigue así. – México se da media vuelta para tomar suavemente la alianza. Buscó en ella la palabra que grabó sin que Argentina supiera. "Sempiterno". Se volvió sobre sí mismo para ver de nuevo a su amado y continuar. – Con este anillo, cierro mis tres nobles y más puras promesas de: amarte hasta después de la muerte y sin condiciones, cuidarte de todo lo que te haga daño y, ser el héroe que te saque las mejores sonrisas en cualquier momento que lo necesites.
Tomó la mano izquierda de Argentina quien estaba al borde del llanto, y con toda la suavidad del mundo, le colocó aquel anillo de oro en su dedo anular para luego dejar un tierno beso en el dorso de su mano celeste.
Terminado el discurso de México, siguieron las palabras del cura. Todos escuchaban y veían con atencion cada detalle de absolutamente todo. Algunos familiares dejaban escapar alguna que otra lagrimita, todos los amigos mas cercanos hacían alocadas señas de felicitaciones desde sus respectivos lugares, otros sacaban fotos, las pocas parejas que había en el lugar sentían ganas de casarse de igual manera. Todo era felicidad.
- ... puede besar al novio. - Terminó por hablar el cura.
Ambos se acercaron felices para darse el beso que venían deseando hace meses. Con ese contacto se juraban amor y confianza eterna. Ahora nada ni nadie podía separarlos.
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Quisiera dedicar unas palabras a una persona que no va a leer esto:
Que nombre tan PORONGA que tenés, Milenka. Nada, aparte de eso, cuidate de los militares UwU
Que hermoso es cagar los planes de la gente que te cae mal, no? jsjs