Capitulo 4

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Aléjate de mí.

Gracias a Dios y a una fuerza sobrehumana nunca antes sentida en mí -quizás ahora lo siento por el pánico- logro hacer que se aleje un poco y aprovechando ese espacio me alejo de la prisión, una prisión muy caliente y tentadora, que su cuerpo hacia contra la puerta.

—¿Por qué todo lo tienes que ver con sexo? ¿Hay algún momento que no hables sobre temas relacionados con respecto a eso?

Me doy la vuelta dándole la espalda para que no vea mi rostro blanco levemente enrojecido, aunque con lo pervertido que es de seguro ahora está disfrutando mucho más viendo mi culo.

El sexo es todo en la vida. La unión de dos cuerpos follandose, haciendo el amor o como quieras llamarle es la máxima demostración de placer. Es lo más importante de hoy en día.

Doy un rápido giro con el ceño fruncido para encontrármelo sentado en el sillón con sus brazos estirados y su vista fija recorriendo una a una
las paredes. Genial también es un fresco que sin mi permiso hace como si estuviera en su casa.

Pero ahora el mal pensado eres tú. Porque yo en el momento que dije "aprovechar las oportunidades que la vida me da" me refería a hablar contigo para poder conocerte mejor con eso de que ahora somos amigos. Y cuando te pregunte "en el sillón o en tu cama" me referiría a donde voy a dormir.

No sé si mi poca confianza o la sonrisa lobuna que tiene en su rostro hacen que no confíe en absolutamente nada de lo que dice. Es claro lo que quería hacer.

Así que tú tienes una mente cochina, pequeño jovencito.

Me siento a su lado ignorando tanto su último comentario como la calentura que comienzo a sentir la caricia de la piel de su brazo en mi hombro.

Si claro Yamikumo, ahora yo soy el mal pensado. —Bufo encendiendo la televisión colocándolo en cualquier canal para que no hayan silencios incómodos.

Quita tú mano de ahí. Maldita sea. —gruño alejando su mano que se ha
puesto sobre mi hombro luego de que se quite su casaca de cuero y colocarla sobre sus piernas.

Me gusta tocarte.

Se encoje de hombros regalándome una sonrisa que logro captar por el rabillo de mi ojo conforme saco el celular que Mina me regalo por mi último cumpleaños, ignoro el latir acelerado de mi corazón mientras veo como mira tranquilamente el televisor con su mano aún en mi hombro y la otra en  su pierna.

No hago ningún ademan de querer quitarlo pues en  cierta manera me gusta tenerlo así, sentirlo de esa manera, tan cerca de mi y me sorprendo mucho más al querer tenerlo cerca todo el tiempo, claro también por el calor que su cuerpo emana y se concentra en mi entrepierna.

Me encantan tus lunares. Te hacen ver mucho más como un bebé. —Pronuncia mirándome de reojo con sus ojos verdes muy brillantes.

No contesto nada pues le envió un mensaje rápido a mi amigo para que se quede con Mina a dormir, guardo mi celular en el bolsillo luego de hacerlo; pero no soy capaz de decirle algo al escultural hombre que le otorga un poco más de belleza y elegantes con su sentar al lugar donde vivo.

Espero que no la pases mal quedándote a dormir acá. Ya que este lugar que no está a tu nivel.

Hablo a regañadientes en el momento que recuerdo perfectamente el porque estamos acá encerrados, el porqué sali huyendo de él como un completo cobarde, el dolor que sentí ante sus palabras en aquel tono tan despectivo.

Lo siento pero no te puedo ofrecer un lugar mejor.

No te preocupes he dormido en
lugares peores.

Solo Una Noche (DekuKatsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora