Extrañaba a Noah y a sus chistes malos. También a sus ganas de ayudarme a arreglar la situación. Extrañaba verle sonreír a través de la cámara mientras me repetía que todo estaría bien.
Tenía una semana sin hablar con él porque mi querido padre me había quitado el teléfono.
¿Qué procedía ahora? Volver a ganarme su confianza para seguir hablando con mi mejor amigo.
Porque sí, eso éramos Noah y yo.
Amigos.
Aunque todo el mundo se empeñara en creer lo contrario, esa era nuestra realidad. Todo se trataba de una de las amistades más puras que pude haber tenido a lo largo de mi vida.
Sin embargo, no puedo enojarme con ellos porque la verdad las cosas pueden salirse de contexto cuando no la vives en tu propia piel.
Lo que ellos no saben es que había alguien más con el poder de alterar mi corazón con solo una mirada o una sonrisa de su parte, y no era Noah.
Y sí, hablo de Tom Hiddleston. ¿Por qué tiene que ser tan hermoso? Eso debería de ser pecado.
—¿Por qué sigues con el teléfono? —Di un pequeño salto en mi lugar por el susto. Miré a Monse, enojada y la ignoré para seguir viendo la película—. ¡Oye! Ya vamos a empezar.
—Empiecen sin mí, estoy viendo Infinity war. —Me quejé.
—Alex, ¿necesito recordarte que te presté mi celular para que vieras una sola película, no tres seguidas? —Se pasó las manos por su rostro, frustrada—. No puedes romper el trato, en eso habíamos quedado.
—Sí puedo.
—Ah, ¿así serán las cosas? Bien, yo me llevo esto conmigo —Soltó enojada y me arrancó el celular de un tirón.
Suspiré y me paré de mi asiento, cansada, para llegar hasta el escenario que Sofía había preparado para la rueda de prensa.
—Esto esta mas arreglado que mi vida —bramé. Monserrath me mandó a callar, disgustada.
—Yo la ayudé con la decoración y estoy segura de que ha quedado precioso.
—Sí, claro. —susurré, alisando la tela de mi falda.
En ese momento, frente a las cámaras no sería la chica que saltó de su ventana, tampoco la que casi se mata en un bus. Esta vez jugaría el papel que me correspondía siendo la heredera del trono.
La próxima reina de Freydale.
Había recogido mi cabello en un moño alto con trenzas y me habían hecho un maquillaje sencillo que me hacía lucir elegante.
Sofía había escogido una camisa blanca acompañada por una falda campana larga para mi vestimenta del día de hoy, que decidí complementar con una de las chaquetas de mi madre. Y sí, parecía profesora de primaria, pero me veía bonita.
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No hay un final feliz para cenicienta
Любовные романы¿Qué harías si tuvieses que fingir un noviazgo con la persona que más odias en el mundo para salvar tu reputación? ψ "Alex se ve obligada a fingir un noviazgo con su peor enemiga, una influencer que resulta ser demasiado encantadora, mientras que l...