Capítulo 17: Su cuerpo contra el mío

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Capítulo especial | Jade's Pov

Vi a los chicos embarcar el jet de regreso nuevamente y chasqueé la lengua. La situación se había ido de las manos; ya no eran simples noticias amarillistas, ahora era un robo de todo su legado.

El cual podía acabar con la monarquía tan rápido como chasquear los dedos.

Temía por el futuro de Alex en la situación en la que estaban. Al ser la heredera de Freydale todo caería sobre sus hombros en cuanto la información saliera a la luz.

—Jade, venga, sube —dijo la morena, acercándose a mí. Sus ojos verdes brillaban de emoción, podía notar que había extrañado a su familia y estaba alegre por volver a verla.

Alex era de ese tipo de chicas que no podías ignorar por más que quisieras, tanto en personalidad como en físico, era la chica más preciosa con la que me había topado y nunca había querido a alguien tanto como la quería a ella.

De esa forma tan intensa y desgarradora.

Nunca.

Y en lo profundo de mi corazón, sentía que nunca me volvería a permitir querer a alguien de ese modo tan caótico y embriagante.

A amar.

Cuando nuestras miradas conectaron, me perdí en sus ojos y tomé su mano sin siquiera pensarlo.

Sabía que todo me pasaría factura en algún momento, sin embargo, quería disfrutar del poco tiempo que tendríamos juntas.

—Aww, ¿me extrañas? —pregunté con ironía mientras le sonreía. Alex rodó los ojos como si estuviera cansada de escucharme parlotear, y aún así pude darme cuenta de que intentaba ocultar una sonrisa.

Ella también me quería, era obvio. Mi sonrisa vaciló un poco ante el pensamiento de que podría hacerle daño.

Cuanto odiaría herirla, y cuanto me odiaría a mi misma por ello.

—¿Qué te voy a extrañar a ti, rubia oxigenada? —me respondió antes de pellizcarme en la barriga. Solté un pequeño quejido y fruncí los labios.

—Te encanta andar tocándome, podrías intentar en otras partes de mi cuerpo, ¿sabes? —Le coqueteé, sabiendo que me miraría mal con solo escuchar mi comentario. Y así fue.

Puso tremenda cara de culo.

—Ay no, yo solo sirvo para andar de estrellita en la cama, no vayas tan rápido. —dijo, avergonzada. Reí y subí con ella al jet privado.

Alex llevaba puesto un vestido que se ceñía demasiado bien a su figura, e internamente ideé el plan perfecto de cómo se lo quitaría durante el vuelo.

Igual soñar no costaba nada.

Estando dentro, me guió hasta nuestros asientos. Esta vez íbamos juntas y me alegré por ello, ya que no tendría que aguantar a Noah por 5 horas hablando de cualquier mierda.

—El mío es al lado de la ventanilla —dijo ella, apresurándose a sentarse para que no le robara el puesto.

Rodé los ojos y la tomé de la muñeca para devolverla a medio camino.

—Si me enredas en tus piernas te lo doy —ofrecí.

Lo decía en serio, quería volver a tenerla encima de mí. Escucharla jadear sobre mis piernas fue una de las mejores experiencias en toda mi vida. Sentir su respiración agitada sobre mi cuello y su toque en todo mi cuerpo...

Ella me sacó de mis pensamientos cuando arrugó la nariz y negó, devolviéndome a la realidad.

—Te puedo enredar, pero en una soga a ver si te mueres —atacó sacándome el dedo. Abrí la boca, indignada y no me pude contener, al final le robé un largo beso.

No hay un final feliz para cenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora