Capítulo 19: Re-Unión

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Julio 2033 – Laboratorio Subterráneo: Entrada – Tadao

El sonido del elevador hacía eco en el metal de los alrededores, era espacioso como una gran caja metálica, descendiendo hacia lo desconocido. Mientras, dos niños, enfrente mío, murmuraban y volteaban de vez en cuando en mi dirección, algo incomodo y no muy discretos.

- Ey, ¿qué tanto platican ahí adelante? ­– preguntaba la persona a la derecha mía, mirándolos fijamente, supongo que él también había notado los pequeños vistazos hacia mi persona.

Sebastián puede ser una persona bastante, humorística, un poco incomoda por muchas razones también. Pero también cuenta en el cierto aire de confianza y superioridad, por lo que los niños, en sorpresa, guardaron silencio, un silencio que propagaba más el sonido del cableado y del mecanismo del ascensor.

Pero estaba agradecido, de haberme encontrado con él. Tenía miedo, realmente estaba asustado y sin saber hacia dónde seguir o hacia donde esconderme.

Momentos antes.

Había despertado en una habitación de hospital, blanco, pero con otros colores que hacían recordar al laboratorio donde nos encerraron. Añadida la misma soledad abrumante que aquejaban esos pasillos.

Escuchaba sonidos, escuchaba caminares, pero no encontraba sus orígenes al principio, sonidos de quejidos, golpeteos, de carne siendo desgarrada. Trataba de ubicarme, buscando alguna salida algún lugar en donde pudiera comunicarme con las autoridades, alguien que pudiera serme de ayuda.

Para cuando buscaba las respuestas a mis preguntas, tuve algunos encuentros desagradables, que quedaran grabados en mis memorias por el resto de mi vida. Humanos con pellejos colgantes, mandíbulas totalmente abiertas, sangre y la ropa totalmente percudida. Trataban de hacerme daño, huía en mi cobardía, no tenía nada con qué defenderme. El pánico me consumía, por lo que no revisé por completo las áreas de mi caminar, fui algo descuidado.

Pude evadir a los muertos caminantes, incluso escuchando el sonido de armas de fuego por el centro del gran hospital, pero no pude correr hacia esa dirección. Bajaba pisos, y pisos, para finalmente encontrar una zona bastante peculiar. Se trataba de un área exclusiva para operaciones y cirugías por lo que pude denotar. El frio era abundante por ahí, como si de una morgue se tratase.

Pero dejando de lado eso, por esa zona, encontré una puerta que no estaba registrada en ningún mapa de las instalaciones, mismos que se encontraban pegados en las paredes del lugar, por lo que sospeché que sería alguna salida de emergía, aunque por la arquitectura sería algo extraño, sospechoso. Caminé en dirección a esta, al acercarme vi que esta se encontraba ligeramente abierta, creo son puertas de sellado con identificación, porqué estaría abierta...

Bajando la mirada un poco, algo sobresalía de aquella entrada. Una mano ensangrentada, con la piel pálida y ya con algunas horas de haber fallecido por la rigidez que se notaba.

Abrí cuidadosamente la compuerta, esperando encontrar un cuerpo inerte de alguna persona, pero para sorpresa mía, encontré algo peor. Era un brazo, cortado o más bien cercenado, el olor metálico de la sangre más la carne que salía, asqueroso, me provocó nauseas al instante. Todo este lugar, todos esos monstruos, hacían que mi cordura se viera severamente afectada, no me encuentro nada bien.

Di una patada lanzando el brazo fuera del cerrar de la puerta, asegurándome que ahora esta si se encontrara sellada desde el exterior. Era un pasillo largo, el frío del mismo era idéntico al de las salas de operaciones, iluminado con pequeños dispositivos en el suelo metálico, indicando la vía.

Caminaba lentamente en espera de lo inesperado, quería correr, pero al mismo tiempo quería solo quedarme quieto. Dónde estaban los demás, qué hacía yo en un hospital de un lugar completamente desconocido, solo quiero que esta pesadilla termine lo más antes posible, aunque la libertad que obtuviera al salir a mi hogar, sería la misma prisión a la que trataba de escapar, no tengo a donde más huir...

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