v e i n t i n u e v e

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Otro día de mierda se suma y me pregunto: qué es lo que sucederá hoy. Espero que no sea algo desagradable como lo que pasé en el fin de semana... O que se acerque a ese punto.

Salgo de casa con una sudadera negra, que al mirar al cielo gris me pongo el gorro. Tomo bien mi mochila y cierro la puerta de casa.

Está haciendo mucho frío, tanto, que el viento se adentra a mis ropas. Necesito entrar en calor, por lo que de mi bolsillo saco un cigarro y un encendedor. Me llevo a la boca esa mierda y me inclino un poco para encenderlo.

Guardo el encendedor y tomo una larga calada a mi adicción. Miro el cielo y lo suelto, viendo como frente a mis ojos se está yendo mi salud. Rio entre dientes al recordar aquello, recordar cuando mi pequeño me lo decía; siempre decía que esa porquería se llevaría mi vida... Y es por eso que lo dejé, lo dejé porque él me lo pidió.

Pero fui muy débil e idiota, que regresó mi adicción por ese tubo de nicotina cuando esa chica me lo ofrecía... Y que aún no he vuelto a superar. Esa perra es culpable de muchas cosas, pero yo soy de muchas otras más.

Dejo de mirar el cielo y camino a paso lento, mientras que tomo una nueva calda de cáncer. Lo saco poco después y doy vuelta en la esquina.

Estoy bien.

Sigo pensando en la palabras que le dije a MinHo, cuando hablamos ayer en la noche. Es como un hermano para mí, y le preocupo, es muy lógico, es sólo que... No quiero que se preocupe más por mis propios problemas, él debe tener los suyos y debe de ser molesto lidiar con los de otros. Por lo que solo me limité a decirle que pronto estaría bien, para luego darle una sonrisa... Y ahora que lo pienso, debería haberme ganado un premio por mejor actor.

MinHo no es estúpido, pero creyó en mis palabras, y en una parte de mí quiere que no sea una mentira lo que le prometí.

Y cuando menos me doy cuenta, ya estoy en la entrada de mi segundo infierno.

Le doy una última calada a mi cigarrillo, para ponerme de cuclillas y apagarlo en el suelo, me levanto y lo tiro en el basurero. Camino a la entrada y paso por ella, algunas personas se me quedan viendo, pero poco importancia es la que le tomo.

Arrastro los pies a lo largo del pasillo y subo las escaleras, pero antes de subirlas, veo de reojo el casillero de SeungMin y lo veo ahí junto con Park, quien le toma la mejilla. Me hierve la sangre de ver eso, causando que apriete mis puños y me haga más daño evitando hacer algo, porque ya suficientes estupideces he hecho como para hacer más.

Subo las escaleras, intentando quitar mi atención de ellos, mordiendo mi labios, controlando mi impulso de estupidez. Camino hacia mi salón de clases y me siento en una silla de al fondo al estar dentro.

Cierro los ojos y suspiro, estoy cansado de esto, de todo esto. Espero que pronto acabe.

Las clases terminaron y yo sigo muy agobiado; todo el día sentí cansancio y dolor, además de que el clima no mejoraba.

Tomo mi mochila, mientras leía el ultima mensaje que me envió MinHo. Casi todo el día nos estuvimos enviando mensajes, él preguntándome si estaba bien, a lo que yo siempre le respondía de la misma forma: estoy bien, ya no te preocupes.

Salgo del salón de clases y camino hacia las escaleras del lado derecho; iré a la azotea a tomar un poco de aire. Subo sin tanto ánimo y abro la puerta. Observo que está completamente solo y sonrío a mis adentros. Camino hasta un banca y me siento en ella.

Cierro los ojos y suspiro con cansancio, escuchando el murmullo del viento soplar.

Ya es tarde, por lo que supongo que casi ya no hay personas en este lugar, provocando un gran tranquilidad. Me concentro en el silencio y pienso en nada, dejando mi mente en blanco, evitando recordar todo.

gashina ★ chanminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora