Capítulo I:

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Tragedia en la ceremonia.
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El día comenzó de forma ajetreada. El castillo parecía un festival alborotado.

El joven se levantó tranquilamente...si se le puede llamar tranquilo al sonar de las trompetas en el oído.

Se entendía, después de todo era un día crucial para el reino y cualquiera de sus habitantes.

Los mercados alzaban banderines y las calles se llenaban de gente.

Todo podía verlo el peliblanco desde su balcón, y aunque se le notaba alegre, no podía negar que estaba un poco ansioso.

– Cariño...ya es hora.– Dijo un mujer de grandes alas, la reina.

El mencionado asintió, caminando entre pasillos tras su madre, hasta ser guiado a una caravana.

Con cada calle se sumaban más y más hadas, que coreaban a su príncipe, como si se despidieran del niño que vieron crecer, sabiendo que volvería como un verdadero heredero.

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  Varias caravanas se detuvieron frente al gran árbol. Saliendo de ellas la cumbre de la nobleza. Entre ellos reyes y herederos, los más esperados.

El viento soplaba bastante fuerte, y parecía que se aproximaba una tormenta, sin embargo no dejarían que arruinara la ocasión.

Los guardias de la entrada abrieron las grandes puertas, dejando a la vista un largo pasillo con el suelo cubierto en una alfombra roja, puesta solo para grandes acontecimientos como este.

Entre miradas de asombro los presentes siguieron el camino hasta la atracción principal del Árbol Sabio...la Sagrada Estatua.

Los herederos fueron separados del resto para prepararlos, mientras sus padres y familiares allegados eran llevados a unas gradas bajas a los costados del salón.

–Bienvenidos sus majestades, me honra tenerlos conmigo, como saben y seguramente esperan, dará inicio la Ceremonia de las Alas, procuren no estorbarle a los herederos.– Explicó uno de los guardias que anteriormente los había guiado a la sala.

Al ver cooperación de parte de todos, dio inicio a la ceremonia.

Trompetas sonaron cual altavoces y en un fila aparecieron los herederos, postrándose frente a la Estatua, como muestra de respeto.

Un brillo se desprendió del gigante de piedra, como un aviso de que ya estaba listo.

– Como la fila ya está hecha, iremos conforme a ella. Lerio, heredero del Reino de la Flora, un paso al frente.

El nombrado sintió un escalofrío, acercándose temeroso frente a la imponente Estatua.

Al principio parecía no ocurrir nada, pero fue cuestión de segundos para que sintiera algo cambiar en su interior. Sus alas se contrajeron, para culminar desplegándose, adoptando la forma de una hoja.

No pudo descansar de esto, pétalos empezaron a desprenderse de sus manos, dejando al final una margarita.

El chico sonrió y ,más tranquilo, dio un saludo de agradecimiento y caminó hasta sus padres, quienes lo abrazaron orgullosamente.

– Aisee, heredera del Reino de la Dulzura, un paso al frente.

La joven se acercó dichosa. Casi riendo de la situación.

No se hizo esperar, y dejó sus alas cambiar, cobrando la forma de una mariposa. Las contempló asombrada.

Sabía que lo siguiente era intentar usar poderes.

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⏰ Última actualización: Mar 08, 2022 ⏰

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Las Alas de la AmbiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora