Toda esa noche kise no pudo dormir un segundo, pensaba en los sucesos ocurridos la noche anterior, su beso con Aomine, el beso de Kuroko con ese desconocido. Se arrepentía. Sabía que estaba enamorado de Kuroko, joder, siempre lo ha estado, pero fue lo suficientemente cobarde como para disfrazar eso diciendo que era una persona naturalmente cariñosa.
Sabía que estaba mal, pero la verdad es que solo beso a Aomine para obtener una reacción por parte de Kuroko, el detalle fue cuando Aomine no lo dejaba en paz después de eso, no pudo ver si en algún momento a Kuroko le importo, y lo siguiente que vio de él fue que se estaba besando con un completo desconocido, y lo estaba disfrutando.
Su mundo se caía a pedazos, lo de ellos había terminado sin siquiera comenzar, y no sabía como sentirse al respecto. Seguro, era modelo, bueno en el basket y tenía dinero, carisma, lo que tú quieras, pero no había manera de que le podía ganar al tal "akashi" supo desde el encuentro en la habitación que el hombre había quedado encantado con Kuroko, se veía en su cara, y también veía en la cara del peliceleste la emoción al estar con el.
Se habían conocido apenas unos momentos ¿Que carajos? Bueno...realmente no podía estar enfadado por el tiempo que se llevan conociendo ellos dos, debería estar enfadado por el tiempo en que se conocen Kuroko y el y nunca tuvo el valor de intentar algo, y cuando vio que Aomine estaba enamorado de él, no se atrevió, sabía que aunque Kuroko estuviera enamorado de él, no lo iba a aceptar para no lastimar los sentimientos de su amigo.
Veamos...que tiene akashi que no tenga el? Mm, tal vez...billones de euros...empresas...el primer beso de Kuroko. Era el jodido primer beso de Kuroko, lo había estado reservando para el, para el y para nadie más, aún no le entraba en la cabeza como un completo extraño había llegado y lo tomo así como así, y como el otro se lo había permitido, enserio no lo podía creer, pero sabía que no había marcha atrás, tenía que dejarlo ir.
Incontento con sus pensamientos, kise decidió ir a la habitación de Kuroko, por lo menos debía decirle lo que en realidad sentía, sabía que era demasiado tarde pero al menos tenía que intentarlo.
Subió hasta el piso donde se encontraba su enamorado y tocó la puerta varías veces pero no había respuesta, supuso que era una señal de que el universo enserio no los quería juntos. Decidió bajar al lobby a fumarse unos cigarros, estaba exhausto pero sabía que no iba a poder dormir.
Ahora se encontraba en la zona de fumadores que tenía el lobby, estaba en silencio aparte de los ruidos casuales de los autos que aún se encontraban fuera, y el ocasional sonido de computadoras viniendo de los recepcionistas, vaya, era un gran, hermoso hotel...
De pronto escuchó pisadas rápidas y risas viniendo del restaurante, pero era raro, se suponía que estaba cerrado, bueno, tal vez le vendría bien un aperitivo.
Camino hasta el restaurante y para su sorpresa, estaba, en efecto, cerrado, aún curioso por saber que eran esos ruidos, se fijó que ningún guardia lo estuviera viendo y se encaminó a la cocina...desde la ventana vio a...
Kuroko y Akashi. Claro, quien más podría estar en una área cerrada del hotel si no el mismísimo dueño, estaban abrazados y riendo, un poco agotados también, Akashi estaba recargándose en una mesa y sus brazos rodeaban al más pequeño, Kuroko tiraba su cabeza hacia atrás mientras reía alegremente...vaya, ya hacía tiempo que no lo veía así, pensó con amargura.
Después vio como Akashi le robaba beso tras beso al peliceleste, haciéndolo reír más, no lo soportaba, salió de ahí hacia el elevador con un sentimiento de tristeza, culpa y envidia, también el ardor de su garganta por aguantar las ganas de llorar y la vista nublada por las lagrimas que amenazaban por salir en cualquier instante.
Ya no habia nada que hacer, Kuroko Tetsuya no fue, y nunca más será, suyo.
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Por otro lado...
"Seijuuroooooo, tengo hambre" se quejó Tetsuya, ambos seguían despiertos, estaban viendo películas en la sala del cuarto, acostados y abrazados, tal pareja casada que acababa de poner en la cama a sus pequeños.
"Mmmm que te gustaría que haga al respecto bonito" respondió Seijuuro, verdaderamente algo cansado, cuando fue al bar solo planeaba tomar un whiskey e irse a dormir, pero bueno, aquí estamos, y no le gustaría estar en ninguna otra parte.
"Que tal si...nos escapamos a la cocina!" Dijo Tetsuya con un poco de malicia en su sonrisa, Seijuuro abrió uno de sus ojos y levantó una ceja hacia la sugerencia del peliceleste "Vaya, no sabía que eras taaan rebelde, ángel" dijo seijuuro juguetón "tengo lo mío, tengo lo mio" respondió Tetsuya de la misma manera, levantándose y tomando la mano del pelirrojo.
"Ándaleeee vamos, ¿que tengo que hacer para que me acompañes?" Pregunto tetsuya, esto despertó el interés de seijuuro y sonrió, apuntando sus labios, Tetsuya entendió el mensaje y pronto estaba besando al pelirrojo, este sonrió en medio del beso y empezó a levantarse.
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"Shhh" susurro Tetsuya mientras se escondía tras una pared, Seijuuro lo miro con una ceja alzada, si bien eran altas horas de la noche y todo se suponía estar fuera del alcance de los huéspedes, el era el dueño, no había manera de que le dirían algo; pero aún así decidió seguirle el juego al más pequeño, se veía que la estaba pasando bien.
Siguieron su camino evitando a los guardias que rondaban los pasillos, Tetsuya se preguntaba el porqué habían tantos si solo era un hotel, pero solo llegó a la conclusión de que, pues, era un hotel de lujo ¿por que no habrían guardias?
Unos cuantos pasillos antes de llegar a la cocina, vieron una linterna parpadear, era uno de los guardias, les grito para que detuvieran sus pasos pero Tetsuya se echó a correr, Seijuuro, asegurándose de que Tetsuya no lo notara, se mostró ante el guardia para que no los molestara, y con eso, salió corriendo tras la cabellera celeste alborotada por el movimiento.
Al llegar a la cocina Tetsuya no paraba de reír, estaba algo cansado también, Seijuuro se recargó sobre una de las mesas y lo atrajo hacia el por la cintura, aún riendo, el pelirrojo empezó a robarle besos, totalmente consciente de la tercera presencia que los acompañaba desde afuera, pero no quería interrumpir este momento con Tetsuya.
Unos segundos después, al final ambos recuperaron su aliento "¡Ahora! Veamos, ¿que se puede cocinar aquí?" Pregunto Tetsuya en voz alta mientras encendía las luces. "Lo que gustes, siéntete libre de mirar por todas partes" respondió sonriendo el pelirrojo.
Kuroko Tetsuya tenía la sensación de que no se refería a la cocina con una última frase.
Obviamente, terminaron preparando malteadas de vainilla.
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Do me a favour || Akakuro
RomanceKuroko Tetsuya va de vacaciones a Roma, Italia, con la persona que le gusta, su amigo Kise Ryouta y su otro mejor amigo, Aomine Daiki. Tetsuya no se entero en que momento la situación se le salió de las manos, pero de un momento a otro sus amigos es...