Los meses habían pasado en un abrir y cerrar de ojos, el invierno finalmente se había ido, y la primavera estaba por terminarse, la llegada del verano era inminente. El calor y el sol envolvían Los Santos, aumentando a cada día que pasaba la temperatura.
Volkov sentía que ese calor terminaría por asfixiarlo. El silencio de su pequeño despacho solo era roto por sonido del aire acondicionado, que mantenía la estancia en condiciones. Fuera de esta, a penas se escuchaba algo, de vez en cuando veía a alguien cruzar el pasillo para dirigirse a la planta baja. Era, sin duda, aburrido cuanto menos.
Los días de Volkov se habían convertido en una rutina, y a pesar que siempre había sido un hombre apegado a estas, aquello comenzaba a abrumarle, más después de haberse acostumbrado durante casi medio año a una vida de constantes cambios. Pero todo había desaparecido de la noche a la mañana, y sentía que no tenía nada que hacer. Hacía meses que se le había asignado el caso de encontrar al ex director del FBI, y una parte de él quería hacer todo lo posible por encontrarle, pero por otra sentía que si las cosas eran así era por algo. Horacio había escapado una noche de invierno junto a su madre, tras disparar a su padre y a su hermana, de quienes por ahora, no se sabe mucho. Todo lo que se le informó a Volkov fue que Maia había sobrevivido, pero que había decidido tomarse un retiro del FBI, renunciando a su puesto. Volkov se convencía a sí mismo que la decisión que tomó Horacio fue la mejor y que no le necesitaba a su lado nuevamente.
Las horas pasaban con lentitud, y lo único que hacía para rellenar ese vacío era fumar. Los cigarrillos se consumían poco a poco, al igual que los minutos del reloj. Cuando este marcaba las cinco de la tarde, escuchó unos golpes suaves en la puerta.
-Adelante.- Invitó a entrar, sin despegar su mirada de la pantalla, donde releía la poca información que se había recabado hasta el momento.
-Hola, jefe.- La voz de Blake le hizo levantar la cabeza.- ¿Cómo va el día?- Preguntó, esperando alguna respuesta positiva.
-Igual que siempre, una mierda.- Contestó, apagando lo poco que quedaba del cigarrillo en el cenicero de su escritorio, añadiendo una colilla más a la innumerable colección.
Blake soltó un suspiro pesado. Tanto él como su pareja, Jota, habían vuelto hacía unos tres meses a la ciudad, tras haber estado buscando por ciudades cercanas información sobre Horacio. Decidieron volver para poder ayudar de cerca a Volkov, quedándose a su lado como un apoyo, aunque aquello no había ido del todo bien. Cuando volvieron, el ruso se había empezado a encerrar más en sí mismo, se mantenía distante y casi frío. Blake sabía perfectamente que la desaparición de Horacio le afectaba, por más que quisiera hacer ver que no y que estaba bien con ello.
-Tan agradable como siempre, eh.- Intentó bromear, tratando de restarle importancia al asunto.
Volkov soltó los restos de humo con un suspiro.
-Lo siento, no era mi intención darle una contestación de ese tipo.
-No importa, Volkov. Sé que están siendo unos meses duros.- Se acercó al escritorio, sentándose en una de las dos sillas que había frente a este.- ¿Ha conseguido avanzar algo?
El ruso negó con la cabeza.
-No, todo sigue igual, no hay rastro si salió de Los Santos, ni hacia donde pudo ir... No hay nada, Blake. Estamos dando vueltas en círculos, no nos lleva a nada.
-Volkov, no puede rendirse ya... Entiendo que es difícil, pero debemos mantenernos positivos, lo vamos a encontrar.
-¿Y cuando lo encontremos, qué? ¿Le obligaremos a volver al FBI, donde nunca fue feliz? ¿Vamos a hacer que vuelva a un trabajo que es una bomba de relojería contra su corazón?- Sin darse cuenta empezó a elevar la voz.- Tiene la oportunidad de empezar de cero ahora, no es justo que intentemos arrebatársela.
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When you're gone - Volkacio
FanfictionUna separación nunca es fácil, menos aún cuando ninguna de las dos partes lo desea. Horacio se marchó junto a Charlotte, huyendo del mal que los acechaba en esa ciudad maldita. Mientras, Volkov sigue allí, consumido cada vez más por la soledad. Pero...