El día transcurrió tranquilo, varios de los clientes que entraron al local fue para llevar un libro que habían pedido con anticipación por la página web de la librería y sólo iban para pagarlo. Otros de los clientes fueron atendidos por los chicos y ayudaron a encontrar los ejemplares que buscaban.
A Natalia no le enviaba ningún mensaje, todavía para salir juntas. No se me ocurría que ponerle y también porque quería darle algo de tiempo, no quería parecer desesperada en hacer una amiga o que me considerará una metida y quisiera saber más de su vida.
No podía imaginar cómo se sentiría estar solo y no tener a quien acudir cuándo te sentías mal o simplemente querías la compañía de alguien, yo no podría quejarme, siempre tuve a Blake y sé que siempre lo tendré a pesar de que hubiera un loco suelto atacando a los demás.
Después del trabajo le envíe un mensaje a Blake de que estaría con unos amigos que me invitaron a pasear por Coldville. Él me contestó como siempre que me cuidara y que no llegara tarde a la casa.
Había quedado con Will que después de trabajar retomaríamos nuestro entrenamiento y así lo hicimos. De camino al bosque donde estuvimos la primera vez y que ya habíamos bautizado como nuestro, él estuvo en silencio, me sorprendió ya que él siempre tiene algo que decir o preguntarme.
Estaba terminando mi descanso y lo observaba mirando a los lados como si buscara a alguien, le di otro trago de agua a mi botella y me puse en pie para ir a preguntarle qué le pasaba.
— Estás raro, ¿qué te pasa?
—Nada, sólo vigilo. Hay que estar alerta—respondió pasando por mi lado para ir a sentarse en el tronco. Will estaba siendo evasivo pero si no quería contarme, no iba a insistirle.
—Ok, ahora ¿qué hacemos? — pregunté respecto al entrenamiento.
— Puedo traer a dos Guerreros conmigo la próxima vez que entrenemos, no quiero que estés desprotegida —comentó pero no me lo estaba diciendo a mi. Creo que era más un pensamiento en voz alta. No sé que fue lo que me molestó más, que hablara como si me estuviera ignorando o que él también piense que era una nena indefensa que no podía cuidarse sola, porque hasta donde recuerdo me defendí de un lobo enorme al que le hice un hoyo en el pecho. Lo miré y él seguía viendo a todos lados menos a mi, fui hasta la mochila donde había traído algún abrigo de más por si me daba frio y botella de agua. La tome y la colgué en mi hombro comenzando a caminar hacia mi casa —. ¿A dónde vas?—me detuvo el vampiro.
— A mi casa — le respondí molesta volviendo a caminar pero el rubio fue rápido poniéndose frente a mi.
—Todavía no terminamos con el entrenamiento —me frunció el ceño.
—¿Qué sentido tiene que me quede? si no estas prestándome atención. Quién sabe en que estás pensando y además hablas de traer Guerreros como si yo no supiera defenderme.
—Es que…
—Es que nada—lo corté —. Se supone que para eso entreno contigo, para aprender a defenderme sola sin necesitar de un segundo.
—Lo siento, me nace el instinto sobreprotector contigo — me sonrió y les juro que sentí como mi corazón se saltaba un latido.
—¿Por qué conmigo? — no pude evitar soltarle.
— No sé, hay algo especial en ti que me dice que debo protegerte —respondió acercándose más a mi. No sabía que responder ante eso y su cercanía. Su rostro estaba a tan sólo centímetros del mío con un movimiento de él o mío podía rozar nuestras narices o incluso llegar a besarnos, no es que estuviera pensando en besarlo pero de tan cerca que estaba podía hacerlo si quisiera pero no lo quería. Sólo era una idea.
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Guerra de Sangre
FantasíaAres Anderson, una joven híbrida de 19 años ha vivido como una humana común y corriente toda su vida. Su hermano, Blake Anderson se encargó de que no sintiera ni la más mínima curiosidad por saber qué contiene su otro lado sobrenatural. William Ivan...