La tienda era un completo caos, los proveedores habían llegado por la mañana temprano a entregar varias cajas con ejemplares que habían sido solicitados, Olivia hacía el inventario, otros se ocupaban en empaquetar los libros que iban a ser entregados por los empleados que se encargaban de paquetería, los demás acomodábamos los libros fuera de lugar y atendíamos a los clientes que llegaban al local.
Anoche después que Will se fue intente volver a dormir pero fue inútil, no podía cerrar los ojos y que las imágenes de los recuerdos del Origen atormentara mi mente, me sentía constantemente observada. En el desayuno intente no llamar la atención y traté de que no se notara mi cansancio, por suerte creo que no lo notaron o al menos si lo hicieron lo disimularon bien.
Desde que llegué a la librería Will a estado atento en cada paso que daba, quería hacer de cuenta que no lo notaba y seguir con mi trabajo, estaba segura de que ahora todos pensaban que era una debilucha que se ponía a llorar por cada cosa que le pasaba. Quizás exagero pero así lo siento, todos tienen miedo a que tanta presión vaya a romperme.
Natalia no había respondido a mi mensaje pero la misma chica pelirroja estaba entrando al local y venía directamente hacia mi.
—Veo que tienen mucho trabajo hoy — dijo al llegar a mi lado viendo alrededor.
—Así es —suspire asintiendo. Deje el libro en su lugar y me giré a ella para que note que tenía toda mi atención.
— Lamento no haber respondido a tu mensaje pero estaba con mucho trabajo que apenas pude ir al baño — comentó y reí ante lo último que dijo.
—No te preocupes —la tranquilicé.
—Por eso vine hasta aquí —apuntó —, no estoy ocupada en la noche y si tu invitación aún sigue en pie, podemos ir a ver una película romántica que acaba de estrenarse — añadió entusiasmada.
— Claro, me gustan las de romance—agregué.
—¿Te parece si paso por tu casa a las ocho? —preguntó viendo su reloj.
— Me parece bien —respondí, ella parecía tener intenciones de decir algo más y la inste con la mano a que lo hiciera.
— Admito que me sorprendió tu invitación, es decir, los que son como nosotros no es que confíen mucho en extraños —dijo lo último bajando la voz.
—Estoy siendo amigable, no tengo amigas — admití.
— Yo tampoco — rió—entonces, paso por ti más tarde — añadió alejándose y sonreí al verla tan entusiasmada con que salgamos las dos.
La saludé con la mano y ella hizo lo mismo, sabía que solo habíamos empezado con el pie izquierdo, teníamos que darnos la oportunidad de tratarnos, como lo que le pasó a Michael, quizá Natalia y yo nos volvamos inseparables con el tiempo.
—¿Saldrás con Natalia? — preguntó Will muy cerca de mi.
—Iremos al cine — respondí volviendo a mi tarea.
— Que buen plan, ¿entrenamos hoy? — preguntó sonriendo.
— ¿Ya te cansaste de darme clases? —bromeé.
—La que hace el esfuerzo eres tú, no yo — levantó las manos al aire.
—Claro, tu sólo haces de holgazán — ataque.
—¿Holgazán? Tú ni siquiera puedes esquivar un tronco—contraatacó.
—Auch, eso fue grosero — agregué mostrándome ofendida pero sólo gane que Will se riera de mi.
— Sigue trabajando, ya tendrás tiempo suficiente en la tarde para pelear conmigo — sonrió dándome un golpe suave con el libro en el hombro, lo imité y solo logre que riera más fuerte.
ESTÁS LEYENDO
Guerra de Sangre
FantasyAres Anderson, una joven híbrida de 19 años ha vivido como una humana común y corriente toda su vida. Su hermano, Blake Anderson se encargó de que no sintiera ni la más mínima curiosidad por saber qué contiene su otro lado sobrenatural. William Ivan...