Capítulo 12: La tumba de las alimañas. Parte 1

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Tenía ganas de beber y le decepcionó mucho que le dijeran que no había licor. ¿Qué clase de posada era esa que no tenía alcohol? Wei Ying tuvo que conformarse con beber té mientras oía a los niños discutir. Es más, ¿por qué tenía que estar allí? ¿Dónde estaba Jiang Cheng? ¿Por qué razón estaban en ese pueblo? Ah, el cuerpo. Claro... ¿Entonces por qué él se había quedado con los chicos? Era demasiado temprano para hacerse ese tipo de preguntas, pero no pudo evitar seguir pensando dónde se había metido Jiang Cheng. No lo veía desde que tuvieron esa pelea y le preocupaba que algo le hubiera ocurrido. Tal vez debería ir a buscarlo, pero no quería volver a compartir esa incómoda tensión. De nuevo volvió a sentir que necesitaba beber algo de licor y suspiró con tristeza.

Wei Ying pegó un respingo cuando sintió que los chicos gritaban y observó cómo Jin Ling se peleaba con ese niño del clan Lan. Tenía mucha energía para pertenecer a esa secta de monjes aburridos, ¿cómo Lan Qiren lo había dejado unirse? ¿Seguiría vivo ese viejo? Tal vez podría ponerse al día de las novedades del mundo con ese grupo.

—Chicos, cálmense —mencionó Wei Ying poniendo una mano en el hombro de Jin Ling para obligarlo a sentarse de nuevo y Sizhui también ayudó a calmar esa pelea—. Estaban viajando juntos, ¿acaso no son amigos?

—¡No! —dijeron juntos Jin Ling y Lan Jingyi.

Wei Ying no se metería en esa pelea. Sizhui parecía saber mucho mejor cómo tratar con ellos, él sólo intervendría para que no se maten, quizá.

—Entonces, ¿estaban en una cacería nocturna? —indagó para que los niños retomen la conversación que estaban teniendo.

No necesitó muchas presentaciones para entender cómo funcionaba la dinámica de ese grupo. Todos eran chicos muy jóvenes, de diferentes sectas, y apenas estaban adentrándose en el mundo de la cultivación. Era obvio que habían salido a aventurarse para ganar experiencia, participar en cacerías y ganar reconocimiento. Wei Ying también había sido así, pero tenía dificultades para recordar algunos detalles de su pasado, el cual lo sentía más lejano de lo que le gustaría admitir.

Prestó atención a la conversación de los chicos de forma distraída mientras comía su desayuno y bebía el té con el que se tuvo que conformar. Al parecer, en el medio de su viaje, Jin Ling y Sizhui se distanciaron del grupo por seguir a Hada, quien fue la que los guió a donde Jiang Cheng y Wei Ying estaban. Le dio escalofríos recordar la existencia de esa perra y esperaba que no apareciera pronto, ya se estaba preguntando dónde estaría, pero Wei Ying tenía demasiado con preocuparse por el bienestar de un solo animal.

Todo el momento fue bastante pacífico hasta que oyó las palabras "Patriarca Yiling" y casi se atragantó.

¿Por qué siempre él estaba metido en todo incluso con más de diez años muerto? ¿Acaso no había pasado de moda?

—Varias tumbas fueron saqueadas —aseguró otro de los discípulos del grupo para explicar la situación y se mostró realmente preocupado—. Tanto de familias nobles, de sectas importantes, o de personas comunes. Los cadáveres desaparecieron sin dejar rastro y los cementerios quedaron vaciados, es una situación realmente preocupante para todas las sectas.

Wei Ying oyó que el nombre de ese chico era Ouyang Zizhen e intentó recordar el rostro del líder del clan Ouyang, pero no pudo hacerlo. Acordarse de rostros que no eran de sus seres cercanos era un trabajo bastante difícil para él, pero le impresionó el tono calmado y hasta casi soñador con el que lo oyó hablar.

—La gente culpa al Patriarca Yiling —agregó otro de los chicos provocando más escalofríos en la columna de Wei Ying, ¿por qué todo tenía que ser su culpa? ¡Él no había hecho nada!

Mil vainas de lotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora