Capítulo XVIII

15 4 2
                                    

El aroma artificial de las pintura acrílicas me absorbía, blanco, verde, amarillo, azúl... rodeados de otros varios colores que por alguna razón no lograba describirlos, no podía concentrarme en otra cosa que no fuese el rojo que comenzaba a caer en gotas sobre esa...

—¿Pasa algo? —preguntó la chica colorada, no como un pimiento rojo, sino como una fresa empezando su etapa de maduración, con ese encendimiento propio de las personas pelirrojas.

Miré muy fijo en como el sujeto barbudo y descuidado ponía de forma brusca pero exacta las gotas de pinturas sobre aquel tipo de plantilla o no sé qué... Había olvidado el nombre del semi lunar material de arte.

Y al parecer fue muy evidente mi confusión o quizá me había vuelto tan predecible para aquella chica ya que, preguntó:

—¿Alguna duda sobre lo que hace Grifint?

El hombre me miró por debajo de sus espesas cejas amarillentas con amargura al escuchar que yo estaba concentrado en él. Observé el objeto, juro que tenía el nombre en la punta de mi lengua, o para ser mas exacto permanecía perdida en un profundo hoyo de mi memoria.

—Esto se llama paleta de pintura —reveló al señalar el objeto en su mano con disgusto—. Por si es lo que tanto hace preguntarte si eres un completo idiota.

Marie lo observó a él y a mí muy rápido pensando que yo reaccionaría de una forma igual de tosca que él, pero fue simplemente eso; mi silencio, porque muy en el fondo sabía que volvía algo de mi anterior y olvidado yo. ¿Has experimentado ésta sensación de satisfacción, cosquilleo y nostalgia por recordar una simple palabra o momento que formó parte de tu pasado? Me sentí exactamente así, como un rompecabezas a punto de ser completado.

El sujeto de aspecto abandonado sonrió con malicia al creer que yo no conocía mucho sobre el tema:

—Y eso que sostiene el lienzo se...

Pero es muy diferente no conocer de un tema a haberse olvidado de el.

—Se llama caballete —completé por él antes de que se atreviera a humillarme otra vez.

Los dos nos miramos y pude presenciar como apretó sus dientes por debajo de esa barba mal afeitada.

Marie cerró sus labios conteniendo seguramente una sonrisa que me haría fijarme en ella... Pero era imposible no fijarme en su ser, cada facción, movimiento, acción, no me quería perder nada de sí.

—¿Y tú? —se alzó contra la crespa apenas sonrojada por el sol al que habíamos estado expuestos en el camino hacia acá.

Marie se encogió de hombros y giró sobre su banquillo con una sonrisa marcada.

—No te amargues conmigo, no he dicho nada, solo espero que termines de preparar nuestras paletas —defendió jugando hábilmente con el pincel en sus dedos.

El bufido de toro y la mirada de mala gana nos hizo a Marie y a mí mirarnos y reír para después sentarnos en los banquillos delante de los lienzos limpios e inmaculados.

El uno al lado del otro; su aroma; era tan dulce y suave que solo producía tranquilidad y unas ganas terribles de apagar mis ojos y solo... Solo seguir ese aroma hasta hartarme de el. Pero no me dejé llevar por pensamientos, simplemente tomé aire y me dediqué a esperar con calma.

Pero por alguna extraña razón mis manos entrelazadas temblaban durante la espera de Grifint, ni me atrevía a tomar un pincel del portar brochas que permanecía sobre una mesilla manchada de viejos trazos de pinturas antiguas.

—Tranquilo —habló la colorada chica mientras se ataba una coleta alta y se inclinaba un poco hacia atrás ya que estaba mas adelante que yo.

—Estoy tranquilo.

 LIFE NOTE -∆-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora