Prólogo

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"Nunca seas intimidado por el silencio, acepta tu definición. Derrumba esas puertas del armario y ama sin tener que callar."

Drake.

Sentir ese remolino por alguien en un instante es una estupidez. Bueno, al menos para mí. Me sorprende lo maravillosamente estúpido el hecho de como todo puede hacer click en un segundo.

Una mirada puede decir más que mil palabras.

Demasiado cliché, lo sé.

Reviso de nuevo mi teléfono cuando este vuelve a vibrar en el colchón.

Aedus: Bueno, agradezco no ser el único en la tierra al cual se le ha caído el teléfono al escusado.

Sonrío al leerlo. Mi respuesta es inmediata.

Drake: Bien, pues deberías de saber que esa es una de las menores tragedias de mi vida.

Mis dedos juegan con la pantalla en lo que su respuesta llega.

Aedus: Vaya. Al parecer tendré que conocerte más para saber tus tragedias. Eso sería... Interesante.

Aedus.

Levanto la mirada cuando la voz femenina me habla. Finjo escucharla, como lo he fingido todo este rato.

Mi teléfono vibra en mi mano cuando su respuesta ha llegado.

Drake: No sería mala idea. Solamente si también me dejas saber más sobre la tuya.

Me muerdo el labio inferior mientras trato de pensar una respuesta decente.

Entonces, la voz femenina vuelve a hablar, haciendo acto de presencia.

Asiento, como si de verdad la estoy escuchando mientras habla. Realmente solo veo sus labios moverse, porque mi cerebro se ha desconectado de su voz desde hace buen rato.

Reúno aire y decido darle un giro a la conversación del móvil; no es la mejor decisión que he tomado en mi vida, pero esta cena con la directora de verdad que no es algo que yo quisiera. Todo se debe a Verónica. No la culpo, yo quise ayudarle después de todo.

Así que, sin pensarlo más, tecleo en la pantalla.

Aedus: ¿Te podría pedir un favor? He venido a una cena con una directora, te explico eso después. No es de mi agrado. No tengo mi coche, a la señora se le ocurrió ir a recogerme a mi casa.

Drake: ¿Quién se sube al coche de una señora loca que le lleva por mucha edad? Es como cuando un desconocido le ofrece un dulce a un niño y este acepta.

Aedus: ¿Podrías venir por mí? Yo le invento que surgió algo urgente.

Vale, puedo pedirle ayuda a Verónica, incluso a Jade, pero creo que esta será una buena excusa para tenerlo cerca.

Drake.

Bajo las escaleras de la casa, la cual no es muy grande, y no me molesto en despertar a mamá. Agarro las llaves del auto y espero pacientemente a que él me envíe la ubicación de su grandiosa cena.

Me pongo en marcha cuando este llega. No tardo mucho, tampoco está a la vuelta del mundo.

Bajo y le envío otro texto.

Drake: El Romeo ha llegado por su Julieta.

Deja en visto mi mensaje y alzo la vista, puedo ver a través de los grandes ventanales del restaurante, como camina alguien hacia la entrada.

Mis nervios se dispararon rápido, no me escondo. Pero mantuve la postura en todo momento.

Cuando él sale, suelta un suspiro de alivio, como si todo ese aire lo estuviera guardando desde que puso su lindo trasero en esa silla. Lo miro son una sonrisa.

—Creo que esta cena jamás la olvidarás.

Él me mira de vuelta.

—¿Romeo y Julieta? —se ríe—. Que poético eres.

—Cállate, Julieta —río de igual manera—. Yo soy el Romeo aquí.

Él se ríe un poco fuerte a diferencia de mí, se revuelve el cabello rojizo y se acomoda la chamarra negra que lleva encima.

—¿Y bien? ¿Qué recibo a cambio de tu salvación? —digo, divertido.

—Recibes una patada en el trasero.

—Esperaba algo mejor, Julieta.

Me río y pone los ojos en blanco.

—Venga, te llevaré a casa —le señalo el auto para que suba. Aedus se sube a la parte de alado de copiloto y yo me acomodo en mi asiento, pacientemente.

Enciendo el auto y nos quedamos en silencio, pero no es incómodo. De vez en cuando noto esas miraditas que me lanza, y también se las devuelvo. Sonrío de lado al ver como su pierna se mueve de arriba a abajo cuando los minutos pasan. Esta nervioso.

¿Yo? ¿Poner a alguien nervioso? Yo solamente ponía nerviosos a los animales cuando los quería agarrar en las calles. Pero nunca a una persona.

Aedus.

No escondo lo nervioso que estoy, y parece gustarle cuando sonríe.

Nuestra conexión ha sido solamente por mensajes desde la invitación de la fiesta de mañana, pero hablar en persona no es algo que venga de la mano conmigo.

Lo que dije en esa cafetería no era broma, aunque Verónica y Jade se lo tomaron como una.

Es... raro y difícil de explicar. Solamente les puedo asegurar que los nervios se asientan cada vez más en mi estómago.

Le indico a Drake el camino para llegar, pero después de eso no hay charla alguna. Y es que no sé qué decirle. Quisiera darle las gracias por haberme salvado de esa espantosa cena, pero las palabras se me atoran en la garganta cuando quieren hacer acto de presencia.

No sé si todo esto tenga resultados jodidamente malos o buenos.

Si algún día todo sea capaz de gritarse en voz alta y no guardarse como lo he estado haciendo durante años. No es un asombro el hecho de que a mí me gusten los chicos.

Papá dice que soy defectuoso por eso. Pero yo no lo creo así.

Espero algún día poder decirlo en voz alta en vez de solo agachar la cabeza.

Espero algún día poder hacer ese verdadero click sin tener que esconderme.

Espero algún día poder ser amado como a mí me gusta amar.

Espero algún día poder tocar, besar, acariciar y apreciar a un chico, sin que el resto piense que algo anda mal en mí por eso.

No sé a donde vaya todo esto. Solamente espero algún día poder romper lo prohibido.

*****
NOTA DE LA AUTORA:

IIIIII NUEVA HISTORIAAAAAAA *se emociona*

Bien, bien, como ya pudieron darse cuenta es una historia que va de la mano con "Rompiendo lo coherente", también escrita junto con @itssmayx, serán capítulos intercalados, pero intentaremos lo más posible que no se confunda o sea estrictamente obligatorio leer la historia.

Ah, y también, como ya debieron imaginarlo, es una historia que tendrá temática LGBT, así que si no te gusta este género; mejor no leas y evita comentarios negativos.

Hasta aquí mi reporte, Joaquín.

-Alo.

Rompiendo lo prohibido [borrador] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora