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Al día siguiente despertamos sobre las 10:30am, es Sábado y la única de nosotras que trabaja hoy es Liz, le toca el turno de noche en el Tótem uno de los mejores bares de la ciudad, mi amiga consiguió trabajo ahí como bar tender hace un año y medio, tanto ella como Vicky tienen trabajos relacionados con la bebida, par de alcohólicas mis niñas. Me llevan por el mal camino cada fin de semana y sinceramente no me quejo.

Desayunamos, vemos un poco la TV y después de un rico almuerzo hecho entre las tres las chicas retornan a sus respectivas funciones.

Luego de una tranquila mañana con mis amigas me pongo ropa deportiva y salgo a correr un poco, sudar va a ayudarme a despejar mi mente. Quiero quedar por encima de Elena al costo que sea, pero realmente no sé si esto de alquilar un puto para que se haga pasar por mi novio y llevarlo conmigo a la boda de mi hermana sea la idea más brillante que se me ha ocurrido.

¿Pero que otra opción tengo? Decir la verdad y que me restrieguen una vez más que soy una cobarde que no persigue sus metas y por eso lo más cerca que voy a estar de mi sueño es mi trabajo de vendedora en Sephora, ni hablar, prefiero mentir y que me vaya bien recién ascendida, con un novio que te baja las bragas solo de mirarte y una linda piel blanca con mejillas rosas que me he esforzado en cuidar. Para lo último debo esforzarme de sobremanera porque en vez de blanca estoy amarilla, supongo que es el resultado de comer tantos congelados por pereza a cocinar.

Doy la vuelta a la manzana corriendo hasta llegar a casa fatigada, sudorosa y con olor a perro mojado, voy hasta el ascensor, pero una vez frente a él me arrepiento y subo por las escaleras trotando hasta el quinto piso para ejercitarme un poco más

-Piensa en lo mono que se te verá el bikini este verano en Malibu -Me motivo cuando me siento casi desfallecer a mitad del tercer piso-Dos pisos más vamos, tu puedes, todo sea por un culo firme, trota gorda, trota o no vas a entrar en el fabuloso vestido que tienes para darle envidia a la perra de tu hermana-Continúo hablando conmigo misma.

Llego a la puerta del ascensor con la lengua fuera como si fuese un cachorro sediento, entro y marco el número de mi piso, una vez arriba y frente a mi puerta busco la llave en mi bolsillo para entrar a mi casa, el frío del aire acondicionado me refresca haciéndome soltar un suspiro de alivio, sé que esto no es bueno, pero qué más da, son dos minutitos de nada e iré a ducharme.

2 minutitos después...

Mientras disfruto de mi ducha me preparo mentalmente para lo que haré en cuanto salga del baño y me vista, voy a pedir los servicios de ese chico, si, voy a explicarle a un total y completo desconocido que me he tomado literal un comentario irónico de una de mis amigas solo para alimentar una absurda rivalidad entre hermanas, tiene muchísima lógica, tal vez me siga el juego por la pasta, tal vez se ría de mi o tal vez me tome por loca y salga corriendo, en cualquier caso, no voy a saberlo hasta que no llegue y vea que pasa.

Salgo del baño, me coloco unos shorts de mezclilla y un top blanco con un nudo delante, dejando mi abdomen al descubierto, busco mi ordenador y voy directa al sitio web, busco el teléfono de casa y marco el número de contacto que aparece en la pantalla de mi Mac.

Muerdo mis uñas mientras escucho nerviosa los pitidos al otro lado de la línea.

-Settimo Peccato, hogar del placer ¿Desea contratar un chico o una chica?

-Buenas tardes, quisiera contratar a uno de sus chicos.

-Por supuesto ¿Desea que le haga alguna sugerencia o ya tiene en mente con quién va a complacer sus más oscuros deseos?

-De hecho, tengo alguien en mente, me gustaría que me enviaran a Gabriel Jones.

-Está disponible, diga la dirección donde quiere que esté y en breve lo tendrá tocando a su puerta.

Un Novio De Alquier (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora