Hospital de Cainhurts

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Despierto, otra vez, moribundo y cansado de una pesadilla sangrienta, sin indicios de una lucha con mis propias memorias.

Mis débiles extremidades se encuentran encadenadas a una camilla ensangrentada; percantándome posteriormente de mi estado deprimente, puedo observar vagamente la habitación en la que me encuentro.

No es la primera, ni la última vez que me encuentro en esta antigua planta de pacientes. El viejo hospital desprende un hedor mugriento y característico.

A pesar de varios intentos, no logro escapar de esta condenada camilla.

Pude sentir la presencia de alguien o algo debajo de mi....

En unos instantes me encuentro rodeado de pequeñas manos arrugadas y albinas que tocan con delicadeza mi cuerpo.

Extrañamente, las manos de esos pequeños seres desencadenaron mi cuerpo de la camilla...¿debería moverme?

Con pocas fuerzas, logro ponerme en pie sobre el suelo de madera; las manos habían desaparecido sin dejar un rastro...

Mis piernas apenas pueden soportar el peso de mi frágil y delgado cuerpo; mis muñecas y antebrazos estaban destrozados por las ataduras de las cadenas.

Dediqué algo de tiempo para recuperarme sentándome en el suelo antes de seguir moviéndome. Al cabo de un par de minutos decidí salir de la habitación dando tumbos.

Una vez fuera de la habitación, me encuentro observando ambas direcciones de un largo pasillo, poco alumbrado y con paredes descuidadas por la humedad.

El sitio me resultaba familiar por razones que aún no había logrado recordar. Continué mi camino hacia la sala principal de transplantes de sangre.

La sala contaba con una amplia estantería de libros, cuadernos y antiguas anotaciones sobre una transfución de la "sangre cenicienta", las otras notas estaban rotas, cómo si hubieran sido rasgadas con odio...

Después de explorar las demás estanterías, encontré un par de frascos de una sustancia carmesí, fuera de ellos tenían pegadas pequeñas etiquetas dónde se podía leer con claridad: "Viales de sangre"

No sabía para qué me servirían, pero por intuición decidí llevarme los frascos en el bolso que estaba colocado sobre la mesa más cercana.

Sobre la mesa, pude encontrarme con gasas y un derivado del alcohol, presentando un olor dulce. Ambos objetos servirían para confeccionar vendas improvisadas.

Con algo de paciencia, me preparé para recuperar fuerzas y seguir mi camino hasta la entrada principal del hospital.

Una vez cerca de la entrada, listo para salir de este horrible sitio, logro escuchar con detenimiento una respiración pesada y extraños crugidos provenientes del mostrador del lobby...

Mi ritmo cardíaco aumentaba de forma ridícula mientras me acercaba al mostrador para investigar el causante de esos sonidos tan molestos.

Extiendo mi cuello con cuidado sobre la esquina de la pared del mostrador...

Me encontraba perplejo y atónito al contemplar a una criatura humanoide con enormes fauces, devorando trozos de carne humana; su afilada dentadura despedazaba la piel cómo si papel fuese. Tenía un pelaje chamuscado y dañado que cubría su enorme cuerpo.

Parecía herido de diferentes cortes profundos y quemaduras de altas temperaturas.

Mi aterrador encuentro con la bestia hizo que me cayese de espalda contra el suelo. El ruido de mi torpe caída provocó que la bestia voltease su cabeza hacia mi...

Su mirada penetrante y sedienta de sangre heló mi sangre en cuestión de segundos...estaba destinado a una muerte espantosa.

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⏰ Última actualización: May 24, 2022 ⏰

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