La infacia.
Es lo que muchos asocian con el pasado. Dónde empieza la crianza, se desarrolla la personalidad y carácter de cada uno. Se recuerda con nostalgia y alegría. En mi caso, no es así. No la recuerdo mucho, pero sé perfectamente que es por mi bien.
La adolescencia.
Es lo que muchos otros nombramos como presente. Para unos es la mejor etapa de su vida y para otros la más oscura. Unos pasan lamentando su infacia y tratando de reconectar con ella mientras otros de construir un futuro y encontrarse con el lo más rápido posible. Son pocos aquellos los dichosos quienes genuinamente la disfrutan.
El futuro.
Es la definición de esperanza. Esta palabra se puede interpretar de diversas maneras. Un escape de la actualidad, una mejor situación, oportunidad, sueños, entre más. Hay que prestarle mayor atención a aquellos que no tienen una visión de este, pues estos pueden haber perdido toda esperanza. De todas maneras, lo que pienso que tienen en común el pasado y futuro es que en ambos puedo pasarme horas navegando tratando de descubrir qué es lo que ofrecen para mí. Claro, ambas sin respuesta alguna.
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Lo que el pasado se llevó
RandomLo que el pasado se lleva y lo que el presente vive, lo une un futuro marcado por ambos. ¿Cuál será el resultado de un pasado oscuro y su brusco regreso en la vida de una persona que había logrado escapar y olvidarlo todo? Exacto. La caída en picada...