Capitulo 19 *1/3*

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- Es una vez de mujer. No estoy segura de quien. Se que no es Bridgette. Estoy segura que ella sabría lo suficiente para no preguntar.
- No, los concursos no son realmente la cosa de __(tn). Ella ha dejado claro que no quería participar.

¿Lo hice? Santo cielo. ¿Cuándo comencé a dejar las cosas claras sobre asuntos que no sabía? Quiero decir, yo habría metido el dedo en mis propios ojos, pero nunca le dije eso.
O tal vez no, tal vez si ella preguntara, nos sorprendería a ambas y querría hacerlo con ella.

- Tú nunca sabes. Estamos en una especie de aprieto aquí. Tal vez podrías preguntarle.

Pregúntame... No me preguntes... Pregúntame... No me preguntes... Yo no quiero participar, pero quiero que ella quiera. Solo esta vez.

- Ella tiene planes, Evelyn. No funcionaría. Va a estar fuera de la ciudad con su amiga Emily esa noche.

Ella no va a preguntarme. Mis ojos comienzan a picar.

- Maldición. Ya se me ocurrirá algo. Gracias por todo, Paulette.- Pasos sonaron mientras yo asumía que Evelyn se alejaba.
- ¿Ella en verdad va a salir de al ciudad?- preguntó Bridgette.
- Por supuesto que no. No puedo dejarla avergonzarse así, Bridge. Tú sabes que sería un desastre.

Lo que yo escuche es, avergonzarme así. Cerré mis ojos, sin permitirme llorar y luego me fui. Al segundo que salgo recuerdo que no tengo mi carro conmigo. Bien. ¿Qué se supone que haga ahora?
La cafetería favorita de Emily y mía está a solo una cuadra de distancia así que me encamino allí. Una vez que tengo un café, mierda, agua conmigo. Estúpida dieta. Esperemos que el agua haga el truco y me ayude a relajarme. Luego tal vez pueda llamar a Emily y ver si ella puede recogerme. No nos hemos visto en algunos días.
Más tarde, dos personas familiares entran. La mamá y el hermano de Samuel. Me congelo, como si esto de alguna forma me hará desaparecer.
Ellos ordenan sus bebidas y luego miran alrededor de la abarrotada tienda. No hay mesas vacías. De hecho, los únicos asientos vacíos son los de donde estoy. Mi estómago se siente como que tomó un trago triple y nada de comer en todo el día, pero les hago señas.

-Hola. No se si me recuerdan, pero los ayudé en el gimnasio el otro día.

La mamá de Samuel sonríe así como su hermano en silla de ruedas.

-¡Por supuesto que te recuerdo! Fue muy amable de tu parte ayudar. Disculpa que no te agradecí ese día, pero me di vuelta y te habías ido.

Yo les doy una sonrisa.

-No fue gran cosa. Estoy a punto de salir. Solo quería decirles que podían tener mi mesa si la quieren.
- Siéntate. Tú no vas a ninguna parte, al contrario te acompañaremos.

Automáticamente, mi culo cae en la silla. No es la forma en la que me sentaría si mi mamá me lo pidiera, pero es una manera en la que quiero sentarme.

- Tenemos un par de horas para pasar el rato mientras ellos trabajan en el elevador con la camioneta. Nos vendría bien un poco de compañía...
- __(tn).- Este es un momento encantador. Hay algo tan amigable y agradable acerca de su mamá.
- Soy Marcela y este es Miguel. *realmente la mama de Samuel no se llama asi y el no tiene hermanos, si se lo preguntan*

Siento calidez por dentro de verlos.

-Encantada de conocerlos.
-¿Juegas al Gin Rummy? Patee el trasero de mamá y Samuel. Necesito algo de competencia real.

Al igual que su hermano, él me hace reír. Ellos me recuerdan el uno al otro. Los mismos ojos, cabello castaño y tiene misma sonrisa de Samuel. La verdadera, no la sonrisa de Ken.

-Acepto.

Jugamos cuatro partidas. No estoy segura de que me haya reído tanto en mi vida. Miguel y su madre bromean entre ellos, burlándose entre sí. Ellos son felices en una forma que mamá nunca lo ha sido conmigo. Cuando ella lo mira, ves lo mucho que lo ama. Ella ve más que su silla de una manera en la que mamá nunca verá más que mi peso.
Son tantas veces las que hablan de Samuel donde sería tan fácil para mí preguntar por él. Para tratar de averiguar cual es el Samuel real. Estoy segura de que incluso puedo averiguar lo que hicieron el otro día, pero no lo hago. Nada de eso se siente bien.
Unas buenas dos horas pasan antes de que suene el teléfono celular de la mamá de Samuel y le dejen saber que la camioneta está lista. En piloto automático vuelvo a caer en la silla. No sólo no me quiero ir a casa, no he llamado todavía a Emily.

- ¿Necesitas que te lleven a casa?- Los ojos de Miguel están muy abiertos, emocionado cuando él pregunta.

El impulso de decir sí casi me domina. - Voy a llamar a mi amiga para que me recoja. Gracias de todos modos.
-¿Estás segura? Cualquier chica que le pone a mi hermano un ojo negro es una amiga mía.

Mi mejillas se calientan.

- ¡Fue un accidente! Te juro que no fue mi intención pegarle.- Mis ojos se encuentran con Marcela, pero ella solo se está riendo.
- No te preocupes, cariño. Estoy segura de que se lo merecía. Además, él estaba muy orgulloso de ese ojo negro.- contesta ella.
- ¿Orgulloso?
- Si. Lo hiciste sentir orgulloso. Él no podía dejar de jactarse de la chica que le dio un gancho de derecha.

Mi respiración queda atrapada. No creo que ella se de cuenta porque de repente me abraza despidiéndose. La abrazo con fuerza de nuevo, preguntándome qué se sentiría que mamá me diera abrazos tan fuertes.

- Gracias por quedarte con nosotros.- Ella me guiña el ojo y luego ella y Miguel se han ido.

* * *
Estoy acostada en la cama, mi habitación a oscuras. He estado tratando de dormir durante horas, pero eso simplemente no está sucediendo. Ruedo hacia la izquierda y pienso en Samuel, cómo a él no le gusta hablar de su hermano. La familia que obviamente lo ama y quienes, por la forma en que estaban hablando, son todos muy cercanos.
Acerca de cómo su mamá dijo que no podía dejar de hablar de mí, a pesar de que era sólo sobre mi golpe.
Ruedo a la derecha y pienso en su abrazo. Como ella estuvo aceptándome, a pesar de que apenas nos conocemos entre sí. Me abrazó de la forma en que papá lo hace.
Sobre mi espalda pienso en mamá. Cuánto la avergüenzo. Me mata avergonzarla. No entiendo por qué, cuando ella ni siquiera se preocupa lo suficiente para agradecerme por ayudarme hoy. Ella me preguntó por qué desaparecí, aceptó fácilmente mi mentira sobre Emily y luego se fue y siguió con lo del concurso en el que ella no quiere que yo tenga nada que ver.
Cuando mi teléfono vibra en mi mesita de noche, yo salto. Rodando lo recojo. Se trata de un mensaje de texto, pero no conozco el número.

* Hola. Soy Samuel.

¿Por qué me está enviando mensajes de texto? ¿Por qué mis manos tiemblan cuando le respondo?

* Hola.
* Disculpa por ser un imbécil.
* No, está bien.

Mi valentía me hace sonreír.

* Me alegro... ¿me encuentras mañana? Misma hora, mismo lugar. Prometo aparecer esta vez.

¿Encontrarlo? No sé si pueda... No sé si yo no pueda. Quiero saber más sobre él y por alguna razón, yo quiero que él sepa más acerca de mí, también.

* ¿Cómo sé que no me vas a abandonar?
* Estaré allí. Palabra de explorador. La pregunta es, ¿estarás tú?

Me toma diez minutos responder.

* Sí.

ENTRENADOR PERSONAL; Vegetta777 -ADAPTACIÓN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora